El taller de Dania se había convertido en un centro de comando improvisado. Cables colgaban del techo, pantallas viejas chispeaban datos en tiempo real, y un ventilador zumbaba como un insecto metálico. Elian miraba con ansiedad mientras Dania conectaba el servidor más antiguo que había logrado restaurar: uno que, según rumores, provenía de los centros de datos del gobierno central antes del apagón.
—¿Estás lista? —preguntó Elian.
—Nunca lo estoy, pero igual entro —respondió Dania, con una sonrisa tensa.
Tecleó la secuencia y una red oculta se abrió ante ellos. No era solo una red de datos, sino de memorias olvidadas, experimentos prohibidos y voces escondidas en código. Todo vibraba con una energía inquietante.
—Proyecto CRISTAL... —murmuró Dania—. Aquí está.
De pronto, una nueva ventana apareció. No era parte del sistema. Tenía un diseño antiguo, casi artesanal. Y entonces, una voz distorsionada habló desde los altavoces:
—Elian… tú no lo elegiste. Pero fuiste elegido.
Elian dio un paso atrás.
—¿Qué es esto?
La pantalla mostraba una secuencia de imágenes: una ciudad cubierta de cristales, un niño con los ojos vendados, un laboratorio subterráneo… y luego el símbolo: el ojo dentro del cristal.
—Este archivo estaba encriptado —dijo Dania, alarmada—. Esto no es solo información. Es personal. Está dirigido a ti.
Elian temblaba. Su corazón latía con fuerza.
—Esa voz… la conozco. No sé cómo, pero la conozco.
—Puede que tu memoria esté conectada a este archivo —dijo Dania con seriedad—. Puede que no seas un simple afectado del Proyecto… Puede que seas parte de él.
Antes de que pudieran analizar más, la pantalla se apagó. Una advertencia brilló en rojo:
"INTRUSIÓN DETECTADA. LOCALIZACIÓN EN PROGRESO."
—¡Tenemos que salir de aquí! —gritó Dania, desconectando todo.
Corrieron hacia la salida trasera del taller. Las calles estaban vacías, pero el cielo brillaba con drones lejanos.
Elian miró el cielo oscuro. Algo dentro de él había despertado.
Ya no se trataba solo de recordar.
Ahora, era cuestión de sobrevivir… y descubrir la verdad antes que Jean Carlos los encuentre.