Llévame a casa,
no pienses en nada más, llévame a casa, nada más.
Mi familia sabrá qué hacer, mamá sabrá qué hacer.
Ella quiere verme,
sé que le gustaría cargarme por última vez.
No tengas miedo del camino ni de la verdad.
Aunque duela, el hogar sigue siendo hogar.
Allí me esperan las oraciones, el silencio lleno de nombres
y el abrazo que no pudo darse a tiempo.
Dile a mamá que no tenga prisa,
que yo he aprendido a esperar.
Que no sienta culpa por llegar tarde,
porque el amor no tiene horario
y su búsqueda me ha mantenido vivo en la tierra.
Quiero volver para descansar donde me nombraron por primera vez,
donde escuché mi nombre salir de su boca con ternura.
Quiero que me envuelva en su llanto,
que me cubra con flores,
que me deje dormir sabiendo que ya no estoy perdido.
Llévame a casa aunque no sea completo,
aunque el tiempo me haya roto en pedazos.
Cada parte mía reconoce el camino,
cada fragmento sabe quién es su madre.
Dile que aún siento su voz cuando reza,
que aún la escucho llamarme en sueños.
Que su terquedad es mi guía
y su amor la única tierra firme que conozco.
Llévame a casa.
Ahí, en sus manos cansadas,
por fin podré descansar,
y ella, por fin,
podrá dejar de buscar.
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Editado: 25.12.2025