Confía en mí
Todo a mi alrededor estaba completamente oscuro, no parecía haber nadie ni nada cerca de mí, tampoco podía descifrar en donde me encontraba. Sin embargo, algo comenzó a surgir desde mi interior, se sentía como una presión en el pecho, tan fuerte y densa que me comenzó a doler y a extenderse en todo mi cuerpo, haciéndome temblar sin disimulación, como si de frio se tratará. Pronto dejo de doler, pronto se convirtió en una sensación que no podía contener, una emoción tan estancada en mi interior que moría por salir.
¡Quiero salir de aquí!
Era el único pensamiento clavado en mi cabeza. Una parte de mí sabía que se trataba de una especie de sueño o pesadilla, incluso tal vez una alucinación como las que antes había tenido, pero a pesar de que mi cuerpo continuaba temblando no podía moverlo. Me di cuenta que tenía los ojos cerrados cuando pequeños destellos y luces comenzaron a iluminarse en mis parpados, quería abrir mis ojos, ver que estaba enfrente de mí, pero estaban tan pesados, parecía como si estuviesen pegados con algo ya que dolía seguir insistiendo en ellos. Mis sentidos iban agudizando de a poco, note algunos sonidos de máquinas sonando, pitidos, ventiladores funcionando, incluso algunas tecleas siendo presionadas. Quería hablar, quería que me ayudarán, que me sacarán de aquí, tan si quiera entender en donde estaba, pero de nuevo mi boca no funcionaba, no podía pronunciar palabra alguna.
No me quería detener, no me quería rendir, respuestas era todo lo que buscaba, todo el tiempo me sentía tan tonto, tan perdido y nada parecía tener ningún tipo de sentido a mi alrededor. Con toda mi voluntad en alto seguí intentado pronunciar palabras, a cambio de tal esfuerzo un pequeño balbuceo salió de mí.
- No.... – escuche a alguien decir en un susurro
Para cuando quise intentar hablar de nuevo, toda sensación se me escapo, de nuevo no había nada.
* * *
- Oye Kai – no podía ver con claridad a quien se encontraba frente a mí – Kai, despierta, por favor – de nuevo la imagen difusa, que poco a poco se volvió clara. Amanda
- ¿Qué pasa? – pregunte mientras enfocaba la vista. Me encontraba en mi departamento, pero todo estaba totalmente desordenado, ¿qué había pasado?
- Me diste un susto horrible – Amanda se lanzó hacia mí, dándome un abrazo demasiado fuerte, podía escuchar como comenzaba a sollozar, su cuerpo comenzó a temblar y su agarre se volvió aun más fuerte. Mire a todo mi alrededor, las luces estaban apagadas, parecía ser de noche y por alguna razón yo me encontraba en el suelo de mi hogar, note mis manos que estaban apoyadas en el suelo, lucían un poco más delgadas de lo usual.
¿Qué estaba pasando?
- No vuelvas a hacer esto – Amanda comenzó a hablar, sus manos se encontraban aferradas a mi espalda y su rostro pegado a mi pecho – No intentes alejarte de nuevo Kai – levanto su rostro y ahí estaba, los ojos completamente hinchados, rojos, lagrimas aun en su rostro, dibujando el camino por el que recorrían su rostro, sus mejillas rojas y sus labios un poco hinchados también, temblando. Todo su rostro era una mezcla de emociones, parecía molesta, preocupada, pero al mismo tiempo lucía vulnerable, pequeña, frágil.
Amanda lucía hermosa.
Sin pensarlo demasiado, siguiendo mis deseos, como si todo se tratase de una cámara lenta, levante mis manos y las coloque en la cintura de Amanda. Ella lucía desconcertada, pero no disgustada puesto que sus manos se sujetaron con más fuerza en mi espalda. Comencé a acercar mi rostro al de ella, por su parte noté que ella se dispuso a cerrar los ojos, esperando a que yo simplemente me terminará de acercar y así lo hice, me acerque y junte nuestros labios, apenas unos segundos, apenas lo suficiente para sentir sus lágrimas, para sentir la calidez, pero al mismo tiempo el frio de su rostro.
Ella se alejó un poco, pero antes de poder hacer algo más la tomé de la nuca y la atraje hacía mí, haciendo juntar nuestros labios de nuevo, y en este segundo intento ella me siguió la corriente. No se trataba de un beso rápido o desesperado, mucho menos apasionado, era un beso lento y a pesar de eso un poco torpe pues nuestros dientes llegaron a chocar, sin embargo, no podía detenerme, algo en mí sentía esa pequeña necesidad de seguirla besando, de seguir teniendo su calidez tan cerca de mí.
No es ella
Me aleje como si algo me hubiera jalado, ella no lo tomo mal, solo mantuvo su vista en mí, como si esperara que yo hablará primero.
- Lo siento, no era...
- Me da gusto que estés bien ahora Kai – de nuevo me abrazo – Extrañaba esto amor
¿De qué habla?
Antes de poder responderle, ella levanto la vista y sentí sus manos colocarse a cada lado de mi rostro, sin previo aviso ella me besó de nuevo. No me quise alejar, simplemente le seguí la corriente, aunque no era porque yo quisiera, una parte de mí no quería besarla, era raro, incomodo, siempre habíamos sido amigos, pero otra parte sentía tanto anhelo y deseo por sentirla, y era esa parte la que no podía callar o parar. Me sentía como un tonto, siguiendo mis “deseos”, sin pensar más allá de las consecuencias.
- Venga, vamos a dormir que ya es muy tarde – me tomó de la mano y después de levantarse me ayudo a hacerlo también. – Este lugar es un desastre Kai, deberíamos limpiarlo mañana sin ninguna falta. No puedo creer que mi partida te pusiera asi de mal