Capitulo tres.

Mamá estaba en la cocina y yo estaba en el sofá, con mi portátil en las piernas, tratando de componer letras nuevas centrada en lo que hacía, en ese momento recibí una llamada.

Miré mi móvil y la cara de Ava apareció en mi pantalla, sonreí y dejé el portátil a un lado, agarré el móvil y contesté la videollamada.

—Hola, Ava— Saludé con una sonrisa.

Ella también sonreía.

—Hola, Ali.

Me levanté y me dirigí a mi habitación, entré y dejé la puerta abierta. Me acosté en la cama.

—¿Qué tal todo por allá? —Preguntó Ava, moviéndose por su casa.

—Muy normal, la verdad, se nota la ausencia de Ryan. —Confesé.

Ella sonrió.

—Vino a Londres, ¿verdad?

Asentí

—Creo que está cerca de donde vives tú. —Comenté

—Ah, ¿Sí? Hablé con él hace unos días, no comentó nada de dónde se iba a quedar.

—Se hace el misterioso, seguro que luego se encuentran por ahí.

—Seguro—Dijo distraída—Dime, ¿a quién puso de niñera?

Me acomodé mejor en la cama y miré a la puerta, no había nadie, bien.

—A Nolan.

Ella abrió los ojos.

—Espera, ¿A Nolan? ¿El mismo que ha sido amigo de Ryan desde los años en que tú y yo nos conocimos?

Asentí.

—El mismo.

—Vaya…. Y, dime, ¿Está guapo?

—¡Por Dios, Ava! —Cubrí mi cara con la mano que tenía libre. — Solo sé que es un arrogante y engreído, es guapo. Muy guapo, y lo sabe, el muy idiota.

Ava soltó un chillido.

—¿¡Ves!?, lo dijiste, es guapo.

Pensé en lo que había dicho y me golpeé mentalmente, apreté los labios, ¿en qué momento había dejado que de mi boca saliera eso?

—Cállate— le dije a mi amiga.

—Oh, ten por seguro todo, menos que me voy a callar. ¿No era Nolan el que…?

—¡Que te calles! — Dije tapando la salida de audio del móvil, abrí los ojos como platos.

Ava estalló a carcajadas y yo solo quería matarla tres veces.

—Vamos, Ali, dime ya, ¿qué piensas de él?

Suspiré y miré a la puerta nuevamente.

—Vale, hoy, cuando desperté, fui al baño, entré y… Nolan estaba dentro, tuvimos una leve conversación.

Ava se emocionó y me hizo una seña para que siguiera hablando.

—Eso no responde a mi pregunta, pero dime, ¿De qué hablaron? —Dijo con impaciencia.

—Le dije que había entrado a mi baño, él me dijo que no veía mi nombre escrito por ningún lado, nos reconocimos y ya está, eso fue todo.

Ava pareció insatisfecha con mi respuesta, pero no puso pegas

—¿Y qué te pareció? De apariencia física, digo. Sé específica.

Sonreí

—Está un poco más alto de lo que recordaba, aire de chico malo, que te deja en terapia por cinco años, ¿feliz?

Ava sonrió.

—Sí.

Entrecerré los ojos. Sabía lo que pensaba.

—No te ilusiones, querida Ava. No es mi tipo, no me van los chicos con aire de rompecorazones, ¿Has visto la cantidad de modelos que están babeando por él?

—Sale un par de veces en noticias y revistas, pero la verdad es que nunca se le ha vinculado directamente con alguna modelo.

—Bueno… Eso no lo sé, no estoy muy atenta a noticias, pero, no negaré que sí he visto un par de revistas,efectiva y notoriamente, no soy una de las modelos que chorrean de baba por Nolan.

Ella sonrió y hablamos un poco más, luego me dijo que debía irse, nos despedimos y yo bajé, mamá estaba dormida, solo estaba Nolan en la cocina, fui a tomar un refresco de la nevera, pero él estaba apoyado en ella, mirando su móvil.

—¿Te puedes apartar, por favor? Voy a coger un refresco. —Le pedí.

Nolan levantó la mirada de su móvil y me sonrió.

—Claro. —se apartó, lo miré con desconfianza y tomé mi refresco, de uva, mi favorito.

—¿Te gusta esa basura? —Soltó de la nada.

Lo miré de arriba abajo, ¿acaba de insultar mi bebida favorita?

—¿Disculpa?, ¿Basura? —Repetí, totalmente indignada.

—Tal como has escuchado. —Confirmó con una sonrisa.

¿Se reía?

Lo miré de nuevo, cerré los ojos unos segundos, para calmarme y poder decirle:

—Tú si eres basura.

No pareció afectarle, solo pestañeó dos veces, no se lo esperaba.

—¿No vas a decir nada? —Dije con voz dulce, y una mirada desafiante.

Por fin reaccionó, y sonrió.

—No me tomaré personal lo de que me acabas de decir que soy una basura, pero el refresco de uva es el peor que puede haber.

—Eso lo dices porque tienes gustos pésimos, si eso es con los refrescos, no me imagino con las chicas.

Algo cambió en su mirada, ahora era penetrante, me miró de arriba abajo y sonrió.

—¿Cómo crees que me gustan las chicas, Alayah? —Preguntó.

Tuve el instinto de apartarme un paso hacia atrás, pero no lo hice, no iba a mostrar desconfianza, así que alcé la cabeza y lo miré directamente a los ojos.

—Creo que te gustan las chicas perfectas, —Empecé— que les encantan el maquillaje y la ropa y la moda, esas chicas que están en tu misma sintonía. Las modelos que te buscan, he visto revistas, todas ellas son muy guapas. Evidentemente no son malos gustos, solo… que van muy a ti.

No dejó de mirarme, solo ladeó un poco la cabeza.

—¿A ti cómo te gustan los chicos?

Me quedé un poco estupefacta por el giro de esto. Hablábamos de él, no de mí, aun así, respondí.

—Me gustan los chicos seguros de sí mismos, que tienen claro lo que quieren, que hacen cualquier cosa con el fin de ver bien y feliz a su chica, altos, con buen sentido de la moda y del humor, que sepan lo que sienten. Me gustan los hombres.

Nolan entrecerró los ojos

—¿Es decir que los chicos con aire de rompecorazones y con pinta de niño rico no son lo tuyo? Seguro que no, ¿Verdad, Alayah?

Me quedé callada, había escuchado mi conversación con Ava. ¡Dios! Lo único que podía hacer, era no mostrar que me había pillado por desprevenida.

—No, Nolan, no va conmigo. Dime, ¿qué chicas van contigo?

Sonrió.

—Va un poco alejado a lo que tú piensas. Me gustan las chicas seguras, que, con su sola presencia, impongan en el lugar donde lleguen, las chicas que son naturales, pero que aman arreglarse para ellas mismas, amo a las chicas que no dejan que un idiota venga a cambiarles los planes, me gustan las chicas que sienten todo con un libro, que ríen, lloran, y cierran el libro porque algo pasó, que se emocionan y no les importa lo que los demás digan—Hizo una pausa y centró su mirada en mis ojos— Me gustan las chicas que son ellas mismas.