Memorias y Caos

La Heredera de la Joya Azul

La escuela secundaria FC Gakuen era especial. El primer día de clases había comenzado y muchos alumnos llegaban. Entre ellos, una chica caminaba hacia su salón. Se sentía un poco insegura porque era su primer día y no conocía a nadie. Su nombre era Hansey Loo, tenía el cabello negro, amarrado de una colita corta, y vestía el uniforme de ese colegio. Llegó al salón de primer grado. Todos se le quedaron viendo…

—¿No es esa la hija del vocalista de la banda Pride? —se alcanzó a oír en los murmullos.

—No es tan guapa como Johann, tal vez se parece a su mamá.

Se intimidó un poco y se limitó a tomar asiento. El entrar a esa escuela era mala idea, todos pensaban que se le había dado el pase por ser la hija de un rockero. «¡No todo tiene un buen comienzo!» Pensó.

—¡Hola! —alguien la saludó.

Salió de sus pensamientos para responder el saludo.

—Mi nombre es Erick, ¿Cómo te llamas?

«¿Qué? Él no sabe quién soy…» Se sorprendió.

—Mi nombre es Hansey Loo.

—Mucho gusto, Hansey. Te ves muy sola, deberías hacer amigos desde el primer día de clases —aconsejó—. Te presento a Mike —volteó hacia su amigo—. Oye, Mike, ven a presentarte.

El mencionado se acercó. Hansey se quedó embobada con él, se veía muy guapo.

—Hola —saludó, el chico de lentes semioscuros, de cabello castaño, peinado hacia un lado.

—Mike, ella es Hansey.

—Lo sé —dijo él—. Es la hija de Johann, el vocalista de Pride.

—Gusto en conocerte… —dijo ella, muy apenada, sobre todo porque él sí la reconoció.

—¿En serio? ¡Con razón se me hacía conocida! —exclamó Erick, recordando.

—¿Estás tratando de ligártela? —se acercó un joven de cabello rubio cenizo y de mirada tierna.

—Hola, Johnny —saludó Erick—. Hansey, él es Johnny.

—Hola.

—¿Ustedes ya se conocen? —preguntó la chica, sorprendida al ver que se hablaban con naturalidad.

—Sí. Nuestros papás son científicos y trabajan en el mismo Centro de Investigaciones —explicó Johnny.

—¿Científicos?

—Así como tú eres la hija de una estrella de rock, ellos son Erick Warton y Jonathan Lamark. Tal vez estos apellidos los hayas visto en los reportes de ciencia e investigaciones —contó Mike.

—Ustedes ya deberían conocerse también —notó Erick, ahora sí recordando.

Mike y Hansey se miraron.

—¿Nosotros?

—Mike es hijo de Brad, el bajista de la banda de tu papá —le dijo Erick a Hansey.

La chica se quedó totalmente sorprendida, ese dato no lo sabía. Sí sabía que los compañeros de su papá tenían hijos, pero no había tenido la oportunidad de conocerlos debido a que siempre estaban de gira.

—¿Eres Mike Aruzo? —preguntó sorprendida.

—Sí. En realidad, es Michael, pero mis amigos me llaman Mike.

—¡No puedo creerlo!

«Tal vez esto sea cosa del destino.»

Terminó el día y Hansey ya tenía nuevos amigos: Erick, Mike y Johnny. Ninguna chica se le había acercado por ser la hija de ese famoso vocalista, era como si todas le tuvieran envidia. Iba caminando por la calle. Estaba anocheciendo y se le había hecho tarde porque tuvo que pasar a la biblioteca para adquirir el nuevo material de la escuela. La zona por donde vivía era muy segura, por eso no era necesario usar transporte.

Sin embargo, en esta noche, había una excepción respecto a la seguridad…

—Todo indica que eres la heredera de la Joya Azul —dijo el joven del sombrero, el que ocultaba su identidad.

—¡Claro que no! ¡Déjenme en paz! —pedía la chica que era atacada por él y el gato.

—Eso es algo que no puedes ocultarlo —dijo el gato—. Tengo un indicador mágico que me dice que tú eres la poseedora de la Joya Azul.

—Si no quieres sufrir, ¡entrégala!

La adolescente estaba muy angustiada, pero se negaba a entregarla.

—¡Nunca!

—Javier, vamos a hacerlo por las malas —indicó el gato, llamado Derek.

En ese momento, Javier hizo aparecer un hechizo y la atacó sin piedad. La chica tenía el cabello largo y rubio, era muy delgada y parecía un poco mayor que él. Al recibir el ataque intentó huir, corrió, pero ellos la persiguieron.

—¡Yo no tengo esa joya! —gritaba.

—Tú misma nos acabas de confirmar que la tienes, al decir que nunca la entregarías —decía Derek.

Los ataques seguían. Hubo un momento en el que la chica tropezó y una joya cayó al suelo, pero al momento de la caída, rebotó y dio muchas vueltas, alejándose del lugar donde yacía la joven. Hansey iba pasando por ahí y la Joya Azul se detuvo a sus pies.

—¿Una joya?

Javier y Derek se dieron cuenta de eso y fueron a donde estaba Hansey. La chica que fue atacada, rápidamente se levantó y se escondió, como para que la recién llegada no la viera.




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