Me gusta el rumbo que tomó este año:
venir del dolor, de causar dolor, a entender que mis males me causaron.
Yo sé que suena rencoroso,
pero hoy me siento grande y pesado como un oso,
saliendo del pozo para ser perfecto
y no más imperfecto.
Me dicen que el próximo año vienen más batallas,
pero bueno, ni modo, bro.
¿Quieres saber qué es lo que va a pasar?
Pues claro, hermano, lo vamos a enfrentar.
Porque diré lo mismo que dije este año,
faltando unos segundos:
que solo soy yo contra el mundo, y me parece justo.
Enfrentando los fracasos y los obstáculos,
haciéndome más fuerte para poder derrotarlos.
Vaya maldición: buscar mi durabilidad
en este puto plano terrenal.
Pero siempre consigo triunfar;
si lo hice cuando quería estar muerto,
imagínate ahora que quiero estar vivo
y vivir con más ganas de pelear.
Aprendí a leer mis cicatrices como si fueran mapas,
cada error fue un maestro que jamás pidió aplausos.
No soy ejemplo limpio, soy prueba viviente
de que el barro también forja diamantes resistentes.
Me quité la venda, miré de frente al miedo
y entendí que el odio ajeno no define mi peso.
Hoy cargo ideas como municiones de fe,
no disparo por ego, disparo para no caer.
Me cansé de pedir perdón por sobrevivir,
por no encajar en moldes que jamás quise vestir.
La lealtad me costó sangre, la verdad enemigos,
pero sigo escribiendo mi nombre sin testigos.
No me salva la suerte ni un dios improvisado,
me salva la constancia de seguir caminando.
Si el sistema me quiso pequeño y callado,
yo le respondí creciendo, lúcido y armado.
Traigo luz en los bolsillos aunque camine de noche,
no presumo pureza, presumo que no me doble.
Cada verso es un pulso, cada paso una apuesta,
no busco finales felices, busco verdades honestas.
Si mañana caigo, que sea mirando al frente,
con la voz firme y el pecho cargado de presente.
Porque ya entendí que vivir también es guerra,
y hoy elijo pelear, pero con los pies sobre tierra.
Y si el mundo insiste en ponerme cadenas,
haré de cada una un ritmo, de cada herida una escena.
No vine a ser eterno, vine a ser real,
a dejar constancia de que se puede despertar.
Que digan que fue duro, que digan que dolió,
pero que nunca digan que el miedo me venció.
Porque si sobreviví cuando no quería existir,
ahora que amo la vida… no pienso huir.
#1619 en Otros
#325 en Relatos cortos
#106 en Aventura
aventura humor, aventura giros inesperados, aventura humor amistad viajes drama
Editado: 25.12.2025