Memorias y Caos

Tercera Parte

Pasaron unos minutos, la noche era silenciosa. Ellie se quedó dormida y no se dio cuenta de que algo muy importante estaba sucediendo en esos momentos. Andrei fue y se encerró en el pequeño laboratorio que tenía en casa. Era una emergencia lo que tenía que atender. Nadie más en esa casa estaba despierto para saberlo.

—Hace mucho que no hablamos por este medio, pero es de suma importancia —decía Roxy a través de una pantalla.

Roxy era una de las hermanas Randal. Al pasar los años, ella se separó de ellas por su estilo de vida. A diferencia de Debbie y Ruby, su vida no era la de tener una familia. La idea de trabajar como lo hacían los Agentes 1 y 2 era maravillosa, pero… ella no trabajaba para la justicia.

—Atraparon a Zack —informó—. Por suerte, fue en la noche y ningún medio se ha enterado.

—Ya veo… —decía él mientras tecleaba en la computadora.

—Tienes que ayudarme a sacarlo. Solo necesito que desactives todo y regreses el sistema como si nada hubiese pasado.

—Sí, estoy trabajando en eso.

—¡Perfecto! Considera a Zack libre, soy una profesional.

—Por cierto —dijo, antes de que terminara la llamada—. Dile a Zack que necesito hablar con él. Mañana por la mañana, por teléfono estará bien.

—¿Sucede algo? El negocio no tuvo problemas, no le sacaron nada.

—Es sobre otra cosa.

—Bueno, supongo que no me incumbe. No te preocupes. Yo le aviso.

Al día siguiente.

—¿Por qué estás diciendo que yo soy novia de Erick? —reclamó Hansey.

—¿Qué? ¿Yo? —preguntó Andrea.

Nora solo soltó una risa.

—¡Qué cínica eres! ¡Tú lo dijiste aquella vez!

—Ah… ¿Y eso fue malo?

—Ahora… ahora… —la chica estaba muy avergonzada por lo que estaba a punto de decir— Ahora mi mamá vendrá por mí a la escuela. ¡Lo sabe!

—¡Ay, no! ¡Eso es terrible! —exclamó Andrea, siendo sarcástica.

—¡Demasiado! ¡Mátate por eso! —agregó Nora.

Las dos rieron. Disfrutaban burlarse de ella.

—¿Quién de ustedes se lo dijo? —Hansey estaba muy molesta.

Nora y Andrea se miraron. Luego, miraron a la joven y negaron con la cabeza.

—Claro… son unas cobardes. No me lo van a decir —concluyó—. ¡Par de imbéciles! —se alejó.

—¿Qué? Nosotras no le dijimos… —murmuró Nora.

—No. Ya sé quién fue. Mi mamá.

—¿En serio?

—Pero… viéndolo bien, fue una gran idea. Así Hansey no tendrá la libertad de investigar.

Nora mostró una gran sonrisa ante esto.

—Vamos a ganar.

Celebraron.

Por otro lado.

—Tengo que hablar contigo en privado —anunció Mike, llevándose a Johnny de la cafetería.

—¿Qué pasa?

—Ayer, en la clase de Biología, Erick se comportó muy extraño. Yo estaba hablando de la ‘chica misteriosa’ y de repente él dijo que jamás sabré de quien se trata. Y no solo eso… también dijo que le importaba. Quiere a la ‘chica misteriosa’ y a Hansey al mismo tiempo. ¡Es un idiota! Tal vez lo hace para molestarme. O tal vez es un mujeriego.

—Espera… ¿es en serio?

—Me dijo que no me ilusionara con la ‘chica misteriosa’. Estaba celoso.

Johnny reflexionó sobre esto. Llegó a una conclusión.

—Puede que Hansey sea esa ‘chica misteriosa’.

—¿Qué? ¡Imposible!

—Si se pone así desde que sale con ella, es lo más lógico. Piensa. Antes te animaba a que te ilusionaras, ahora te reclama y te dice que jamás sabrás quien es. Es como si él ya supiera su verdadera identidad y, si lo sabe, es porque se trata de Hansey.

Mike se quedó boquiabierto ante esta explicación. Johnny lo estaba convenciendo.

—El negocio va bien. ¿Cuál es el problema?

—Tengo que hablar contigo sobre tu parte de la Joya Misteriosa.

Zack se quedó sorprendido. Habían pasado años que no se tocaba ese tema.

—¿Por qué lo preguntas de repente? Hemos estado trabajando en secreto durante mucho tiempo y ahora te importa esto…

—Solo es curiosidad.

—Está bien. Te diré lo que pasó. No podría llevar a cabo todo esto sin ti, así que mereces un favor.

Andrei escuchó atentamente.

—Hace tiempo, cuando Nora iba a cumplir 10 años, tuve un enfrentamiento. Conocí a una mujer que tenía esos poderes. Yo no lo sabía, solo salí con ella. Era bastante bella. Quise impresionarla y le dije que tenía poderes…

—¿Eso quiere decir que la historia sobre la Joya Misteriosa es verdadera? —preguntó la mujer.

—Sí. Yo tengo una parte de esa joya.

—Mientes —dijo, al reír.




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