El atardecer estaba presente en el Mundo Real.
—¿Por qué estás aquí? —preguntó Hansey, aun transformada en la ‘chica misteriosa’— ¿Qué harás cuando termine todo esto?
—Por qué estoy aquí ya te lo dijimos —respondió Javier—. Y lo que haremos cuando esto termine… no va a terminar —sentenció—. Es el comienzo de un nuevo orden.
—¿Qué pasará?
—Sheila está esperando el momento indicado para llamar a la Reina.
—Quiero saber más. Solo sé que la Joya Azul tiene poderes mágicos, pero… la Joya Misteriosa era más poderosa. ¿Por qué quieren destruir la última parte? Podrían utilizar su poder sin necesitar la ayuda de una ‘reina’.
—Sheila quiere ‘todo o nada’. Cuando robó esa parte creyó que podría encontrar las demás. En realidad, es mejor tener la joya completa, su poder es invencible de esa forma. Hace mucho tiempo, los seres mágicos vinieron a este mundo y la escondieron por esa razón.
—Entonces, si la Joya Misteriosa completa caía en manos equivocadas… ¿era el fin?
—Sí. Cuando Sheila se enteró de los deseos, trató de revertir uno, pero no tenía la magia suficiente. Optó por investigar sobre las demás partes y asegurarse de su destrucción.
—Ya entiendo.
—Deberías estar feliz. Estás de mi lado, conmigo te irá mejor.
Hansey sonrió un poco.
—Es que… no puedo creer que me haya quedado sin amigos y sin…
—¿Y sin novio?
—¡Un chico! Era lo que iba a decir.
—Me tienes a mí —le dijo, de forma coqueta.
La chica no estaba tan convencida, ya no quería confiar en nadie. Javier era uno de los villanos y las posibilidades de que la estuviera engañando eran muy altas.
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—Y eso fue lo que me dijo. ¿Puedes creerlo? ¿Acaso creyó que yo no iba a notar sus intenciones?
Enzo escuchaba toda la historia por teléfono. Andrea ya no hablaba con Nora desde que comenzó con los rumores, así que solo tenía a su amigo.
—Querida, prácticamente se te está declarando.
—Pero yo no estoy interesada. No voy a salir con un chico de primero.
—¡Por favor! Ya has rechazado a muchos, deberías darle una oportunidad.
—Tal vez… tal vez yo estoy exagerando y solo es…
Hubo una pausa.
—Solo es amable. Así actúa con los demás —remarcó.
—Entonces… ¿Por qué estamos hablando de esto?
—Porque siempre lo hablo, solo que ahora estoy enojada con Nora y no le voy a contar a ella.
—Ay, pero necesitabas contarlo, amiga. Déjame decirte que él es el chico indicado para ti. Es lindo, inteligente, risueño, guapo…
—Si te gusta, puedes quedártelo.
—No. No. Yo respeto lo que es ajeno y ese chico es tuyo.
La joven suspiró, no le gustaba que le dijeran esto.
—Así que piénsalo muy bien.
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Sheila estaba sentada en el sillón, con Derek en su regazo, comiendo…
—Ahora no quieres que te regrese a la normalidad, ¿verdad?
No recibió respuesta del gato. La mujer miró hacia donde flotaba la última parte de la Joya Misteriosa. «Tal vez deba hacerlo esta noche.» Pensó.
—¿Cuándo pasará? —Javier y Hansey llegaron a donde se encontraba.
—Esta noche —respondió—. Tengo entendido que los alumnos del colegio FC Gakuen están haciendo más armas Anti-Magia. No debemos darles tanto tiempo.
—¿Y de dónde sacaron esa idea? ¿De verdad están logrando algo así? —preguntaba la chica.
—Hace tiempo, en El Liceo, se modificaron armas de fuego, pero… no se usó la tecnología, se usó magia. Parece que quieren ejecutar el Plan del Siglo con ayuda de la ciencia.
—¿Cómo supieron de ese plan? —preguntó Javier.
—Cuando Elysia se dedicó de lleno a la investigación de la magia, pudo contactar a dos personas que participaron en El Liceo en su juventud: Kevin Loo y Sherly Kate. Por alguna razón, sus mentes no fueron borradas y se quedaron con todos los recuerdos. Si la nieta de Elysia está organizando este plan, es porque ya sabe todo.
—Ahora entiendo por qué estaba tan segura sobre lo que iba a pasar —murmuró Hansey—. Creí que solo estaba alardeando —luego, reaccionó—, espera… esos nombres… el apellido de soltera de mi abuela era Kate.
—Sí, son parte de tu familia. ¿No te habían contado nada?
—No… nada —respondió, tristemente.
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La Reina Blanca y la Reina de la Magia estaban presentes en espíritu, bajo el mando del Hechicero Uriel. La Reina Ámbar estaba impresionada al ver este grado de magia oscura.
—No van a tener los mismos poderes —dijo, al tranquilizarse.
Sin darle importancia a este comentario, la Reina Blanca se puso frente a ella rápidamente, apuntándole con su espada. Su vestimenta era color perla y sus cabellos eran largos y dorados, como se veía en las pinturas del castillo. Usaba una espada larga de diamante.
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Editado: 22.03.2025