Una coincidencia
Habían pasado varias horas e Isabella no aparecía por ningún lado, no tenía forma de entrar a su edificio o su departamento, pero sin duda no había ningún tipo de movimiento allí dentro, las luces continuaban encendidas y sería raro si aun siendo de madrugada no las apagara.
Amy había estado enviando mensajes de forma continua, uno tras otro, preguntando por mi paradero, lo que estaba haciendo o que planeaba hacer, incluso preguntando si estaba bien o si necesitaba ayuda con algo. No me molestaba que se preocupara por mí, pero me estaba resultando irritante que de la persona que quería saber algo no podía hallarla por ningún lado y de la persona que ahora mismo no me importaba parecía capaz de mover cielo, mar y tierra con tal de saber un poco de mí.
Quizás mi actitud estaba siendo un poco inmadura hacia Amy, hacía pocas horas antes estaba pensando en pedirle ser pareja oficialmente, comprometiéndome totalmente a ello, pero ahora estaba aquí, esperando por otra chica que no lograba identificar como real o solo como parte de memorias distorsionadas o falsas.
- Debería enviarle un texto a Amy, solo para decirle que estoy bien – fue lo que pensé, pero antes de escribir el mensaje escuche un ruido al final de la calle, como si algo se hubiera roto, gire para identificar que había sido, pero no había nada ni nadie. Sin embargo, la sensación de ser observado no se había ido por completo – ¿Y si quien me vigila está ahí?
Decidí acercarme de forma silenciosa esperando encontrar a la persona que me estaba poniendo incomodo, pero cualquier otro ruido o indicio de alguien allí se perdió, para cuando llegué no había nadie allí, solo una botella tirada, lo más probable era que eso hiciese el ruido de hace un rato, pero ¿cómo es que se había caído?, había cajas y un par de basura alrededor, pero ni un rastro de donde hubiera caído.
Me aleje de allí y volví a mirar mi teléfono, pero antes de poder visualizar la pantalla me quede pasmado viendo las ventanas del departamento de Isabella, hacía unos segundos las luces estaban encendidas y las cortinas abiertas, pero ahora... todo estaba apagado y cerrado
¿Llego?, ¿en qué momento lo hizo?
Decidí acercarme y lanzar una piedra pequeña a su ventana, quizás con el ruido ella se acercaría a ver quién y podríamos hablar. Ese era mi plan, pero después de lanzar al menos diez piedras no hubo ni una sola señal de ella.
Puede que simplemente este cansada, aunque sigo sin encontrarle sentido a como entro tan rápido y sin hacer ruido.
De nuevo un sonido extraño hizo desaparecer mis pensamientos, esta vez había sido un sonido hueco, como un golpe seco, mire a todos lados y de nuevo no podía ver a nadie o nada, todo parecía estar tan tranquilo y callado, haciéndome dudar si realmente había escuchado algo, pero de nuevo otro sonido, esta vez alguien cantando, estaba comenzando a ponerme nervioso
¿Y si un lunático es quien me está siguiendo?
Fue lo primero que pensé puesto que aun sentía la mirada de alguien encima, pero mis nervios de disiparon en cuanto vi a un viejo caminar por la calle, iba cantando y tambaleándose de un lado a otro dejando en evidencia lo ebrio que se encontraba. No parecía malo, pero sus ropas y la poca higiene no te hacía sentir el deseo de acercarte. Aquel hombre continuo en lo suyo, haciendo escandalo sin ningún tipo de vergüenza hasta que llegó al frente del edificio de Isabella y de forma muy extraña se quedó de pie ahí por un buen rato, sin decir nada, sin seguir cantando o jugando, ni siquiera se tambaleaba, solo se quedó allí, mirando a un punto en específico... el departamento de Isabella
- No deberías estar aquí niño – el hombre hablo, pero aun sin moverse – No es bueno estar vigilando a los demás, es un poco raro... ¿no crees? – pregunto mientras giraba su torso hacía mi
Quise responderle, pero sentía un nudo en la garganta, no estaba nervioso, ni siquiera tenía miedo, pero entonces ¿por qué no podía hablar?
Aquel hombre sonrió de forma extraña y comenzó a caminar nuevamente, después de un par de segundos volvió a hacer escándalo en la calle como si no hubiera pasado nada, como si tuviera otra clase de personalidad adentro
¿Qué había sido eso?
Puede que Isabella se encontrará dentro de su departamento, pero me sentía un poco irresponsable dejándola sola, ¿y si aquel hombre volvía de nuevo?, había mirado con mucha intensidad e intención su departamento, ¿estará pensando en hacer algo?, no podía solo quedarme pensando en eso, prefería quedarme a cuidarla personalmente.
Pensándolo puede que sea bueno quedarme, mañana temprano podré verla y quizás podría acompañarla a su trabajo o quizás después de hablar con ella, ella quiera quedarse conmigo todo el día. Sería bueno, el simple hecho de pensarlo ya me ponía de buenas.
* * *
La luz que se filtraba entre mis parpados comenzó a ser molesta, mis ojos aún se encontraban cerrados y abrirlos se estaba convirtiendo en un martirio con tanta intensidad. Mi cuerpo entero se encontraba un poco entumido ya que me había quedado dormido afuera del departamento de Isabella
No entiendo en que momento decidí que era buena idea dormir, me había quedado a vigilarla, a asegurarme de que estuviera bien, pero no pude cumplir con eso