16 de Octubre 2006
-¿Quién eres? - preguntó alguien a quien no podía ver debido a la oscuridad en la que me encontraba envuelta.
-No te importa.
-Es gracioso que creas que tienes la opción de ser rebelde cuando soy yo el que está armado, no volveré a preguntar, responde.
Sentí como el filo de una navaja acariciar mi cuello ¿Debía contestar? ¿Valdría la pena? es lo único en lo que pensaba en estos momentos.
¿En serio comenzarás a temerle a la muerte ahora? No tienes nada, no eres nadie ¿Qué más da si te matan? Dejalos, te harían un favor ¿O prefieres volver a aquellas sucias y peligrosas calles a las que llamas hogar?
Gracias conciencia, siempre tan positiva y alegre, no se como eres tan igualita a mi.
Si claro, porque tu eres una hermosa flor que no lastimaría a nadie.
Vete a la mierda.
Ya estoy contigo ¿hay algo peor?
-No soy paciente, me dirás de una vez quién eres y qué hacías en mi almacén, o me encargare de que nunca vuelvas a ver la luz del sol- la navaja comenzaba a lastimarme, la presión era cada vez mayor.
-¿Crees que te tengo miedo? ¿Que temo morir? Vamos, mátame, si tienes lo que se necesita para hacerlo.- Grité.
Estaba cavando mi propia tumba, pero ya no me importaba.
Las luces se prendieron y pude ver a un hombre de unos 35 o 40 años y a un chico de mi edad. La habitación estaba repleta por manchas de humedad, escaseaba de vantanas lo que disparó mi claustrofobia ¿En qué me había metido?
-Tu no trabajas para nadie, tienes demasiado carácter para ser un peón. Eres muy joven y todos en tu lugar estarían llorando. ¿Qué hace una chica de 14 años sola en barrios tan peligrosos? O peor ¿Qué hacías en mi almacén? ¿Buscabas drogas? ¿Querías robar?- El hombre estaba parado frente a mi con el ceño fruncido intentando descifrar por mis gestos qué hacía yo allí.
-No le importa - contestó desafiando una vez más, el no despegaba sus ojos de los míos y yo no pensaba ser menos.
-¿¡No me importa!? Entras a mi casa, no se como pasas la seguridad y no me importa- su voz destilaba sarcasmo, aparte de que ya estaba empezando a gritar.
-¿Seguridad? -rei como loca- ¿Habla de los idiotas de la puerta y las cámaras? Eso es de principiante, los gorilas se durmieron a las 2 am y las cámaras tienen un patrón fácil de aprender -seguíamos con nuestra estúpida guerra de miradas.
-Jack, acompañala al campo de tiro, veremos de lo que esta chiquilla está hecha
-No soy una delincuente si es lo cree, puedo ser hábil en algunas cosas pero nunca he disparado un arma.
Salió de la habitación rompiendo el contacto visual, un punto para mi. El niño, ahora llamado Jack, se acercó y cortó la cinta que rodeaba mis manos por la espalda.
-No le temas -susurro- si sigues defendiendote no te matara, demuéstrale de lo que eres capaz. Nunca tuvo piedad, me sorprende que no te haya golpeado. Vio potencial en ti, aparte de que eres hermosa. -nos miramos por unos segundos- vamos no le gustara que tardemos -el ya se acercaba a la puerta.
Creo que me he sonrojado, el chico de misteriosos ojos me ha llamado hermosa.