Soy el hijo de la profe, ese que parecía no hacer nada bien, el indisciplinado, el que sí quería salir adelante pero se dejaba distraer por la vida. Soy ese loco de la calle que se reía en los momentos serios, el que parecía encerrado en sí mismo, pero que hoy, contra todo pronóstico, quiere convertirse en el campeón de la mujer que luchó sin descanso por darle un futuro. Quizás no un futuro perfecto, pero sí uno con algo de luz.
Recuerdo cuando estaba en el suelo, cuando pensé que no saldría de ahí. Detesto ese 2019, porque ahí empezó todo lo difícil. Llegué a creer que no llegaría vivo a los 20 años… pero aquí estoy. Cayendo y levantándome cada vez que puedo, luchando por un futuro mejor, por un éxito que me permita cuidar de ti como mereces. Hoy estoy saliendo del callejón, y aunque no camino rápido, voy firme, con la mirada en alto.
Cuando era niño, soñaba con ser profesor. Pero al verte sufrir, decidí buscar otro rumbo, intentando cambiar mi destino para que tú no tuvieras que cargar más. También soñé con ser cantante, beisbolista o actor, sueños que con el tiempo se quedaron atrás. Hoy, aunque no los esté cumpliendo, estoy empezando de nuevo, desde cero. Y eso también tiene valor.
Sé que me alejé por perseguir un sueño. Y cuando no lo logré, lloré. No solo por el fracaso, sino por haberte dejado sola. Hubo momentos en que quise llamarte, decirte cuánto te extrañé. Hoy, ese sueño por el que me alejé empieza a tomar forma. Y lo más hermoso es que tú regresaste. Justo hoy, mamá, pude dormir en paz, porque sabía que estabas de nuevo aquí para mí. Tu regreso me devolvió el descanso que tanto necesitaba.
Sigo cometiendo errores, sí, pero estoy aprendiendo. Sigo escribiendo, viviendo solo, descansando… a veces procrastinando, pero sin dejar de avanzar. Porque estoy saliendo del suelo, poco a poco, para convertirme en alguien que quizás no cumplió los sueños de la infancia, pero sí está cumpliendo los que se propone ahora.
Soy más comprensivo conmigo mismo. Escribo estos pasajes de mi vida mientras lidio con la rabia del pasado, pero también me enamoro de los prados de lo que puedo construir.
Soy el hijo de la profe. El que alguna vez soñó con tenerlo todo, con cadenas de diamantes y autos de lujo. Pero ahora que aprecio lo poco que tengo, solo deseo agua limpia de un pozo honesto. No soy exitoso aún, pero sueño con verte de nuevo, cuidarte, cuidar a nuestra familia, y abrazarte fuerte para decirte cuánto te quiero. Para susurrarte cuánto extrañé tu presencia.
Soy el hijo de la profe. Tal vez seré voleibolista, psicólogo o escritor. Estoy intentando de todo, buscando cuál camino me lleva más alto. Pero más que eso, quiero que descanses, que dejes de sufrir por mí. Quiero verte feliz, orgullosa. Espero estar arriba pronto, y compartir contigo cada parte de mi éxito.
#3795 en Otros
#1027 en Relatos cortos
#457 en Aventura
aventura humor, aventura giros inesperados, aventura humor amistad viajes drama
Editado: 13.06.2025