Memories: Verdades Ocultas [#1]

30.- PELEAS INEVITABLES

La compañía de Sawyer se había vuelto recurrente, es esos momentos nos encontrábamos en una de las bancas de la escuela, pues Miss Graham no considero llevarme a practicar encantamientos al aire libre, aunque era entendible y en partes le agradecía, pues solo tendría que estar viendo sin poder hacer nada.

—Entonces ¿qué planeas hacer? —le pregunte a Sawyer, pues me estaba contando acerca de una tradición familiar que él no quería seguir.

—No sé, pero me gustaría poder elegir con quien voy a estar para siempre —sonaba triste y sus expresiones me lo confirmaban.

—Pero entonces, aun si la luna los elige no quiere decir que deben estar juntos ¿o sí? —puse mi mano sobre su hombro para mostrarle mi apoyo.

—No, esa persona será mi alma gemela —dio un suspiro, mientras volteaba a verme—. Pero no necesariamente debo ser yo la de ella.

—Puedes elegir entonces, todos tenemos esa opción —le sonreí dándole ánimos—. No sé cómo sea la tradición, pero no pueden obligar a dos personas a estar juntos.

—Lo sé y eso no es lo que me tiene así —su mirada se intensifico más, lo cual me hizo sentir que lo estaba por decir era dirigido a mí—. Tengo miedo que la luna una mi alma a alguien más, cuando ya hay alguien ocupando mi corazón.

No supe que decir, pues mi cerebro y todo mi sistema entro en colapso. No quería imaginarme cosas, pero su mirada me decía absolutamente todo, era como si gracias a esta pudiera ver a través de él, como si de un cristal se tratara.

—Sawyer, aquí estas —interrumpió el momento una voz femenina y suspire aliviada, me había salvado sin duda—. Te estuve buscando.

— ¿Qué paso, Tamara? —respondió él molesto.

Volteé hacia enfrente y me encontré con los mismos chicos que habían pasado por él, aquella vez en el portal de piedra.

—Siempre que nos encontramos, es porque tenemos que interrumpir —se acercó el chico moreno a mí—. Un gusto mi nombre es Isaid.

—El gusto es mío, soy Kathrina —conteste estrechando su mano.

— ¡Isaid! —exclamó Sawyer entre dientes, ocasionando que su amigo se separa con sus manos a lo alto—. De lejos es mejor.

—Yo soy Tamara —se acercó la chica rubia con una sonrisa en su rostro—, la hermana del joven que está a tu lado.

—Un gusto conocerte —le respondí con algo de nervios mientras estrechaba su mano.

—Eres mucho más linda de lo que nos platicaba mi hermano.

Eso hizo que mis mejillas se encendieran y bajara la mirada apenada, pues al parecer él les hablaba de mí.

—¿¡Que hacen aquí!? —Sawyer casi grito, en ese momento regresé mi mirada hacia su dirección para ver que le pasaba, descubriéndolo de pie con la cara totalmente roja—. ¡Les advertí que no volvieran a interrumpirnos!

—Tranquilo niño —Isaid paso su brazo sobre sus hombros, con una sonrisa burlona en su rostro—, tienes buenos gustos.

Esto último se lo comento en un susurró al oído, pero claramente todos escuchamos.

—¡Aléjate! —le dijo Sawyer dándole un codazo y empujándolo.

—¡Compórtense!, que pensara Kathrina de nosotros —los regaño Tamara, haciendo que dejaran de pelearse—. Den buena impresión.

—Perdona —dijeron ambos al mismo tiempo.

—No hay problema —dije sonriendo ante la escena.

—En cuanto a tu pregunta hermanito —se voltio hacia él dándome la espalda—. Recuerda que hoy debemos llegar temprano.

Vi como un bufido de resignación salió de él y se acercó a mí.

—Me tengo que ir capitana —sonreí sin pensarlo al escuchar ese apodo—, toma mi numero —me extendió un papelito que saco de su bolsillo—. No lo abras hasta que me vaya ¿de acuerdo?

—De acuerdo.

—Bien, nos vemos pronto entonces —se acercó, para darme un beso en mi mejilla antes de darse la vuelta.

—Disculpa la interrupción —esta vez fue su hermana algo apenada.

—No hay problema, sé que también tienen cosas que hacer —le respondí con toda sinceridad, ella me sonrió y me dedico un asentimiento como saludo.

—Oye Sawyer ¿no la vas a invitar a casa para el eclipse? —recordó ella de repente.

—Ya lo hice —respondió él enojado, pero sin dejar de mostrarme una sonrisa en cuanto me su visión recayó en mí. Pero eso me dejo confundida, porque él no me había invitado a ningún lado—. Vámonos ya, antes de que decida quedarme.

—Es momento de irnos, porque si lo creo capaz de quedarse y papá me asesinara —debió ver la expresión que se formó en mi rostro, pues se apresuró a continuar—. Es broma, pero enserio debemos irnos. Hasta pronto.

—Hasta pronto —respondí.

Comenzó a caminar detrás de Sawyer tomando a Isaid del brazo para arrastrarlo tras ella.

— ¡Nos vemos pronto Kathrina!, ¡no te metas en problemas! —exclamo Isaid a la distancia y entendí al instante a que se refería.

—No te preocupes, hoy no tengo intención de toparme con lobos en el bosque. Puedes estar tranquilo —los tres entendieron que ya sabía su secreto, pues voltearon a verme sorprendidos, así que me limite a sonreír con suficiencia—, soy buena guardando secretos.




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