Estaba tan oscuro como una noche en el invierno,
no sabía dónde me encontraba solo pude palpar con mis manos unas paredes metálicas y frías, un frío tan siniestro que me hacía recordar a cuando de niño alguien te metía un hielo entre la camiseta y la espalda, continúe palpando intentando controlar mi desesperación por no saber en qué lugar me encontraba, no recuerdo cómo llegué a este lugar ni cuál era mi nombre, y justo en el momento en que la oscuridad se adueñaba de mi mente encontré lo que parecía ser una palanca en una puerta, nuevamente pude serenar y frenar mis pensamientos acelerados,
"al fin una salida, por fin podré saber en dónde me encuentro"...
Pero para mí sorpresa me encontraba en un pasillo igualmente metálico como aquella habitación en la que me encontraba, este pasillo tenía tantas puertas iguales que parecía infinito, las paredes oxidadas y mohosas aunque algunas puertas tenían una ventana redonda. Empecé a caminar probando suerte en cada puerta pero no conseguía abrir ni una sola de ellas, no había indicios de otro ser humano acompañándome en tan lúgubre lugar, pero yo siendo tan optimista y hablando con nada más que mi propio cerebro continúe inspeccionando el lugar, cuando sin previo aviso un sonido tan irritante llegó a mis oídos provocando un atemorizante escalofrío, no era otra cosa que un sonido de cadenas arrastrando el helado piso del pasillo no sabía de dónde provenía dicho sonido solo sabía que tenía que salir de ese maldito lugar.
Corrí por el pasillo probando desesperadamente mi desepcionante suerte puerta tras puerta; "nada, nada, está tampoco, maldita sea ni una abre!"...
"Gracias a Dios está abierta", con un profundo suspiro entre sin pensarlo dos veces y como estaba más que claro, era una habitación más, no era la salida que tanto deseaba, intenté esconderme pero la habitación estaba vacía no había nada más que un sucio baño así que coloque mi espalda en la puerta esperando. A qué?, pues ni yo lo sé, lo único que sabía con certeza es que lo que fuera ese sonido no era nada bueno.
El silencio dejado por esa horrible cadena arrastrando sobre el piso, en un grito desgarrador se resquebrajó así como cuando un animal descubre que está en un matadero, no duró mucho y puerta por puerta en las que intente entrar se escuchaba que se abrían y acto seguido gritos ahogados estremecedores, "y yo que pensaba que estaba solo en este horripilante lugar". La muerte avanzaba hacia la habitación en la que me encontraba, que como lo sabía? pues créanme que si escucharán grito tras grito apagarse en un segundo lo comprenderían,
ya a unas cuantas puertas aledañas a la mía se encontraba ese maldito ser origen de tal sufrimiento, y con la mente completamente en blanco, tan blanco como una nevada que lo cubre todo sin discriminar y sin ni un motivo me levanté a intentar vislumbrar quien era ese "ser" a través de la ventana de la puerta y efectivamente; "lo ví"...