Frente a mi estaba el lugar de donde por primera vez vi a mi padre Cristian, donde la chica me advirtió que corría peligro, y saliendo del lugar mi tío Royal y Robert con su compañero, mi cara no era nada buena abrieron el coche y Robert ofreció su mano su mano para ayudarme a bajar, no podía creer lo que tenía enfrente de mí, pensé que era una broma, los seguí a ellos hasta el último piso de aquel imponente edificio, donde en una oficina nos esperaban unas cuantas personas del lugar, me hicieron sentarme en una gran mesa estaba un poco asustada, estaba rodeada de personas que apenas conocía.
(Robert): señorita Íngrid, sus padres eran los directores de la colmena una institución encargada de trasformar a personas como tú y darles otra identidad para personas poderosas, y aunque no fuiste su hija legitima fuiste demasiado buena algo que no se había visto y te dejaron todo, incluso esto.
(Ingrid): que implica que me hayan dejado este lugar, es decir yo no soy como ellos, y todo esto me tiene muy confundida.
(Robert): no puedes dar a conocer nada de esto a cualquier persona, no podrás por más que quieras terminar con esta organización pues si no eres tu alguien más tomara tu puesto y solo terminaras herida, el directivo se encarga de dirigir el lugar donde será el próximo movimiento, ver que todos hagan su trabajo y ver que cada sub are esté en orden.
No podía creer que mis padres, que Cristian y Alma fueron los directores del lugar que me quitaron todo, y no solo a mí sino a otras personas, me mostraron imágenes del lugar, me explicaron cada una de las reglas y que si alguien no las rompía las consecuencias eran graves incluso para las personas importantes del lugar, pero sinceramente no quería ser parte de eso, de algo que destruyo mi vida y la de muchas otras personas, antes de que terminaron de explicarme cada aspecto los interrumpí, pues no podía seguir soportando cada cosa que decían.
(Ingrid): antes de que termine con todo esto quisiera saber pudiera pasarle esto a alguien más de la familia alguien que si este interesado.
Mis palabras sorprendieron a todos incluyéndome a mí pues sabía que el único familiar que se tenía y que aceptaría era Royal, al oírme su cara ya no era de enojo y odio cambio por una sonrisa satisfactoria, como si estuviera esperando que esto pasara, y aunque no quería entregárselo mucho menos no lo quería para mí.
(Robert): claro que se puede, pero solamente a Royal, solo que tus aunque renuncies por padres y por dar lo a otra persona, aun seria como parte de nosotros
(Íngrid): ¿a que se refiere con eso?
(Royal): a que tu serás protegida por la organización, se te dará una pequeña bonificación para ti y podrás hacer peticiones que se cumplirán aunque ya no seas participe de todo esto querida sobrina
La idea no me agradaba mucho pero era la mejor opción para mí y la única que tenía, firme para entregar esa empresa a mi tío Royal y pasamos a una pequeña celebración del nombramiento del nuevo director, no me quede mucho tiempo y me dirigía a mi casa, todo esto me tenía algo angustiada, toda la felicidad que sentí por un momento se estaba desvaneciendo. Llame a David y Gretel, les conté todo lo sucedido, intentaron animarme y les seguí el juego, era increíble como ellos sabían levantar mi ánimo. Sabía que estaba a salvo pues en la noche Royal a decirme que estaba fuera de su alcance por mis padres y que estuviera tranquila, aunque fue algo raro, supongo que el hecho de tener lo que siempre había querido cambio un poco su mala actitud. Pasando una semana estaba festejando mi cumpleaños número 24, bueno el que ellos me pusieron, todo eso me hiso relajarme y pensar con claridad, tenía 2 empresas las cuales no podía manejar sola pero Gretel y David como estudiaron administración de empresas ellos se ofrecieron para encargarse de ellas y yo dentro de un mes estaría rumbo a Trident a intentar recuperar lo que se me quito, pero intentando ser lo más cuidosa posible pues el mínimo error o la mínima alerta que amenazara la institución no solo sería peligro para mi sino quien involucrara.