10.- La alcaldesa

Hermana, ¿puedes verme? Desde que te fuiste me esforcé en dirigir el pueblo que tanto amabas, pero me temo que no soy capaz. Tras tu muerte decidí que no quería perder nada más, que debía continuar nuestro legado, por eso hice lo que creí conveniente. Me casé y tuve un hijo para que me sucediera como líder. Sin embargo las tradiciones de nuestra familia me impedían enseñarle y tuve que dejarle marchar. Permití que la única hija que tuve después, fría y sin emociones, fuera mi sucesora, y creó unas leyes muy duras. Temió que aquellos con la habilidad necesaria se rebelaran contra nosotras, por ello mandó perseguir y capturar a todo aquel que se nos opusiera. Algunos ciudadanos, molestos por lo ocurrido, quisieron luchar contra las circunstancias, y sé el destino que les espera por ello. Si tú aún vivieras, ¿qué harías en mi lugar?