Memoria Programada

Capítulo 20

Repetición

La luz que se colaba entre mis cortinas era bastante tenue, no me hacía doler los ojos, pero me hacía saber que ya era bastante temprano para que el día comenzará. Una suave brisa se coló en mi habitación, era bastante fría haciéndome acomodarme aún más entre mis cobijas y mi cama.

No quería levantarme, no quería iniciar un nuevo día y tener que ir a trabajar, además ¿qué sentido tenía?, ni siquiera hacía algo importante el trabajo, solo revisar documentos y códigos.

Un pequeño destello circulo en mi mente, haciéndome saber que si había una muy buena razón para asistir al trabajo

Amanda

La chica de mis sueños, mi amiga, compañera y novia. Es la única razón por la cual yo quiero estar aquí y mejorar, gracias a ella tengo tantas cosas y estoy tan agradecido. Es la chica más dulce y encantadora que he visto en mi vida.

Recuerdo que fuimos amigos desde pequeños, fuimos juntos a la escuela e incluso ahora trabajamos juntos, pero desde niños ella me gustaba, aunque claro, antes no sabía lo que era que una niña te gustará, pero siempre estaba preocupado por ella, la procuraba, cuidaba y le hacía notar cuan necesario podía ser para ella. Cuando estábamos en secundaria recuerdo que nadie solía acercarse a ella porque todos creían que nosotros éramos pareja, a mí me emocionaba que dijeran esas cosas o esos rumores se esparcieran y a ella tampoco parecían incomodarle pues nuestra amistad no cambiaba.

Fue muy gracioso darnos cuenta que todo este tiempo ambos sentíamos lo mismo, pero no confesábamos nada por temor a que no fuéramos correspondidos.

- Kai – pronunció una dulce voz

- Amanda – me acerque deprisa hasta ella para poder tomarla entre mis brazos y abrazarla

Todos en la oficina decían que somos demasiado melosos, actuando como si fuéramos una pareja en sus primeros días, desbordando miel por doquier y aunque quizás era cierto, a ninguno de los dos nos importaba, nos sentíamos felices el uno con el otro.

- Te extrañe mucho amor – me dijo apenas separándose un poco de mí

- Y yo a ti – termine de decirle para acercarme a su rostro y poder besarla, pero antes de hacerlo alguien nos interrumpió

- Alguien debería separarlos – dijo en broma alguien detrás de nosotros

- Enserio chicos, deberían separarse, están en la entrada de la compañía – dijo alguien más, haciendo que ambos nos miremos y solo pudimos sonreír mientras nos separábamos un poco.

- ¿Tienes algo importante que hacer hoy? – pregunte mientras comenzábamos a caminar por la compañía

- Nada importante, espero terminar a tiempo – sujeto mi mano y comenzamos a entrelazar nuestros dedos - ¿Por qué?

- ¿Te gustaría tener una cita conmigo? – apreté un poco su mano – Hoy te miras preciosa y sería un desperdicio no invitarte a ningún lado – pude notar un leve sonrojo en su rostro

- Me encantaría – me dijo con una sonrisa nerviosa

Sin duda mi novia era la chica más preciosa y tierna de este mundo. Lo único que quería era mantener esa sonrisa y expresiones activas todo el tiempo, logrando eso podría sentirme satisfecho con todo en mi vida.

- Te veo más tarde amor – me dijo y ambos asentimos y comenzamos a alejarnos para ir cada uno a nuestra oficina

- Espera – le dije acercándome a ella, con un brazo la rodeé por la cintura y con la otra tomé su rostro para poder acercarla a mí y besarla tiernamente – No había podido saludarte como corresponde – le dije después de separarnos. Ella tenía la cara completamente roja, pero lucía bastante contenta alejándose en silencio con una enorme sonrisa en el rostro.

Siempre me sentí como un hombre feliz, nunca tuve problemas de ningún tipo con nadie ni con nada, mi familia siempre fue linda y atenta conmigo y Amanda, siempre tuve amigos que se preocupaban por mí y nunca me ha costado relacionarme con las personas. Incluso en la oficina puedo hablar con libertad con varios compañeros y en algunas ocasiones se han llegado a concretar salidas y Amanda y yo somos los primeros en confirmar nuestra asistencia.

Pero llegar acá a la ciudad fue un poco inesperado para mí, nunca había planeado nada de mi vida, el único objetivo que mantenía en mi cabeza era quedarme con Amanda, ya fuera como amigo o como algo más y un día ella me tomo por sorpresa mencionando su deseo de mudarse a la ciudad. Recuerdo que le intenté pedir que no se mudará, que lo pensará mejor, pero pude notar la ilusión en su rostro, era obvio que ella si había planeado parte de su vida, y es normal, siempre fue una chica organizada y persistente.

Mi objetivo era quedarme a su lado, pero no ser una carga para ella, así que me esforcé para poder mudarme a la misma ciudad y finalmente pude conseguirlo. Gracias a la posición de Amy en su nuevo trabajo no tuve dificultad en entrar a la misma compañía que ella, lo cual fue un alivio, ya que no habría tenido mucho sentido mudarme cerca si no iba poder estar la mayor parte de tiempo a su lado.

No paso mucho tiempo hasta que finalmente Amy y yo pudimos hablar de nuestros sentimientos.

Jamás voy a olvidar ese día.

Salimos del trabajo y la invite a salir, ella lucía un poco decaída asi que no acepto salir conmigo, al inicio yo me sentí confundido con su actitud, parecía contenta y feliz con lo que tenía y lo que había logrado, pero algo le faltaba para sentirse completa, al menos eso pensé en ese momento. Para mí, un amigo podía ayudarla a mejorar su ánimo, por ello decidí hacer algo por ella comprando su comida y bebidas favoritas, no era ningún problema para mí conseguirlo y mucho menos hacer algo para ella. Recuerdo llegar a su casa y sorprenderla, se miraba contenta teniéndome ahí, juntos comimos y bebimos mientras veíamos una película, ese día en particular su actitud fue muy cariñosa y parecía necesitar mucha atención, pero eso me hizo sentir confundido.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.