|SEXTO CAPÍTULO|
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La Quinta Carta: Un 'nosotros'.
11 de febrero de 2021.
¿Qué sería de mí si no me hubieran ganado los nervios y hubiera charlado contigo alguna de las tres primeras veces en la que tuve oportunidad?
¿Habría un nosotros ahora?
¿Hubiera existido un nosotros, y luego ya no?
¿Hubiera vivido mi romance adolescente cómo en los libros sucede?
Nunca lo sabré. Pero, ¿si una cosa hubiera sido diferente en aquel entonces, lo sería todo ahora?
A veces, cuándo estoy caminando en medio de la masa de personas que se dirigen, sólo a veces, me doy cuenta al levantar un poco la cabeza que voy caminando detrás de ti.
Ahí voy, viendo tu figura imponente caminando frente a mí. Tu espalda rígida, hombros anchos, tu brazo caído a uno de tus costados y el otro flexionado porque llevas la mano agarrada a tu mochila.
Tu cabello negro y oscuro peinado hacia atrás, el leve olor de tu colonia crítica, tus pasos relajados y sin prisa, justo cómo tu postura al caminar.
Muchas mañanas, antes de entrar a clases, caminabas frente a mí y ni siquiera lo notabas. Yo podía mover mi mano, tocar tu espalda y decir: «¡Hey! ¡Hola!» o lo más parecido a un saludo normal entre dos personas que estuvieron a punto de conocerse tiempo atrás..., pero jamás pude.
En algunas clases tocamos juntos, pero tú, tú te mantienes silencioso y hablas sólo cuándo nadie sabe la respuesta a la pregunta que la maestra hace.
Y en OPV mientras puedo hacer de todo menos prestarle atención a lo que el maestro esté diciendo, logró notar cómo pasas leyendo. Mis ojos de águila lograron captar el título de aquel libro que leías, era uno del campo de la filosofía.
Pero, el título de aquel libro no fue lo único que noté ese día con mi vista de águila, también noté cómo arrugaste y tiraste al suelo una nota que una de las chicas de atrás había lanzado a tu dirección.
No sabía si eras tú quién tuvo que recibir aquella nota, o te cayó por accidente..., pero tengo miedo de que estás cartas también sean arrugadas cómo aquel pedazo de papel.
Ese día, la esperanza profunda que aguardaba en mi interior, la esperanza que llegará el día en el que te enamorarás de mí..., se redució, pero no se apagó.
Con las esperanzas arriba y escondidas,
Ice queen.