Me lance a mi lecho rendida, pues me sentía totalmente agotada y sin ganas de seguir existiendo, al parecer poner en orden mi cuarto después de días de no hacerlo había sido una tarea mortal. Fier y Mish estaban durmiendo sobre la cama también, pero para mí buena suerte o mi desgracia me había entretenido peleando con Odin, el cual por cierto casi me enmarañaba la primera vez que lo vi, después de enterarme del embarazo de Mish.
—¡Sácate de aquí! —exclame, aventando a ese gato fuera de mi vista —. ¿Quién te crees?
—MIAU —tenía miedo que me atacara o se me lanzara encima, así que me levante de la cama para darle menos oportunidad.
—No te lo dejare tan fácil —le advertí, cuando pude notar que estaba preparado para aventarse hacia mí—. Créeme que no estoy dispuesta a sufrir más daño físico.
—MIAU.
—No me respondas gato irrespetuoso —bufe al decir eso, quería agarrarlo y lanzarlo por el balcón —. ¡Esta es mi habitación!
—Me preocupa tu salud mental, Kathrina Moonlight D´Angelo —ya había perdido la cuenta de las veces que Fier me había repetido lo mismo.
— ¿No estabas durmiendo acaso? —pregunte para desviar el tema, no quería pelearme también con él.
— ¿Crees que podría hacerlo con el murmureo que traes? —el fastidio en su voz estaba presente, haciendo que el ambiente en mi habitación estuviera algo pesado y tenso—. Hace un calor insoportable aquí, a pesar de que tienes abiertas las puertas del balcón.
—Lo sé, esta horrible —esa podría ser la razón de nuestro mal humor, el clima enserio era un asco —. Quisiera poder meterme a un refrigerador.
—Demos un paseo, por favor —suplicó Fier, volando hacia el balcón, Odin maulló como respuesta—. Ya vez hasta el gato está de acuerdo, vamos Moonlight, aquí está muy aburrido.
—Tengo que organizar todo para comenzar a investigar —le explique recopilando todos los libros y cosas que necesitaba—. Esta semana me la tome de descanso, pero la siguiente debo comenzar.
—Podemos ir al bosque a organizarnos, ahí estaremos más frescos para pensar mejor —casi fue una súplica—. Vamos por favor, ¿sí?
No era tan mala idea, después de todo si necesitaba aire fresco, además era el último día que tendría tranquilo o al menos en el que ignoraría que tenía problemas en los cuales pensar.
—Me convenció tu carisma —fue tanta su emoción que levanto a ese gato por los aires junto con él y comenzó a volar por todos lados, al parecer a él le gustaba la mala vida pues no dijo ni miau—. Solo desocupa mi mochila y tráela para que guarde lo que necesito.
— ¡Voy! —grito al mismo tiempo que soltaba a Odin sobre la alfombra y se iba volando.
Comencé a armar una lista mental de todo lo que tenía que llevar; libros para investigar, teléfono, libreta y lapiceros. Una vez volví a repasar todo pude estar segura de que era todo, esperaba que no se me olvidara nada pues no quería tener que regresarme, di un último vistazo a toda la habitación y agradecí haberlo hecho pues el libro que me había dado el árbol se encontraba sobre mi tocador, junto al que me dio el oficial, me acerque a tomar ambos y los puse sobre mi cama a lado de todo lo demás. Observe a Mish que aún se encontraba durmiendo, estaba ya muy gordita y eso me ponía nerviosa pues no sabía que iba a hacer con los gatitos.
—MIAU —casi había olvidado su agradable presencia, pero claramente no me iba a poder deshacer de él tan fácil —. MIAU.
—Deberías buscar un trabajo para que puedas mantener a tus hijos —le dije, viendo cómo se acercaba a Mish —. No sé qué hare con ellos.
—Aquí está la mochila —irrumpió Fier lanzándome la mochila a mi cara, agradecía tener buenos reflejos pues evitaron el impacto—. Ya deja a ese gato en paz y apúrate antes de que se haga más tarde.
—Cálmate, ya solo guardo esto y nos vamos —coloque todas las cosas que tenía en mi cama y gracias al encantamiento todo había encajado bien—. Creo que es todo, solo pásame una sudadera de mi armario, por favor.
No sé en qué momento lo hizo, pues solo sentí la sudadera en mi cara unos segundos más tarde, debido a que esta vez sí estaba muy concentrada asegurándome que no se quedara nada.
—Ahora sí, ya vámonos —su impaciencia no era nada nuevo, pero aun así me sorprendía su emoción.
—Si —respondí una vez que me puse la sudadera y metí a Mish en mi mochila, le haría bien tomar aire fresco también—. Metete en el bolsillo Fier, te aviso cuando ya puedas salir.
— ¡AL FINNN! —grito lanzándose en picada hacia su espacio en mi mochila.
Negué sin poder evitar reírme, enserio me hacían el día estas criaturas que se albergaban en mi habitación. Colgué mi mochila sobre mi hombro y me hice un moño en mi cabello, para que no se viera tan enredado, además acomode los mechones que habían quedado sobre mi cara a los costados de mi rostro para que no me estorbaran y suspire resignada.
—Quisiera lanzarte por el balcón, pero sé que volverías a meterte a mi habitación —le reproche a Odin, debía de admitir que también me empezaba a preocupar el hecho de pasármela peleando con un gato—. Sígueme, me conviene más tenerte cerca, así no harás desastres como la otra vez.
—MIAU —respondió simplemente, siguiéndome hasta la puerta de mi habitación.
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Editado: 04.01.2025