Memoria del Alma que Nunca Fue

Epílogo

A veces, camino por la ciudad y la gente me mira como si me conociera. A veces, alguien susurra el nombre “Samuel” cuando paso.

Pero yo sigo siendo Elías.

O eso me repito.

Y en las noches… cuando la lámpara oscila suavemente sobre mi cama, escucho su voz.

—Gracias… por recordarme.

Y el silencio me abraza, con una tristeza que ya no me asusta.

Porque aunque nunca fui él,
ahora soy la memoria del alma que nunca fue.



#589 en Thriller
#275 en Misterio
#198 en Suspenso

En el texto hay: misterio, suspenso, psique

Editado: 23.04.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.