Muerte silenciosa.

Perdóname por ser yo,
perdón por las veces que hablas y crees que estás mal,
por pensar que lo que sale de tu boca no merece ser escuchado.
Pero estás equivocado.
siempre debes decir lo que sientes y no guardártelo,
porque callar también mata.

Las muertes silenciosas son todas aquellas veces en las que dejaste de hablar,
cuando creíste que no existía una razón para levantar la voz,
cuando asumiste que nadie quería escucharte.
Son esos momentos en los que la depresión te ganó,
en los que te sentiste roto, incompleto, vacío,
pero aun así preferiste aparentar estar bien para todos
y nunca para ti.

Lugares llenos de gente,
mis oídos estimulados hasta el límite,
voces por todos lados, risas ajenas, conversaciones que no eran mías.
No había mejor salida que taparme los oídos
para intentar silenciar las voces dentro de mi cabeza,
con ese miedo constante de sentir que pronto sería mi momento de partir.

Temía tanto ver al de la hoz aparecer de la nada,
cumpliendo su trabajo sin avisar,
llevándome de este mundo de cualquier forma posible:
una muerte leve,
un accidente fatal,
o peor aún, por mi propia mano.

El paso de la nicotina por mi cabeza solo empeoraba las cosas.
En lugar de calmarme, me hacía sentir más sucio,
me arrastraba de vuelta a mi pasado
y todo lo bueno desaparecía en segundos,
como si nunca hubiera existido.

¿Y de qué servía observar los atardeceres
o subir a las montañas buscando conectar con la naturaleza,
si incluso ahí me sentía solo y vacío?
¿De qué servían los viajes a otras ciudades
si ya no quería socializar,
si ya no encontraba refugio ni siquiera en lo desconocido?

Sonreía por costumbre,
respondía “todo bien” por inercia,
mientras por dentro me desmoronaba en silencio.
Aprendí a ser fuerte para los demás,
pero olvidé cómo serlo para mí.
Y aun así, aquí sigo, cargando con mis grietas,aprendiendo lentamente que sentir no es un error, que hablar no es una debilidad y que sobrevivir también es una forma de valentia