Memorias de Antaño

Quiero ser encontrado.

No te alejes tanto, ma,
estoy acá, cerca.
A unas cuantas cuadras de nuestro hogar.
No fui tan lejos, no me llevaron tan lejos.
Decidieron enterrar mis restos maltratados
a solo un par de cuadras de nuestra casa.

Estoy en ese callejón que siempre transitaba
con la frente en alto,
soñando con hacer grandes cosas,
esperando darte un futuro mejor.
Ahí donde pasaba silbando,
sin saber que el final también me estaba esperando.
Pero hoy no estoy.
Estoy escondido, dos metros bajo tierra,
tan cerca de casa y tan lejos de tus brazos.
Tan cerca de tu voz
y condenado a no responderte.
Ma, si supieras cuántas veces te he llamado sin sonido.
Cuántas veces he querido mover la tierra,
romper el cemento,
gritar tu nombre hasta desgarrar la noche.
Pero aquí abajo no hay eco, solo oscuridad y paciencia obligada.

Me duele saber que pasas cerca
sin saber que estoy ahí.

Que tus pasos rozan el lugar donde me dejaron,
que tu sombra me cubre por segundos
y sigue de largo.

Eso duele más que la muerte.

No quise hacerte sufrir así.

No quise esconderme de ti.

Pero me apagaron la voz y me dejaron sin señales,
condenándote a buscar lejos
cuando siempre estuve cerca.
Sigo siendo ese hijo que soñaba,
aunque ahora mis sueños estén llenos de tierra.
Sigo siendo tu niño,
aunque mis manos ya no puedan tocarte.
No te alejes tanto, ma.

Estoy aquí.

Cerca de casa.

Esperando que un día
tu amor, terco y valiente,
se detenga justo sobre mí
y por fin me lleve a casa.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.