Papá, sé que al final no fuiste el mejor padre, y durante mucho tiempo sentí rencor por ello. Te fuiste cuando más te necesitaba, y pensé que jamás podría perdonarte por haberme dejado solo.
Nunca supiste cuántas noches lloré al lado de mi cama, esperando que regresaras. Siempre fui fuerte, pero tu ausencia dejó un vacío imposible de llenar. Sé que tus castigos fueron duros y que no siempre estuviste cuando más lo necesitaba, pero a pesar de todo, eres mi viejo, mi querido viejo.
Hoy no escribo para reprocharte nada. Escribo para pedirte perdón por no haber sido el mejor hijo. Quiero que sepas que, aunque muchas veces intenté ignorarlo, nunca dejé de quererte. Te quise incluso cuando no estuviste en mis cumpleaños, cuando nunca recibí un regalo tuyo. Pero la verdad es que nunca me importó lo material, porque lo único que anhelaba era abrazarte una vez más.
A veces me duele saber que el tiempo sigue avanzando y que la edad te consume. Me duele aún más pensar que quizás ya no recuerdas todo, que te sientes solo y sin apoyo. Pero quiero que sepas que, aunque nadie en casa hable de ti, en el fondo siempre se te extraña.
Recuerdo con cariño cuando veíamos películas juntos. De ahí nació mi amor por el cine de acción, porque eran tus favoritas. También recuerdo cómo disfrutabas la música ranchera y, aunque nadie lo sepa, sigo escuchando esas canciones que tanto te gustaban. Son pequeños recuerdos que guardo con amor, porque son parte de lo que me dejaste.
Tu cabello blanco empieza a resaltar, y sé que el tiempo no se detiene. Pero quiero que sepas algo: voy a luchar para ser alguien, para salir adelante y poder apoyarte. No fuiste el padre más responsable, lo sé, pero eso no cambia lo que siento por ti.
Te amo, papá. Siempre te he amado. Y aunque no sepas leer, esta carta es para ti, mi viejo, mi querido viejo.
#3209 en Otros
#846 en Relatos cortos
#351 en Aventura
aventura humor, aventura giros inesperados, aventura humor amistad viajes drama
Editado: 25.04.2025