Veo unos ojos llorosos, un cuerpo ansioso, manos temblorosas y pensamientos intrusivos que atormentan a Ghostboy. Y tú dirás: “¿Ghostboy?”.
Pero él estaba lejos de aquí, ya no estaba presente, estaba cansado. Entonces yo te diré que no fue así, que él regresó… y que detesta haberlo hecho.
¿Sabes por qué lloro? Porque solo quería verte. No era tan necesario ir a trabajar, solo que tenía tiempo sin verte, mamá, y quería llegar a mi viejo hogar, probar una vez más la comida hecha con tus manos, sentarme a platicar un rato contigo.
Pero hoy no estabas. Y comprendí que era necesario que no estuvieras ese día. Así que decidí esperarte para el día siguiente, y resultó que dijiste que no regresarías hasta el domingo por la tarde. Eso significaba que no te vería hasta que pasara un fin de semana más… un fin de semana eterno.
Trabajaba tranquilo, esperando verte y regresar a la ciudad para, por lo menos, cenar tu comida. Pero no estabas. No regresabas de tu travesía de niña adolescente, lo cual me molesta un poco.
Porque, mamá, ya eres una adulta. No te pido que dejes de divertirte, solo quiero que notes que mucho de lo que haces me está afectando.
Mamá, por favor, reacciona. Nota que lo que te digo es por tu bien, no porque yo quiera quitarte la felicidad, sino porque sé que ahí, donde estás, no es donde serás feliz.
Mamá, no me digas palabras bonitas. No me digas que me quieres, porque sé que esas palabras son vanas, carentes de sentimiento, y que solo las dices para que yo esté contento. Yo estaré contento cuando abras los ojos, notes la realidad y actúes en base a lo correcto.
Te pido que regreses, que me recibas como antes. Se siente extraño llegar a casa, alimentar a nuestras mascotas, cerrar la puerta y dormir en un lugar que ya no se siente mío.
Mi ánimo está por el suelo, mis ganas de seguir adelante se derraman en ese pozo que me arrastra al fondo. Y entonces, ¿qué haré yo si regreso ahí?
Enojarme contigo otra vez, lastimar a mi novia, dejar de tratar bien a mi hermana…
Mamá, entiende: yo solo quiero que estés bien, que sepas notar lo que está bien y lo que está mal. Las palabras son solo palabras, por eso nadie te muestra hechos, porque te dejas guiar solo por ellas.
Mamá, por favor, despierta. Nota la mentira que estás viviendo. Regresa a esperarme los fines de semana en casa. Vive para nosotros, tus hijos, que nosotros viviremos para ti.
Ya no entregues más tu corazón. Si lo sigues haciendo, no sanará.
Deja que seamos nosotros, tus hijos, quienes le demos fin al sufrimiento de tu alma, quienes te demos paz y tranquilidad.
Solo te pido: vuelve a esperarme los fines de semana en la puerta de nuestra casa.
#5317 en Otros
#1437 en Relatos cortos
#728 en Aventura
aventura humor, aventura giros inesperados, aventura humor amistad viajes drama
Editado: 24.10.2025