Dame algo real
Narra Amanda
Cada día despertaba con la misma emoción de siempre, cumpliendo una rutina sin saltarme ni un solo paso: levantarme, ducharme, beber café y tomar el desayuno, arreglarme y salir al trabajo para luego esperar a mi gran amor, Kai.
Gracias al tiempo de aquí nos encontrábamos en una relación desde hace más de un par de meses y aun asi, éramos la pareja más melosa que pudieras encontrarte, como si nuestra relación tuviera solo unos días, quizás tres o cuatro días a lo mucho.
La verdad es que todo en este lugar era perfecto y hermoso para los dos, cada día se sentía como un déjà vú, pero nuestras emociones siempre estaban a flor de piel.
Me encanta llegar al trabajo, esperar solo un par de segundos y llamar a mi amor en busca de una grata bienvenida para después ser interrumpidos y tener que postergarla. Salir con él todos los días a una cita después del trabajo y al final recibir un beso sorpresa era mi regalo del día a día. Si existiría un tipo de rutina perfecta, sin duda, sería la que vivo ahora mismo.
- Cariño – levanto la mano para que me mire, en cuanto lo hace se acerca a mí con deseo
- Amanda – me toma entre sus brazos una vez que estamos lo suficientemente cerca – Te extrañe mi amor – acerca su rostro a mí para poder besarnos, pero sé que nos van a interrumpir así que no me hago ilusiones ahora
- Deberían hacer eso en otro lado – justo como lo predije, alguien nos interrumpe antes de poder besarnos. Miró fingiendo sorpresa a mi amado para después sonreír un poco y reír para no poner incomodo el asunto, pero... no parece que le divierta la situación
- ¿Pasa algo cariño? – su expresión no es la misma de todos los días y el que no me siguiera con la risa lo hace un poco más extraño. El solo mira el suelo fijamente, de forma confundida.
- Nada – dice al aire – solo que... esta situación ya se repitió ¿no? – su mirada está un poco perdida, parece tener una idea de algo, pero al no estar seguro desconfía de lo que dice
- ¿A qué te refieres? – finjo un poco de confusión. Quizás movió algo, no debería alimentar sus ideas por ahora
- Nada – me sonríe de lado – debo haberme confundido – me dice tomándome de la mano – Vamos, deberíamos ir a nuestras oficinas – solo asiento y lo sigo manteniendo una sonrisa en mi rostro
- Por cierto, pensaba en que hoy podría – En este momento sé que me preguntará por una cita, eso me hace sentir emocionada – acompañarte a tu casa para que no tengas que volver sola
¿Acompañarme?, ¿qué pasa con la cita?
- Si... me parece bien amor – debo seguir manteniendo la sonrisa en mi rostro para no parecer molesta. Sé que algo cambió, sé que algo está mal y debo revisarlo, esto está fuera de lo que debería ocurrir
- Muy bien, entonces te esperare cuando terminé tu turno para poder llevarte – me dice con una amplia sonrisa en el rostro y yo solo me limito a devolverle la sonrisa
- De acuerdo, entonces te veo más tarde – terminé de decirle mientras me giraba para ir a mi oficina. En este momento él debería recordar que no me dio mi beso, así que decido caminar despacio para que pueda atraparme de forma rápida
Un paso... dos pasos... tres pasos... ¿por qué no me toma del brazo y me besa?
Cuando me giró me doy cuenta que él ya no se encuentra en el pasillo, debió haber entrado a su oficina, sin más, sin pensar en besarme, sin acercarse a mí, sin decirme nada más. Eso me hace sentir decepcionada, molesta, irritada
¿Por qué no me beso?, ¿qué pasa con él hoy?
Quiero reclamarle, quiero ir a su oficina y pedirle una explicación, pero no puedo... No puedo porque se supone que eso es algo que le nace a él hacer, no es su obligación, aunque prácticamente así lo marca el sistema. Sé que él tiene voluntad propia y que las cosas deberían darse de forma natural, pero la última vez que intente darle voluntad terminó tirando todo por la borda.
Narra Kai
Cuando desperté esta mañana me sentía extraño, cansado y desorientado, muchas cosas llegaban a mi cabeza como notas mentales, pero solo una se mantuvo y se ha mantenido hasta ahora fija, como uno de esos espectaculares que te encuentras en la calle, en una calle que puede ser oscura, pero que desde la distancia logras notar tal anuncio, brillando, siendo gigante y guiándote de alguna forma.
Debes salir de aquí
Eran solo cuatro palabras que bien podría no darles más importancia, pero después de escucharlas en lo que creo que fue un sueño, no puedo dejar de pensar en el verdadero peso o significado que pueden tener, después de todo eran cosas que no podía simplemente ignorar ya que había tenido pequeños momentos de confusión, como el beso que le di a Amanda o la forma en como supe que iba a pasar algo antes de que realmente ocurriera.
Se sentía extraño poder recordar este tipo de cosas ya que, analizándolo un poco, en realidad los días solo pasaban para mí, pero nunca podía recordar realmente lo que ocurría.
Quizás todo a mi alrededor pasaba como un bucle, con pequeños cambios que en realidad no afectaban en nada.
- Cariño – En cuanto entro a la oficina puedo ver a Amanda de pie a un lado de la puerta, levantando su mano para llamarme