Melodías Nocturnas

Vampiros

Metamorfosis: Aparta de mí este cáliz

Arde a media luz la bebida
donde parpadean los meses insólitos,
los años que disgustan al buen paladar.
Saborea las fresas y mi enigma.

El peor hado nos ha juntado,
para amarnos aunque ninguno quiera,
para odiarnos aunque ninguno pueda.
Tú no deberías tentar mi sed,
yo ni debería intentar tu merced.

Mis garras frías se debilitan
al crisol de tu deseo.
Si supieras que me amarras,
que me quemas, no serías otra condena,
otro punto para subir en la cadena trófica,
una bebida para la sensibilidad distrófica.

Vampiros sombrearon mi figura,
distorsionaron tu percepción
y mis expectativas futuras
de esta razonada decisión.

No puedo dejar que se enfríe,
hay que apurar la copa
hasta la postrera gota,
quien hoy llora mañana se ríe.

Me has dado la noche
a beber en tu carótida,
en los capilares de tu esclerótica.
La santidad a mi dolor perfumado indigna
con tus fresas y tu nuevo enigma.

Siento las frutas de tu cuello
en las desgajadas flores
de mis antiguos labios.
Sólo quiero prolongar
la infinidad misma
con una mordida eficaz.

Pero...
En el sabor de tu sangre adivino
que acabo de devorar mi destino.

 

Imagen: Pintura llamada Vampiro, de Edvard Munch


 




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