Y no, después de hablarlo no me sentí mejor. La verdad es que todo empeoró, y cada día se vuelve peor. En la casa, las miradas de decepción y desprecio se hacen notar sin disimulo, mientras yo, con un nudo en la garganta, me aguanto todo ese irrespeto porque, claro, yo siempre soy el malo, la oveja negra, el que nunca hace nada bueno con su vida. Me juzgan sin siquiera saber mi desorden mental. Sus palabras me dañan mucho más que cualquier herida causada por un arma blanca.
Y sí, soy el que nunca hace nada, el que nunca tiene razón, el que jamás llegará a nada. Pues sí, nunca llegaré a nada por prestar tanta atención a lo que no debía, por no seguir mis sueños. Nunca los juzgué por sus actitudes erráticas ni por su comportamiento asqueroso; más bien, los comprendí.
No sé si me aman o simplemente odian mi existencia. Ahora no tengo nada más por qué luchar. Solo me quedan mis amigos, mi madre, mi abuela, mis dos hermanos... Y aunque a veces olvido mencionarlo, también mi papá. La vida es injusta con quien no debe serlo. Pierdo la paz de la ciudad y regreso a la tristeza de la ciudad.
Y si es como dice Dany... ¿Y si esta es la última señal? ¿Y si esta vez sí funciona? Me pregunto cuánto dolor puedo causar con mi muerte. Me pregunto cuántos se sentirán culpables y cuántos se sentirán en paz con mi desaparición.
Si esto se pone peor, entonces será la última noche de mi vida. Esta vez sin señales, esta vez en soledad. Sin nadie a quien hablarle, con más ataduras que actitud para tomar las cosas con tranquilidad. ¿"Murder on my mind" o "murder on my life"? Ya no sé qué hacer... si terminar esto con pastillas, con el salto que me dé alas o con una soga en mi cuello.
Perdón si no estoy presente en tu cumpleaños. Perdón si ya no llego todos los sábados a jugar a la cancha. Perdón si no llegué a cumplir mi sueño de ser un buen psicólogo. Perdón si nunca fui tan bueno como creí que sería a esta edad. La verdad es que estoy destrozado por dentro. Mi desorden mental es inmenso, tan grande que nadie lo entendería. Y a veces digo: "fuck, ¿qué pasó? ¿A dónde voy? ¿Dónde estoy? ¿Cuál es el camino a seguir?". Hoy la lucha terminó. De ser yo solo contra el mundo, ahora es el mundo derrotando a un pobre bobo.
Gracias por aportar a mi felicidad. En serio, gracias por hacerme feliz por un momento. De verdad te agradezco por el regalo de cumpleaños adelantado, y aprecio que me hayas apoyado en todo momento. También aprecio que entiendas lo que vivo, que seas la única que no me juzga por mi forma de pensar, que entiendas mi "por qué" y también el "por qué será". Aprecio tu presencia y ruego a Dios que no pierdas tu esencia.
Hermano, gracias por escucharme siempre, por compartir tu opinión conmigo, por ser de esos amigos que siempre están para mí. En serio, debo agradecerte por sacarme de estos días complicados y por hacerme amar los atardeceres. Cada salida contigo ha valido la pena. Perdón si alguna vez te hice sentir que no confiaba en ti, porque en verdad sí confío. Solo que a veces no me siento capaz de hablar, de expresar mis sentimientos. Eres mi hermano, aunque no de sangre, y agradezco cada momento que estuviste para mí.
Te agradezco por cada fin de semana que me recibiste en tu casa, por las veces que me ofreciste alimento. También agradezco los momentos donde me escuchaste y me dejaste escuchar. Por los buenos y malos momentos que hemos compartido, por las risas y las lágrimas que hemos derramado. No sé qué haría sin ustedes dos, porque son de los pocos que me han hecho razonar y mantenerme aquí. Cada sábado después de jugar ha sido un complemento para mi vida. Y sí, hablo de los sábados y de las tardes en que nos quedamos en tu casa viendo películas los tres juntos… y que ahora espero que seamos cuatro.
Está bien, búrlate de mis pies, mira mis uñas feas. "Ya no estés así, ¿qué te pasa?". Jamás olvidaré cuando trataste de que no llorara. Jamás olvidaré cuando, sin saber quién era yo, decidiste invitarme a tu casa para pasarla juntos y volvernos grandes amigos. Jamás olvidaré la forma tan acogedora en que me recibió tu mamá. Jamás olvidaré el aprecio que me tiene, ni el aprecio que yo les tengo a ustedes tres. Perdón por desaparecer de la nada, solo no quiero ser una carga para ti. Te quiero mucho, eres una de las mejores y únicas amistades en las que aún puedo confiar.
Solo me queda decirte que te quiero mucho, mi querido pingüino. No sé qué hubiera sido de mi vida sin ti. Lo juro, no sé qué hubiera sido de mí si aquel día no te hubiera prometido ver el juego de LA. Y ahora el 17, nuestro número favorito. Ahora eres mi otra hermanita. Perdón por no disculparme cuando debía. Te aprecio mucho. Son necesarias tantas líneas para decirte cuánto valoro tu amistad. Mi pequeña guerrera… otra amistad más que lidia con el deseo suicida de su mejor amigo. Eres mi mejor amiga. No eres mi segunda hermana; eres mi hermana.
Maldito negro de mierda, con el tipo que me crie toda mi infancia. El único al que más respeto tengo. Jimmy y Jey contra el mundo. Somos y seremos tan unidos que, sin importar dónde estemos, siempre seremos hermanos. Usos de corazón. Aprecio de ti el hecho de que te alegras por mis logros, así como yo me alegro por los tuyos. Donde yo celebro que cumplas tus sueños, tú te pones contento por los míos. Hermanos de diferente madre, pero hermanos desde nuestro nacimiento. Ou te alofa ia te oe, uso.
#3073 en Otros
#807 en Relatos cortos
#327 en Aventura
aventura humor, aventura giros inesperados, aventura humor amistad viajes drama
Editado: 18.04.2025