Pablo y yo llevamos una relación de algunos meses, entre nosotros solo había besos y caricias inocentes, en general nos llevábamos bien, había de vez en cuando discusiones, pero siempre solucinables.
Un día estábamos conversando de nuestra vida, nuestro pasado, y surgió la gran pregunta:
-¿Eres virgen?
- No, no lo soy
- ¿Estas bromeando verdad? - Dijo frunciendo el ceño.
- No estoy bromeando, no quiero ocultarte nada.
Vi como su expresión se hacía más dura.
- ¿Con cuántos hombres haz estado?
- Solo uno
- Hace cuanto fue?
- Un par de años
-¿ Un par de...?
Se quedó callado un largo rato mientras yo me cuestionaba si había estado bien al decirle.
- Pablo, me puedes decir algo?...
Pablo, estoy aquí, hablame.
No respondía, y yo comenzaba a angustiarme, ¿Que debía hacer ahora?...¿Irme?...
No sabía que hacer, estaba con la voz cortada, desearía no habérselo dicho.
...
...
-¿Por qué no pudiste esperar?
- A que te refieres?
- No guardaste ese momento para mi.
- No lo plenee solo sucedió
- Yo también tuve oportunidades y no las tomé, decidí esperar por alguien especial, por ti, y ahora vienes y me dices que tu no fuiste capaz de decir que no?
- yo... No sabía... Yo...
- Marisol por Dios, yo soy hombre, y aun así conserve ese momento para ti.
-¿Preferirías que no te hubiera contado?
- Preferiría que hubieras sido virgen.
Un silencio incómodo se apoderó de la habitación, mis ojos se nublaron, pero solo agache mi cabeza para que el no se diera cuenta. Al cabo de un rato el me dijo.
- Perdón, no debí enojarme por esto.
- No puedo cambiarlo, simplemente es así.
- Lo sé. Y... ¿tu y yo entonces vamos a tener relaciones sexuales pronto?
- Prefiero que por ahora no.
-Esta bien.
Su rostro mostraba molestia aun, pero traté de ignorarlo. Mientras trataba que el ambiente se alivianara, me culpé una y otra vez por no haber esperado más tiempo, sentía en ese minuto que el tenía razón en reclamarme, por que yo fui una estúpida por no esperar.
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Está fue mi primera señal, y solo llevábamos unos meses juntos, no lo entendí en el momento, en este punto, yo pude haber cortado todo, más no lo hice, ¿Por qué? Porque me sentí afortunada de que Pablo a pesar de ya no ser pura, aún quisiera estar conmigo.