El clima estaba realmente deprimente, tanto como mi estado de humor y seguramente también mi apariencia. Me encontraba recostada sobre los arbustos de los pequeños jardines de Evermoorny, no quería asistir a la escuela porque apenas estaba procesando la muerte de Mish, aun así, me había convencido a mí misma que era lo mejor. En cuanto a lo de mi huida de casa, debía decir que Christopher me había convencido de quedarme al menos esa noche, pues él me prometió que me ayudaría a buscar un buen lugar donde vivir.
A pesar de que le di mi palabra y le dije que aguardaría pacientemente, no estaba totalmente convencida, algo dentro de mí me decía que mi presencia en esa residencia iba ser totalmente efímera.
Así que no había desecho las maletas.
—¿Cómo te sientes? —volvió a cuestionar Hailyn una vez, perdiendo la cuenta de cuantas veces me lo había preguntado ese día—. No luces para nada bien, sé que extrañaremos a Mish pero debemos ser fuertes por ella.
—No lo sé, necesito despejarme un rato —respondí en un suspiro.
—Vámonos Pride, dejémosla sola un rato porque la estamos asfixiando —agradecía que me entendiera tan bien.
No me molestaba su compañía, es más me encantaba, pero en esos instantes necesitaba un tiempo a solas.
—No quiero —contesto este como un niño pequeño aferrándose más a mí.
A ellos también les había afectado la muerte de Mish, por la mañana Hailyn casi le lanzaba una maldición a Ariday. Aparte Miles nos comentó que él se iba a Italia la próxima semana, al parecer había aceptado la oferta de la directora para poder especializarse más en la Herbologia durante ese año y medio.
—Por favor Miles, solo unos minutos, necesito tomar un poco de aire fresco —dije acariciando su sedoso cabello rojo—. Prometo que cuando salgan de clases me iré con ustedes.
—¿Segura? —sus ojos azules chocaron contra los míos y yo solo asentí—. Vendremos en cuanto termine la clase de Miss Graham, ¿de acuerdo?
—De acuerdo.
Antes de que pudiera contestarme Hailyn lo jalo hacia atrás.
—Ahorita regresamos Kath —se acercó a mi dándome un ligero beso en la frente—. Te quiero.
—Yo también.
—¡YO TAMBIÉN! —grito Miles a la distancia siendo arrastrado por Hailyn.
No pude evitar reír ligeramente mientras negaba con la cabeza, pues esos chicos realmente mejoraban mi vida.
No lograba concebir que sería de mi vida sin ellos.
—Hola —una voz saliendo de la nada me hizo sobresaltar ocasionando que mi corazón se acelerara, sin embargo, en cuanto visualice quien era me tranquilice rápidamente—. Lo siento, capitana.
—No te preocupes —le dije tranquilizándome un poco—. ¿No ibas a ir a tu clase?
—Sí, de hecho, para allá iba, pero hace un rato me quedé muy preocupado por ti —no pude evitar sonrojarme ante esto, era lindo saber que realmente le importaba.
—Gracias por venir —me sincere.
—No tienes nada que agradecer, capitana —paso ligeramente su mano por mi mejilla, sobándola en el proceso—. Personas como tú no deberían sufrir, es como ver llorar a un ángel.
—Enserio lo valoro mucho, pero no quiero que pierdas clases por mí —y no era mentira, aparte de que quería estar sola, me preocupa que cualquiera de ellos perdiera clase.
—A mí no me importa por..…
—Por favor —lo interrumpí casi en una súplica.
Nos quedamos mirando fijamente unos segundos hasta que el cedió.
—Está bien —dijo acercándose hasta mi—. ¿Puedo?
—Puedes.
Dejo un casto beso sobre mis labios y se separó lentamente tomando mis mejillas entre sus manos.
—Prométeme que pase lo que pase no dejaras de quererme —eso me tomo por sorpresa, pero supuse que era porque les había comentado en la mañana que me iba a ir de casa—. Prométemelo por favor.
—¿Por qué lo dices? —pregunte para estar segura.
—Solo prométemelo, por favor.
—Te lo prometo —después de eso me dio otro corto beso y se marchó rápidamente.
—Te quiero.
Eso fue lo último que escuche salir de sus labios antes de perderlo de vista, se me hizo muy extraña su actitud, pero no estaba de ánimos para sobre pensar eso. Se habían encargado de acompañarme durante todo el día, así que era la primera vez que me encontraba totalmente sola y realmente lo agradecía. Me puse a admirar el paisaje aun nevado, eran principios de enero y no parecía que la nieve y el viento helado fueran a ceder próximamente.
Inhale y exhale mientras cerraba los ojos, a pesar de todo el enredo que tenía en mi mente, estar ahí sentada, oyendo el silencio sepulcral de estos jardines me traía paz, mucha paz de hecho, pero aún tenía que arreglar muchas cosas.
Estaba planeando aceptar la oferta de la directora, aunque me detenía el hecho de que si me iba Hailyn se quedaría sola, puesto que Miles también se iría a Italia. Algo que si debía de decir es que desde el concierto ella y Chris se habían acercado mucho, podía jurar que incluso una vez por error leí una notificación de su teléfono y resulto que era un mensaje de mi hermano. Ojalá no estuviera adelantándome, pero realmente me encantaría que ellos estuvieran juntos, eran tan lindos juntos.
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Editado: 01.02.2025