La abuela Asunción había armado una especie de piyamada con ellas, donde provista de un camisón con diseños muy particulares, eran estrellas con diferentes nombres, lo llamativo que de cada una de ellas salían frases muy especiales. Guadalupe trataba de leer las mismas.
“María: mi amiga del alma, las almas con alas”
“Porto: Si el amor tuviese nombre llevaría el tuyo”
“Tina: los ángeles existen”
“Pakito: mi cielo…”
_Sabes…es una vieja costumbre -dijo la abuela Asunción viendo el interés de Guadalupe por su camisón. _Mi bisabuela le gustaba escribir, pero su padre no admitía que las mujeres leyeran y escribieran, por lo que, aunque no lo creas se las ingenió para aprender a leer y escribir, espiaba a los tutores de sus hermanos varones cuando estos les daban clases, de esa manera fue adquiriendo información y ella reproducía en lo que podía luego, en el arena, cuando ayudaba hacer el pan en el harina, hasta que por las noches comenzó a escribir con carbonilla en el revés de su camisón, por lo que pensaba que al dejarlo en su camisón nadie sabría más que su criada que luego que lo lavara se perdía lo escrito , por lo que le consiguió de contrabando plumín y tinta…y así comenzó esta tradición de la familia que escribíamos en nuestro camisón aquello que sentíamos…hasta hay una marca de ropa la cual cree que se llama sentimientos y…
_ ¿Eres la Creadora de “Sentimientos”?_ Preguntó eufórica Guadalupe
_Pues…sí_ Respondió haciendo una reverencia.
_ ¿Por qué nunca me lo contaste?- Dijo tirando una almohada a Tina.
_Por esto, porque no me dejarías en paz…Guadalupe ama tu ropa abuela, así que comienza a mandar las que tengan alguna falla…
_Ay Tina eres de terror, cuando queráis tienen una colección completa.
_Siiiiiiiiii-grito Guadalupe.
_Pues tía un poco de dignidad por favor…_Bromeo Tina terminando de hacerse sus dos trenzas acostumbradas para dormir.
_Pero sí me permites si quiero decirte algo Guadalupe…-La abuela Asunción se acercó a la muchacha y tomó sus manos. Sabes hoy me emocione muchísimo…tienes una voz increíble un talento que Dios otorga para algunos elegidos, y debes…creo sin entrometerme…debes compartir ese talento.
_Ja! si la madre se entera, la mata…_Guadalupe bajo su cabeza ante el comentario de Tina._ Perdón…amiga soy una bruta lo sabes….
_No es por ti…es porque es cierto, si me madre supiese que pise un escenario… no se no quiero ni pensar.
Asunción las miró sin entender nada.
_Pero… ¿por qué tu madre…?
_Porque odia la música, los músicos o todo aquello que tenga que ver son eso…mi padre era músico, ella me crio culpándome a mí y a él de su vida desgraciada y tal vez lo fue, mi padre era alcohólico se iba por meses, la engañaba…murió en un noches de fiestas…ella me dice que soy idéntica a él…y creo que por eso me castiga.
Asunción tomó aire y se puso de pie.
_Sabes…no está bien, no conozco a tu madre y no debo hablar, pero sí creo que tu no debes creer lo que ella siente, esta dolida, herida y es muy posible que necesite echar culpas…a veces los padres hacemos eso…el mío también lo hizo…y durante mucho tiempo nos distanciamos…lo lamente sabes…el murió sin que nos perdonáramos…-una lágrima alumbró la mejilla de la abuela Asunción. _Y esos momentos no regresan…pero tal vez es para enseñarnos…Tú tienes la oportunidad de ser quien quieres ser quiera tu madre o no…ella ya vivió, decidió tal vez se equivocó pero tú no tienes la culpa…siempre es mejor enfrentar que huir…Y esa voz por algo es un regalo de Dios.
Guadalupe fue hasta Asunción y la abrazó, cerró sus ojos y sintió ese aroma a jazmines que tanto la caracterizaba, ese abrazo fue como si la reconstruyera, uniera esas partes, esas que se van perdiendo ante cada dolor.
_Bien bien vamos aflojando con el melodrama tías, que la idea era divertirnos, por lo que abuela tu ibas hablarnos de sexo…
La abuela Asunción y Guadalupe se miraron y comenzaron a reír tirándose en la cama, Tina voló sobre ellas.
_Créeme hija no hay nada más divertido que el sexo…-dijo riendo Asunción.