Memorias y Caos

Debilidad

Sheila estaba consultando la información que Javier y Derek le daban en ese momento.

—Es verdad… la parte de la Joya Misteriosa ha desaparecido. Con esta, van dos.

Sus secuaces se sorprendieron.

—Y con la que tienes serían tres. ¡Ya falta muy poco! —celebró Derek— Por cierto, ¡vas a regresarme a la normalidad!

—Eso es si me traes la Joya Azul.

—¡Maldición! —se quejó— ¿Puedes creer que ella me convirtió en gato solo porque la engañé?

—Creo que es una razón justificable —respondió Javier.

—¡Por supuesto que no! —reclamó— ¡Sheila me engañó primero! —la señaló— Ella salió con un hombre mayor hace años. Se dejó llevar porque era el rubio maduro que se ve rebelde y musculoso.

—¡Yo no te engañé! Solo lo utilicé para llegar hasta la Joya Azul.

—Entonces, ¿Por qué no tienes esa joya ahora?

—Porque me quedé con algo mucho mejor. Vale más la Joya Misteriosa y en ese tiempo creí que podría recuperar las demás partes…

—¡Solo son excusas!

—En cambio, ¡tú sí me engañaste! Te vi besándote con esa zorra.

—¡Solo lo hice porque tú me engañaste!

—Ahora quédate como lo que eres: ¡un gato imbécil!

—¡Tú eres la imbécil!

Los dos discutían y Javier solo miraba. Sabía que no debía meterse en eso.

—No fue una pelea. Yo estaba molesta porque la mamá de Hansey cree que Erick es… es un tonto.

Andrea aguantó la risa al oír esto y Erick lo notó.

—¡Oye! ¡Te estás burlando!

—Perdón… es que es inevitable pensar eso de ti.

—¡Cálmate, Andrea! Yo no te estoy molestando. La idiota eres tú.

—Ah, ¿sí?, y ¿Por qué?

—Porque nunca tendrás novio.

—¡Qué estúpido eres! Eso no define la inteligencia de una persona.

—¡No me llames estúpido!

—¡Es la verdad! Hasta los demás piensan lo mismo.

Los dos comenzaron a intercambiarse manotazos. No era la primera vez que se peleaban, pero en este momento, Ellie necesitaba apoyo…

—Oigan… —pidió con los ojos llorosos— ¡No puedo creer que los dos sean tan insensibles!

Dejaron de pelear al escuchar esto. Se calmaron.

—Ahm… mamá, yo… yo tengo mucha tarea que hacer y no sé cómo ayudarte —dijo Andy—. Mejor deberías llamar a una de tus amigas, tal vez eso te ayude.

Ellie se le quedó viendo. Esa respuesta ya la había recibido antes, mucho tiempo antes, de cierta persona. Mientras que su hijo, no mencionaba ni una palabra.

Rainbow regresó al Mundo de la Magia. Estaba muy preocupado, le dijo a Betsy que tenían que reunirse con la Princesa Kristal urgentemente.

—El cielo tenía una grieta enorme… eso… eso es la barrera.

—Entiendo.

Mark, Karie, Benny y Betsy se preocuparon inmensamente.

—¡Debemos ir a ver qué es lo que está pasando! —exclamó Karie.

—No pueden…

—¿Qué?

—La barrera está muy débil en estos momentos, si alguno de nosotros la atraviesa, puede romperse —respondió la Princesa.

—¿Por qué está débil de repente? —preguntó Mark.

—¿Por qué Rainbow puede ir al Mundo Real sin que se rompa?

—Su nivel de magia es bajo, a pesar de que ha aumentado, no tiene el mismo impacto que nosotros —explicó Kristal—. Y la barrera se debilitó porque alguien está destruyendo la Joya Misteriosa. Cuando esa joya llegó al Mundo Real, formó la barrera de la Reina Blanca para evitar que la Reina Ámbar pudiera robarla.

—¿Cómo es posible que alguien la esté destruyendo? —preguntó Benny— ¿Qué clase de poder tiene?

—Ninguno.

Todos estaban impactados ante esa respuesta.

—Son humanos normales. Robaron la joya y absorben su magia por medio de deseos.

—¿Por qué no te enteraste de esto antes? Pudiste darte cuenta —Uriel hizo acto de presencia.

Él no se unía a este tipo de reuniones en el pasado. Su apariencia seguía siendo joven al igual que la de los Jóvenes de Poderes Misteriosos. Kristal también lucía como cuando tenía la apariencia de Sandra en el Mundo Real. Su intervención causó más sorpresa e inquietud.

—No tengo las mismas habilidades de antes —fue la respuesta—. Mi poder es parte de esa joya y… cada vez más me siento muy débil. Ni siquiera fui capaz de darme cuenta cuando empezó a desaparecer…

—Ya veo. Entonces… ninguno de nosotros puede ir al Mundo Real.

—Y menos tú, que eres un Hechicero —advirtió Mark.

—Sé que aún no confían en mí —dijo Uriel—. Han pasado los años y siguen vigilándome, así como han estado vigilando a Lucy, pero… a diferencia de mi hija, yo voy a proteger a Kristal en estos momentos. Si la Joya Misteriosa se consume, todas las barreras que nos protegen se romperán.




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