Melodías y Ambrosías [saga Poesías 2]

Capítulo 60: ♫ Diseños y Melodías ♥

Rodrigo

Aira se hallaba mirando el techo. Aclaradas los asuntos sobre sus admiradoras, no habían tenido mucho más cosas que les preocuparan, por lo que el resto de la velada había seguido con normalidad. Ella era un torbellino de verborrea total. Se la pasó contándole sobre cómo disfrutaba bailar, esperaba ganar el festival de danza, lo insoportable que era unas de sus compañeras, cómo deseaba que ésta se torciera el pie para ocupar su lugar y no bailar como una boba alrededor del patio en su función de la Luna —con la mirada de desaprobación de él y la posterior risa nerviosa de ella acompañada de ‹‹¡Es una broma!››.

Luego de eso, Rodrigo se levantó de su cama para encender su laptop que yacía sobre su escritorio, pero fue detenido por Aira:

—¿Qué haces? Debes descansar —dijo cogiéndolo del brazo para obligarlo a volver a la cama.

—Hay algo que quiero enseñarte.

—Ya luego lo haces, debes descansar —insistió la muchacha recordando que lo había oído toser muy fuerte minutos antes.

—Pero... quiero mostrártelo ahora.

—¿No puede ser después? —le inquirió Aira con el ceño fruncido. Él negó con la cabeza:

—No sé si vendrás mañana o pasado. Y ya quedan pocos días para Diciembre —dijo dándole la espalda, prosiguiendo su camino, sentándose frente a su escritorio y encendiendo su laptop que se hallaba en suspensión—. Lo ideal es que puedas ver esto que tengo para ti...

—¿Qué cosa?

—Ven, siéntate a mi lado y te lo mostraré —dijo invitándola con un movimiento de cabeza y moviendo una silla que se hallaba ahí.

Luego de hacer un par de clicks aquí y allá, volteó su laptop hacia donde estaba Aira para que pudiera contemplar mejor lo que había en aquélla. Los ojos de la chica se abrieron de par en par, sin siquiera pestañear, contemplando el diseño que tenía frente a sí.

La computadora mostraba una imagen de una chica de pelo negro largo, vestida con un polo amarillo y un pantalón blanco, de espaldas, sentada sobre lo que parecía ser la ladera de una colina, como observando al horizonte de un bosque a metros más allá. Era de estilo vintage, en tonos azules y verdosos. Sobre aquélla, en letras imprentas de color blanco y grandes, se leía "Mis Ansías".

—¿Es...? ¿Es...? ¿Es la portada para mi poemario? —habló incrédula. Él asintió.

—Aunque lo encargué hacer con el título que me pediste, "Mis Ansías", la persona que lo hizo no le puso tilde. Tuve que editar esa parte porque bueno... —Sus ojos rodaron como si tuviera que decir algo que le daba vergüenza—. Ya sabes, me explicaste el otro día que tiene acento ahí porque tiene un significado especial y...

Aira no respondió. Sólo siguió contemplando embelesada a los siguientes diseños.

La segunda imagen era de una de una fémina sentada sobre una gran ventana, con la cabeza agachada y con la mano derecha apoyada sobre una de sus rodillas, mientras parecía contemplar a lo que había fuera de la casa. Estaba cubierta por una cortina blanca. En el diseño predominaban los colores marrones, amarillos y blancos, del mismo estilo vintage de la primera. A su vez, en letras grandes y cursivas, se podía leer el título de su poemario.

—Aquí como en el otro diseño... —prosiguió Rodrigo—, tuve que editar el título y...

Como antes, no le respondió. Él volteó su rostro hacia Aira para saber por qué no seguía el hilo de su conversación, pero ella parecía abstraída por completo. Estaba totalmente concentrada en apreciar aquellas imágenes, como si nunca antes hubiera visto algún diseño del programa Photoshop.

—Y este otro, es el último boceto.

La imagen que le mostraba era un diseño en colores grises, marrones y negros, con el mismo estilo de sus antecesoras. Era una foto de una playa, que tenía como protagonista la sombra de una silueta femenina, tomada a trasluz, en un bello atardecer. La mujer se hallaba sentada sobre la arena, dando la espalda para la cámara. En letras cursivas marrones con borde negro, muy elegantes, en la parte superior, podía leerse el título de su poemario. Y en la parte inferior, podía apreciarse, en el mismo estilo, pero con letras más pequeñas "Ansiass".

Él seguía esperando alguna reacción de Aira. Pero aquélla no llegaba. Ella seguía en otro mundo... en otra galaxia..., provocándole con esa lejanía pequeñas punzadas en su corazón, y un ardor en su interior, tan endemoniadamente familiar, que pensó que en ese momento iba a trastabillar.



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En el texto hay: comediaromantica, amor, novelacontemporanea

Editado: 04.03.2019

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