Memoria Programada

Capítulo 13

Se honesto

Mi vista se encontraba nublada, todo parecía desenfocado, difuso y sin una forma clara. Intenté frotar un poco mis ojos para mejorar la imagen, pero nada cambiaba. Mis sentidos de nuevo se encontraban extraños, podía moverme, podía hablar, podía ver y escuchar, pero todo se sentía y lucía demasiado extraño.

- ¿Qué haces aquí? – una voz parecía dirigirse a mí, no lograba ver nada con claridad, pero podía distinguir una pequeña figura a unos pasos de mí, lucía como una chica sentada en alguna especie de superficie.

- Lo siento, podrías...

- Vine a verte – alguien hablo a mis espaldas, interrumpiendo lo que estaba diciendo. Y como si no tuviera una forma física real, pude ver y sentir como esa persona a travesaba mi cuerpo para caminar y acercarse a esa chica. Al mismo tiempo que él caminaba mis sentidos volvieron a la normalidad haciendo que las imágenes y sonidos a mi alrededor fueran claros.

Me moví un poco para ver a la persona que estaba frente a mí, de espaldas, pero en cuanto desvié un poco la mirada pude ver a esa chica. Se encontraba sentada en un columpio, su cabello se encontraba alborotado, las ropas que llevaba eran demasiado holgadas y en parte lucían un poco sucias, una sudadera gris enorme y unos pantalones negros rasgados y tallados con alguna suciedad que no podía identificar. Las manos eran pequeñas y parecían temblar, al igual que su cuerpo entero. Su rostro, pequeño, facciones bien marcadas, pero conservando esa feminidad. Aunque en este momento todo su rostro estaba echo un desastre, con la cara hinchada y roja, los labios partidos y un poco oscuros, la nariz roja y tallada, quizás de estarla limpiando constantemente, y los ojos, hinchados, rojos, cubiertos de lagrimas e irritados por limpiarlos con tanto esmero. Y de nuevo, aquella mirada que me mandaba directo al cielo.

- No te quiero cerca – aquel hombre no dejaba de acercarse a ella - ¡Lárgate!

- Por favor, ya basta, deja de intentar alejarme – finalmente llego a su lado e intento tomarla del rostro, pero antes de poder hacerlo ella pego un golpe alejando su mano de inmediato.

No planeaba hacer nada, pero en cuanto ella grito y alejo la mano de aquel hombre solo pude concentrarme en sus expresiones, ella parecía tener miedo, un pánico real por aquella persona. En sus ojos podía notar la desesperación de querer largarse de ahí, pero al mismo tiempo el miedo que la invadía parecía impedirle hacer algo más. Me acerqué a ellos con prisa, para poder quitar al hombre de en medio y defenderla a ella, pero me quede paralizado en cuanto llegue a ellos y mire a la persona frente a mí.

¡Soy yo!

Yo era quien estaba ahí, quien estaba infringiendo miedo en aquella pobre chica. Mi expresión lucía como la de un desquiciado, un lunático. Mi mirada estaba completamente sombría y fija en ella y sus expresiones, parecía que tenía la respiración agitada y aunque en un inicio creía que era por la culpa o algún sentimiento parecido, me di cuenta de lo equivocado que estaba... Una sonrisa se dibujó en mi rostro, en el rostro del que se suponía que era yo

- Isabella, eres mía y estoy haciendo todo esto por ti

¿Isabella?, me gire de nuevo a ver a aquella chica, los ojos, el rostro, sin duda era la misma chica que yo había estado siguiendo antes

- No Kai – comenzó a llorar – esto no es por mí, por favor... – levanto un poco la mirada, no dejaba de temblar, y su ceño estaba fruncido, parecía no querer mirarme – déjame en paz

- Es que no basta con que me lo pidas – mi otro yo se arrodillo frente a ella, tomándola de las manos y colocando ambas en las piernas de Isabella – Yo te elegí a ti, te quise a ti para mí y a nadie más – de nuevo estaba esa sonrisa – En el momento en que lo decidí, te volviste solo para mí – acercó su mano al rostro de ella y la tomo ligeramente del mentón - ¿Lo entiendes?

Toda la escena frente a mí era demasiado enferma, demasiado horrible, verla a ella temblando, gimoteando, rogando por su paz, su estado era deplorable y eso me hacía sentir un poco extraño quizás, pero, verme a mí, verme de ese modo, en donde yo estaba... satisfecho, contento por todo lo que veía en ella, era como si verla en ese estado fuera lo mejor que jamás hubiera visto.

Pero lo más raro era que... de alguna forma yo, congeniaba con mi otro yo... me gustaba ver esas expresiones en Isabella y sin darme cuenta... también estaba complacido con ella.

* * *

De nuevo se encontraban unas máquinas sonando cerca de mí, mis parpados se encontraban cerrados, pero parecía encontrarme en una habitación con demasiada luz blanca. Las cobijas estaban demasiado ásperas e incluso frías, podía sentir mi cuerpo sin ningún tipo de dificultad, aunque mi cabeza dolía de forma punzante.

- ¿Kai? – reconozco esa voz – Despierta Kai, por favor

Comencé a forzarme a abrir los ojos, sentía mis parpados abrirse, pero todo estaba difuso y con la luz que allí yacía era complicado adaptarme.

- ¡Doctor venga, ya despertó!

¿Doctor?, ¿estoy en el médico?

Escuche varios pasos andar a mi alrededor, el eco parecía resonar en todos los rincones de aquella habitación, muchas voces se volvieron claras, hasta que alguien me hablo directamente a mí




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