Ya no eres tú
Cuando era pequeño, la gente a mi alrededor siempre me describía como un niño curioso que quería aprender cualquier cosa que veía. Cuando llegó el auge por las computadoras y la tecnología recuerdo que todo el tiempo estaba al pendiente de las últimas actualizaciones e intentaba por cualquier medio posible aprender un poco más sobre la industria. No fue de extrañar que cuando crecí quisiera entrar a una universidad competente que me ayudará a desarrollar mejor mis habilidades.
No tenía un sueño o meta en particular a la hora de estudiar, de inicio solo quería aprender, desenvolver mis habilidades y con ello ir desarrollando algo sobre la marcha. Sin embargo, no solo mis habilidades profesionales se desarrollaban a medida que crecía, una especie de “obsesión” también lo hacía.
Al inicio no resultaba ningún tipo de problema ya que todo parecía “normal” para mí, como buscar a la persona que te gusta en todos lados posibles, hacerte amigo de sus amigos o asistir “casualmente” a las mismas reuniones y fiestas, pero a medida que mi relación avanzaba no paraba de sentir y hacer cosas que ella me demostraba no le gustaban.
Eran situaciones graciosas ya que no importaba cuanto me rogará o suplicará que dejará de hacer ciertas cosas, una parte de mí no lograba entender la gravedad del asunto y simplemente comenzaba a amenazarla o persuadirla para que siguiéramos juntos. Ahora que lo pienso, eran esas discusiones lo que hacían divertida mi relación, pero esa diversión terminó cuando ella dejo de darle importancia a mis acciones, de alguna forma todo se volvió monótono y aburrido, tan rutinario que comencé a dejar de sentir algo real por ella.
Gracias a ese desenfoque en mi relación, mi atención por mis estudios volvió y decidí trabajar en algo parecido a la programación, quería crear algo, un mundo, en donde solo yo pudiera poner las reglas y todos tuvieran que cumplir sus roles según mi mandato, aunque claro, esto aplicaría para cualquier servidor que lo usase. Mi idea gustó tanto a las personas que comenzaron a ayudarme y apoyarme, ahí fue donde la conocí, una chica de estatura media-baja, con el cabello tan largo, cuidado y sedoso que llamaba la atención de quien fuera, con esos rasgos finos y delicados, todo en ella lucía tan perfectamente femenino que de alguna forma comenzó a atraerme, pero no estaba seguro en qué manera.
No recuerdo exactamente el momento en que mi fijación inicio. Yo seguía trabajando en lo mío, pero al mismo tiempo me encontraba atrapado en mis deseos e impulsos, siguiéndola de cerca, intentando hacerme amigo de sus amigos para tener una excusa y así acercarme.
Hasta que finalmente el tan ansiado día llegó, había una reunión de trabajo, al menos ese nombre se uso como excusa. Habíamos salido a una especie de viaje motivacional, para buscar inspiración para nuevas ideas para seguir trabajando en el proyecto. El viaje terminó dividiéndose en dos, ambos grupos viajarían a direcciones distintas para relajar el ambiente y buscar diferentes puntos de vista. Gracias a mis esfuerzos, sus amigos de ella me invitaron a su grupo.
- Y ella es la última que se unió al equipo – me dijo Eric señalando a la que se había convertido en mi obsesión – Creo que nunca te la hemos presentando ¿cierto? – me dijo con un aire irónico mientras me miraba curioso, con una sonrisa en el rostro. Solo asentí ante su pregunta. – Vamos amigo, debes conocerla – Comenzamos a acercarnos a aquella chica
Aquella chica se encontraba inmersa en lo que hacía y con quienes estaba, riendo y jugando con sus manos, el viento despeinaba un poco su cabello, pero eso la hacía lucir más real. La iluminación de la fogata frente a ella le daban esa sensación cálida, radiante y viva.
- ¡Isabella! – llamó su amigo y ella solo giró un poco su vista hacia nosotros – Ven, quiero presentarte a mi amigo – dijo mientras levantaba su mano. Ella se alejó un poco de donde estaba y se acercó rápidamente a nosotros. - ¿Recuerdas que dijiste que querías conocer a la mente creativa detrás de todo este proyecto? – preguntó animado su amigo, mientras ella sonreía ampliamente y asentía – Te presentó, él es Kai – me señaló con su mano – Y Kai, ella es Isabella – ahora la señalaba a ella – Diría que ella es fanática tuya – terminó de decir con una sonrisa como burla
- ¡Oye! – dijo ella jugando con su amigo
- Pues los dejo. Ella tenía muchas ganas de conocerte amigo – me dijo Eric esto en un susurro al oído, como si fuese un secreto. Después de decirlo, simplemente se alejó con una enorme sonrisa en el rostro.
Ambos nos miramos, Eric había creado un ambiente extraño e incómodo entre nosotros, pero no de forma negativa. Ambos estábamos nerviosos, emitiendo sonrisas y risas tímidas, mientras jugábamos con nuestras manos o nuestra ropa.
- Asi que tu nombre es Isabella – decidí hablar primero - ¿Cierto? – ella decidió solo asentir – Me gusta tu nombre, si suena como tú
- ¿Suena? – preguntó ladeando la cabeza
- Si, es bastante femenino y muy dulce al decirlo - Al terminar de decir eso, ella se puso aún más nerviosa y comenzó a reír
- ¿Estas intentando coquetear conmigo? – preguntó aun entre risas
- Si me permites continuar dejará de ser solo un intento
Esa había sido nuestra primera interacción y fue un éxito rotundo para mí. Durante el resto del viaje, ambos no la pasábamos pegados el uno al otro, parecía que estábamos conectados ya que los temas de conversación venían a nosotros sin parar. Cosas personales, profesionales, de amistades, nuestra vida completa la estábamos vertiendo uno frente al otro y resultaba emocionante y apasionante.