Memoria

Memoria

  El pelear contra mi camisa que insistía en pegarse a mi piel y los olores de quienes me rodeaban estaban volviendo el viaje, ya de por sí largo, un infierno. Jamás pude soportar los olores fuertes, mi nariz fue, desde joven, muy quisquillosa y siempre me consideré más una persona de invierno. Creo que nunca me gusto el verano. Sí, ¿cómo podría gustarme? El calor, la transpiración, lo imposible que se vuelve dormir sin un puto ventilador al lado de la cara y los olores, los malditos olores. ¿A quién podría gustarle todo eso? ¿Era a Juan o a Ramón al que le gustaba el verano? Uno de los dos siempre lo defendía. “las vistas en verano son mucho mejores”. Bah, No hay vista alguna que compense este viaje de mierda.

  Con todas las ventanas abiertas de par en par y ni asi llega una misera bocanada de aire. Tal vez tendría que haberme tomado un taxi ¡No! No es de tacaño pero ni este calor me va a convencer de darle una misera moneda a esos chupasangres que te cobran hasta el sentarte en sus autos mugrosos. Un uber, esa habría sido una buena solución pero entre los que se creen graciosos y los que parece que no hablaron con otro ser vivo desde hace años... Mañana voy a volver en uber.

  Lo que me faltaba, realmente espero que exista un lugar especial en el infierno para los que escuchan música sin auriculares en lugares públicos. Un dia de estos voy a tirar el celular de alguien por la ventana y a ver si asi aprenden que a nadie le importa la basura de música que escucha. Parece que casi te obligan a aislarse atrás de unos auriculares para no tener que soportar sus mierda ¡Quiero llegar a casa!

  Lo único bueno que tenia este trabajo, si es que tenía algo de bueno, era que me dejaba las tardes libres, pero estas semanas… Primero los proveedores con problemas en sus  números que nos dejaron con el depósito casi vacío. Despues aparecio esa denuncia de no sé qué y para terminarla Fabricio y su condenada licencia que me cargo de, sí se puede, más trabajo. Y claro, como no tenía ya suficientes cosas para hacer, el viejo de mierda del jefe que me tiró un montón de su trabajo encima. Y acá estoy, quedandome después de mis horas tratando de acabar con toda esta porquería, terminó viajando a hora pico, apretado y rodeado de esta gente que chorrea sudor como si hubieran acabado de dar un largo en una pileta hedionda de veinticinco metros.

  Odio el verano. O el calor. Definitivamente odio el verano o el calor. Creo que tuve uno o dos veranos buenos,digo, debo haber tenido al menos algunos memorables. ¿Qué fue lo que hice el verano pasado? ¡Dios! Debo estar más cansado de lo que pensaba. Pero seguramente habré tenido al menos un verano bueno. Sí, definitivamente odio el calor. Si estuviéramos en invierno podría ponerme una campera, unos guantes, hasta quizás una bufanda y ya no tendría problemas. Además, la gente que insiste en no usar desodorante no apestaría tanto como ahora y viajar a estas horas no sería tan tortuoso.

  Necesito una cerveza fría, espero haber dejado una en la heladera. ¿Cuanto más falta para llegar? Viajar en hora pico es una mierda, el calor me pone insoportable y tengo que estar respirando por la boca para no empezar a vomitar en la espalda de el tipo que tengo enfrente pero aun asi…Que molesta es la sensación de saber que se me olvida algo importante. Esa picazón detrás de la nuca que se repite como un susurro y que no puedo escuchar. Se que tenia algo que hacer pero no me puedo acordar de que. Nadie me espera en casa, de eso estoy seguro y no recuerdo tener plan alguno para hoy. Lo que necesito es tocar una cerveza fría y acostarme. Solo dos días más y por fin va a terminar esta semana.

  ¿Me habré equivocado de colectivo? No reconozco ninguna de estas calles No, es imposible, siempre reviso el número y el cartel dos veces antes de subir después de aquella vez que por estar con el teléfono me equivoque de colectivo y termine en… ¡VAMOS! ¡No puede ser! Esa es una de mis anécdotas favoritas. No puede ser que no recuerde a donde termine. ¡Juan! Juan tiene que acordarse donde termine. Le conté esa historia hasta el hartazgo, el tiene que saberlo. Voy a mandarle un mensaje y… ¡Mierda! ¡Mierda! ¿Cual es la puta contraseña de este aparato? ¡Tengo que llegar a casa ya!

  Se que tengo que estar cerca. Yo vivo por acá. ¡Tengo que vivir por acá! Tengo esa sensación,si,  esa sensación como cuando estás profundamente dormido y el cuerpo se despierta solo cuando estas cerca de tu parada. Esa casa, esa casa la conozco. Y ese bar, siempre nos juntamos en ese bar.

  Estoy cerca, lo sé...¡Ahí! ¡Esa horrible puerta azul! Yo vivo en esa horrible.. esa horrible azul. Tengo que bajar y llegar a esa cosa. Si solo pudiera pasar por medio de esta masa de sudor y llegar a tocar ese botón. Dios, odio este fétido olor, me siento mareado, Siento arcadas a cada paso pero solo tengo que seguir un poco más, solo un poco más.

  ¿Cuántas manzanas me habré pasado? No giro ni una vez. Solo tengo que seguir derecho hasta la azul. Siento la cabeza vacía, cada vez se me hace mas dificil el encontrar el nombre de las cosas en mi cabeza, ya no puedo recordar que colectivo me trajo hasta acá ni hace cuánto tiempo que estoy caminando. A cada paso todo se vuelve menos familiar. Estoy yendo a casa, estoy yendo a la azul. Se que conozco el nombre de estos árboles, sus flores en primavera son hermosas y su perfume es mi tercer olor preferido No puede haber pasado mucho tiempo, tengo que estar cerca de la azul. Una vez llegue y pueda descansar todo va a estar bien. Todo va a volver a tener sentido y esto va a ser solo una anécdota más y nos vamos a reir de esto, los muchachos se van a reir y todo va a estar bien.



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En el texto hay: viaje, misterio, memoria

Editado: 24.06.2019

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