Melodías del Mar — Jeon Jungkook

_Capítulo 25_

 

Después de la muerte de Dory, trate de seguir mi vida, pero me entristecía no tenerla más, ella era mi confidente.

–oh vamos T/N tienes que aceptar– rogo Suyeon tomando mi brazo. –Te aseguro que será divertido para los cuatro– agrego.

–No lo sé, no tengo ganas de salir de casa– dije sin ánimos. 

–Vamos tienes que distraerte, hagamos esa cita doble por favor– suplico nuevamente. 

–Es que aun extraño a Dory– me queje con tristeza.

–Entonces le pediré que Jungkook te convenza- me miro con una sonrisa ladina. Y antes de poder reprocharla, Suyeon se levantó yéndose de mi casa.

La época de invierno había comenzado no hace mucho, las altas temperaturas descendieron en Busan y lo que menos quería era salir de casa. Mis padres ahora vivían con nosotros, permitieron que Jungkook se quedara al ser ya oficialmente mi novio. Mi madre lo trataba como su hijo, mi padre se mantenía al margen, pero no le desagradaba Jungkook.

–Jungkook tienes que sacar a mi hija– le ordeno. –Y cuando regresen te preparare una sopa de algas– dijo saliendo junto a mi padre.

–Pececito ¿vamos a la playa? – rodeo su brazo sobre mi hombro, brindándome su tierna sonrisa. Debía admitirlo ya no podía negarme a sus tiernas sonrisas. Pero esto era una manipulación.

–No sé cómo logras convencerme– mascullé, el volvió a sonreír, agarro mis mejillas y las apretó. –Mi pececito es tan tierno.

.

.

.

– ¿Daniel? – pregunte al ver la escena, el lugar que normalmente era nuestro lugar de encuentro con MinLee y Jimin, detrás de aquella enorme roca.

–¿Qué haces MinLee? – Jungkook se cruzó de brazos tratando de comprender lo que presenciábamos.

Ambos tenían la piel pálida y seguían sin responder nuestras dudas.

– ¿MinLee en donde esta Jimin? – Jungkook cuestiono acercándose. 

–Debe estar cerca– trato de sonreír, pero sus nervios la delataban.

–Daniel ¿Qué hacían solos aquí? saben que es aún peligroso– reprendí preocupada.

–Somos amigos– soltó en su defensa Daniel. –Solo pasábamos el rato como amigos... ¿Está prohibido que nosotros seamos amigos?

–Daniel– hablé. –No les prohibimos su amistad solo que nos sorprende que tengan estas reuniones sin nuestro conocimiento, si algo les sucede será nuestra responsabilidad es lo que queremos decir- explique acercándome.

Daniel aún tenía un semblante molesto sin embargo MinLee hablo.

–Daniel, T/N tiene razón, debimos haberles dicho que somos amigos– MinLee bajo la mirada.

–Bien ahora que somos conscientes de su amistad por favor avísennos cuando quieran encontrarse ¿de acuerdo? Sore todo tu Daniel, ahora entiendo porque en estos últimos meses has visitado la playa tan a menudo.

–¡Los atrapé! – exclamo exhausto Jimin apareciendo del agua. Nos miró a nosotros con desconcierto y se pronunció.

–MinLee ¿creíste que esta vez me engañarías? No has estado cumpliendo con tus deberes– la regaño.

–¿Ustedes sabían de esto? – nos preguntó.

–Al igual que tú, recién nos enteramos– respondió Jungkook.

–MinLee debemos regresar, tu madre va a visitarte– aviso con preocupación. MinLee solo asintió sin protestar y se despidió de nosotros, marchándose con Jimin.

–Y tu Daniel, recuerda que aun tienes algunas tareas de la escuela ve a terminarlas, otro día podrás ver a MinLee– dije amablemente.

–Esta bien– murmuro pesadamente dejándonos, Jungkook entrelazo nuestras manos y las guardo en su bolsillo por el frío clima.

–Pececito…– me sonrió, –Tienes la nariz roja– se burló.

–Yah no tengo ganas de jugar– manifesté.

–¿A dónde crees que iremos en la cita doble? – pregunto evadiendo el tema.

–A veces Suyeon es impredecible– respondí con un respiro pesado.

.

.

.

–¿Una pista de Hielo? – dije viendo el lugar.

–Si– expreso Suyeon con emoción. –Sera divertido– extendió sus brazos.

Entramos a la pista luego de colocarnos la indumentaria, fui comenzando lento, temía perder el equilibrio, volteé a ver a Jungkook y se veía como un profesional. Se acerco con su característica sonrisa y tomo mis manos guiándome.

–Es divertido– menciono contento. Verlo disfrutar de pequeñas experiencias así me llenaban de felicidad. El me observo atentamente, tanto que logro ponerme nerviosa.

–¿Por qué me ves así? – cuestione desviando la mirada.

–Porque mi novia es la más bonita– respondió.

 

 

 

 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.