Memorias y Caos

Chicos & Chicas

Hansey y Erick salieron de la plaza comercial. Era el atardecer y caminaban rumbo a la casa de la joven.

—De verdad, no es necesario que me acompañes —decía ella—. Siempre regreso sola y no pasa nada.

—No rechaces un acto de caballerosidad, te acompañaré, aunque no quieras.

En ese momento, miraron al frente y se dieron cuenta de la presencia de Javier y Derek, aún disfrazado, con un sombrero y un saco que le cubría la apariencia de un gato.

—Ay, no… —la chica ya esperaba esto.

—Ahora que no hay nadie que nos moleste, creo que debemos hablar de nuestros asuntos —dijo Javier— ¿Por qué no estás investigando?

—Oigan, ¡no mencionen nada frente a él! ¡No sabe y no quiero que sepa!

Erick estaba confundido.

—¿Eso quiere decir que él no sabe absolutamente nada? —preguntó Derek— ¡Estás perdiendo tiempo valioso!

—Además, ¿Por qué sales con él si te gusta…?

Javier fue interrumpido al recibir la mochila de Hansey en la cara. Derek quedó con los ojos muy abiertos ante esto. Era obvio que ella no quería que mencionaran a Mike frente a Erick. Cayó al suelo, de espaldas, con el rostro adolorido.

—¡No es algo que te importe! —gritó.

—Hansey, ¿Quiénes son ellos?

—¡Es mejor que te vayas! —le respondió a Erick— Solo es gente que conozco, voy a estar bien, ¡no te preocupes por mí!

—¿Segura?

—¡Sí! ¡Ya vete!

El joven dudaba.

—Oye, ¿Cómo te atreves a golpearme? —Javier se levantó y les lanzó un hechizo.

Todo fue cuestión de segundos, Hansey tenía que proteger a Erick de esa energía que estaba a punto de golpearlos. Puso sus manos como si pudiera crear una barrera. Se hizo y el hechizo chocó en la barrera, perdiendo fuerza y desapareciendo al instante. Hubo silencio y Erick estaba impactado.

—Lo sabía… —murmuró.

—¿Eh? —la chica lo miró.

—Sabía que existía la magia… mi abuela decía la verdad.

Estaba maravillado. Parecía no importarle el hecho de que su compañera de clases tuviera esos poderes.

—¡Vamos a acabarlos! —Derek se quitó su disfraz y sacó las garras.

Ahora estaban frente a Javier y un gato parlante. Debía ser aterrador para Erick, pero estaba muy interesado en ver la batalla. A la chica no le quedó otra más que transformarse y pelear.

Al día siguiente. En la escuela, las cosas estaban normales comparadas a las de la tarde anterior.

—¿Eso te perturba? Peor es ver a tus padres peleando —decía Nora.

—No estoy perturbada… solo que… nunca los había visto así. Es como si hubieran sido los mejores amigos durante todo el tiempo y de repente pasan a una nueva etapa —respondió Andrea.

—Bueno, sea como sea, te digo que es peor verlos peleando. Deberías estar feliz por ellos.

—¿Alguna vez soñaste con algo así? Me refiero a encontrar a alguien que te trate de esa forma.

—¡Claro que sí! —respondió Nora— ¿Qué mujer no querría? Tener una vida maravillosa junto al amor de tu vida… que esté dispuesto a darlo todo.

—Ya veo…

—Deberíamos conseguir novio.

—¿Bromeas? Ni siquiera recibo nada los 14 de febrero, ¿Cómo voy a encontrar a alguien?

—Eso fue porque rechazaste a todos en primer grado —le recordó Nora—. Te daban regalos y los tirabas a la basura frente a ellos, decías: «¿Eso es todo? Deberían esforzarse más. ¿Qué no ven que soy mucho para ustedes?»

Andrea quedó en silencio, era verdad, había rechazado a varios de una forma tan grosera que ya nadie se interesaba en ella.

—Solo eres popular porque en este colegio el promedio es muy importante.

—Entiendo, ¡ya!

—Pero… hay personas que perdonan. Si te muestras linda, puedes encontrar a alguien. Y no me refiero a que seas linda con el maquillaje y la ropa de moda, debes ser linda en tu forma de ser.

—Nora, creo que estamos muy jóvenes para tener novio.

—¡Tenemos 15 años! Ni siquiera hemos dado nuestro primer beso. Hay chicas de primero que ya besaron.

Mientras tanto, en uno de los pasillos del colegio…

—No le vayas a decir a nadie —advirtió Hansey.

—¡No puedo creerlo! Esa pelea mágica de ayer estuvo genial… y lo mejor es que huyeron, se ve que eres muy poderosa.

—Gracias, pero ¡escúchame! Esto debe ser un secreto. Te enteraste porque estabas conmigo, solo por eso.

—Ohh… eso me recuerda. ¿Tú besaste a Mike? —preguntó Erick.

—¡Claro que no! Está mintiendo.

—Pero… ¡él está enamorado de ti!

—¿Qué? No… no de mí, está enamorado de la ‘chica misteriosa’.

—Cierto, cierto. ¿Quieres que lo aleje? Sé que tú estás enamorada de mí.




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