Melodías y Ambrosías [saga Poesías 2]

Capítulo 34: ♫ Curiosidades y Melodías ♥

Aira

—Pasa. Siéntete cómoda en donde veas y...

Rodrigo se hallaba en el umbral de la puerta de su departamento. Con un gesto de la mano estaba invitando a la joven a entrar. No obstante, fue interrumpido cuando ella, en un impulso incontrolable se lanzó a sus brazos y lo abrazó con ansiedad, con impulsividad y con frenesí...

—Rodri... ¡No sabes cuánto te extrañé! —decía Aira mientras lloraba desconsoladamente.

No le importaba enjugar sus lágrimas en la polera de él. Sólo quería tocarlo, abrazarlo y sentirlo cercano a ella.

Le había parecido una eternidad el estar separado de él. Había pasado noches en vela preguntándose por qué le había parecido en los últimos días tan lejano, tan frío, tan parco. Sabía que su Asperger podría ser el causante de alguna de sus actitudes que la dejaban "con la cara cuadrada", como ella se describía cuando él le respondía solo "Gracias" a sus arranques de emotiva impulsividad. Pero... cuando le explicó los motivos y le quedó claro que lo que él sentía por ella era un "sentimiento etéreo", parecía haberse tranquilizado. Sin embargo, esta leve calma solo le duró poco tiempo.

Desde hacía pocos días ella lo notaba más distante que nunca. Y aunque no sabía la verdadera razón del porqué de ese cambio, solo estaba segura de algo: la distancia, la ignorancia y la inexperiencia estaban haciendo mella sobre su joven espíritu, a tal punto de que ella ya no se consideraba un ser racional. Había perdido la moral que le dictaba que hacer ciertas cosas estaba mal. Había perdido la razón que le decía que estaba mal ir al departamento de soltero de un chico. Había perdido en cierto modo la vergüenza, que en otras circunstancias le impediría correr a los brazos del joven que amaba tanta intensidad... porque, en momentos así, la cordura se perdía para dar paso a las emociones que la embargaban resumidas en una simple impulsividad y locura insanas...

No supo por cuánto tiempo estuvo así. Pero, cuando la poca racionalidad que le quedaba le gritó dentro de sí que estaba mal lo que estaba haciendo, se separó pronto de Rodrigo, aunque esto no impidió que las lágrimas siguieran bañando su rostro...

—Discúlpame... Yo... no... sé que me pasó... —dijo a la vez que retrocedía.

—No te preocupes... Yo... Yo... —acotó Rodrigo, quien estaba hecho un tomate, y se rascaba la cabeza y la oreja derecha.

En ese instante, Aira se chocó con una pequeña mesita que estaba detrás de ella, provocando que algo cayera al suelo y que la tensión del ambiente se distrajera.

—¡Perdón! —dijo ella cuando se percató de lo que había hecho.

Sin embargo, cuando quiso agacharse para recogerlo, él se le adelantó, como no queriendo que ella osara tocarlo con sus manos. Rápidamente tomó en sus manos a un pequeño marco de fotografía de color rojo y lo colocó en un aparador metros más allá.

—¿Quieres un pañuelo...? ¿O algo? —le preguntó mientras seguía rascándose la cabeza cuando le hablaba.

Ella se le quedó observando. No sabía a qué se refería. Y cuando le respondió que no sabía para qué le ofrecía un pañuelo, se apenó más de lo que ya estaba.

—Lo siento... y encima mojé tu polera... —manifestó apenada señalando el lado izquierdo inferior de su pecho.

Sonrió en su interior al percatarse de que, la diferencia de tamaños entre ambos era tan amplia, que sus lágrimas habían dibujado un pequeño mapa en la polera verde del joven.

—No te preocupes... —agregó Rodrigo, quien se dirigía a una pequeña habitación para luego regresar con un pequeño paquete de kleenex—.Ya me iba a cambiar de todas maneras para ir a clases.

—¿A qué hora entras hoy?

—A las 5:30 pm.

"Genial", pensó. Esto le daba el tiempo suficiente para estar un buen rato con él antes de ir a su práctica de la danza.

—Te molesta si... —Rodrigo hizo una pausa—. ¿Si me aseo un poco y ya aprovecho para cambiarme para ir luego a clases y...?

—Adelante... —dijo Aira para luego pasar saliva.

—En un rato estoy contigo, es solo que... ya que tengo que cambiarme de polo... yo...

Ella meneó la cabeza.

—No te preocupes.



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En el texto hay: comediaromantica, amor, novelacontemporanea

Editado: 04.03.2019

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