Memorias y Caos

Otra Realidad

Sheila, Javier y Derek estaban con los ojos muy abiertos, impactados al ver sus propios finales, al ver que Hansey tenía razón cuando les decía que no debían seguir. Se dieron cuenta de sus errores.

—¿Nos… nos van a proteger? —se atrevió a preguntar la mujer, calmándose al escuchar estas palabras.

«Ya lo hicimos, al omitir los detalles en el libro mágico. Nosotros controlamos el Tiempo y tenemos a alguien que controla el Espacio. Pudimos hacerlo sin que Ámbar se diera cuenta, para ella este viaje en el tiempo no es de gran relevancia.» Explicó la voz.

«Tu fracaso solo es algo que no está en tus manos, quedarás bien ante ella y tal vez te busque en el futuro.» Dijo la segunda voz.

«Permanecerás en el Mundo Real viviendo una vida normal hasta que ella te llame. Es todo lo que podemos decirte en este momento.»

—Eso quiere decir que… debo dejar de atacar a Hansey —dijo al mirar a sus compañeros—, pero… —se volvió a donde escuchaba las voces— …si la Reina me volverá a buscar, ¿me van a dejar contactarla? ¡No entiendo! Para ustedes eso sería malo.

La oscuridad se llenó de luz de repente. El viaje para ellos terminó sin la última respuesta. Regresaron a la calle, donde estaban peleando con Hansey. Vieron que ella seguía en el suelo, herida por los ataques de Sheila.

—¡No hagan ese viaje! —pidió, sin percatarse de que ya lo habían hecho— No tienen idea de las consecuencias.

—Lo sabemos —respondió Sheila.

Javier se acercó a la chica y le ayudó a levantarse. Ella se sorprendió por este acto.

—Sabemos lo que pasará. Tengo toda la información que quería —dijo al extender su mano y ofrecerle la Joya Azul.

Derek permanecía en silencio, no reclamaba como solía hacerlo. Sin decir más, Hansey tomó su joya, entendiendo que de alguna manera ellos sabían todo. Tan solo con ver sus actitudes era suficiente.

—Te llevaré al hospital —dijo Javier—. Aunque no debería ir yo con esta apariencia.

—Yo me encargaré —dijo Sheila.

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El día finalizó. Hansey tuvo atención médica y pudo llegar a su casa sin levantar ninguna sospecha. Sus padres estaban tan ocupados que esto era oportuno para ella, no quería explicarlo todo. Se sintió mejor al ver que las cosas se habían arreglado. Ya no la atacarían para quitarle su joya, todo había terminado.

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—Los Guardianes Mágicos del Tiempo… —decía Sheila— …tal vez son la causa de que la Reina Ámbar no pueda seguir con sus planes, por eso ella busca a esas personas. Ellos saben lo que pasará en el futuro, ¿Por qué dejarán que me contacte? ¿Qué va a pasar?

Se preguntaba, al estar acostada en su cama, con la luz apagada y solo mirando hacia la ventana.

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Johnny y Katsou hablaron de todo lo que Hansey dijo el día anterior después de la escuela. Llegaron muy temprano y se reunieron en un lugar donde nadie pudiera escucharlos.

—Estoy seguro de que ella tiene la Joya Azul, cuando le pregunté, tardó en contestarme y al final dijo que no sabía nada.

—Puede ser. Pero… eso quiere decir que lo que dijo Andrea sobre las armas no tiene nada que ver con la organización secreta.

—Sí, no mencionó nada de eso. Solo me habló del viaje en el tiempo.

—No creo que mi papá o alguno de sus amigos pudiera hacer eso con magia —comentaba Katsou.

—No debemos creer en que es toda la información —advirtió Johnny—. Hay más, pero no la voy a presionar. Puede que lo que siga es la relación de las armas con la organización. Además, ella dijo que la Joya Misteriosa fue destruida. En esta realidad, esa joya prácticamente no existe. Nadie la ha visto.

—Espera… ahora que mencionas la joya, mi mamá me platicó algo de eso el otro día. Dijo que cuando fue el baile de graduación, mi papá tuvo un problema con sus amigos.

—¿Qué?

—Ellos querían robar la joya y luego llegaron a la conclusión de que solo se trataba de un cuento de hadas.

—¿Crees que ellos tengan la joya para trabajar en su organización?

—Pero… tomarían el mando de todo.

—Cierto… —Johnny trató de encontrar una respuesta y recordó algo muy curioso, algo que causaba polémica en la ciudad— La Ley de Herencia. Sí, nosotros podemos preguntarles a nuestros padres si están de acuerdo con esa ley.

—¿Qué tiene que ver eso?

—Solo hazlo. Te explicaré si realmente es lo que estoy pensando.

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Nora y Andrea iban entrando a su salón de tercer grado…

—Ayer no encontré a Darcy, justo cuando podía hablar con ella sin que Hansey se metiera.

—¡Qué mal!

En ese momento, Enzo se acercó a sus amigas.

—Chicas, buenos días. Hoy me toca exponer sobre política y esas cosas, ¿me pueden ayudar a contestar unas preguntas?

Saludaron y luego aceptaron ayudar a su amigo.

—Ok. Veamos… ¿Qué opinan sobre la Ley de Herencia? ¿Creen que sea bueno que el Alcalde Guionette gobierne hasta que su hijo crezca y pueda gobernar?




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