Menguante

Capitulo 2- Misterio.

Dicen que la experiencia es la que forma a los grandes, pero por cada día que transcurría en este tedioso y macabro trabajo siento que más que alguien por reconocer debería ser digno de ser olvidado, me he vuelto testigo de muchas tragedias, de la verdadera maldad humana y lo único que me acompaña en este agobio existencial es mi cigarrillo que daba un suspiro de sus ascuas por cada recuerdo que vagaba por mi mente.

 

                A pesar de lo desordenado de mi apartamento digno de un estudiante independiente yo ya gozaba con treinta décadas de vivencia, no es por presumir pero a pesar de lo repelente de mi morada mi mente era similar a las magníficas  bibliotecas, para hacer buen uso de ella me poso  en mi sillón que daba de frente con la venta a que me resguardaba de la lluvia que bañaba la   penumbrosa ciudad, sentía algo de frio   por lo que  estiro mi brazo libre  a mi cama para poder tomar una  cobija que me sirva de vestidura contra esta época húmeda.

 

                Era mi día libre, estaba cansado de   ver tanta sangre, pero eso no impedía que la muerte siguiera asechando y esto se materializo en una llamada a mi teléfono fijo que se encontraba en mi cocina, hice un pequeño puchero del fastidio porque sabía lo que significaba, intente hacerme el difícil incluso medite la posibilidad de obviar el mensaje, estaba en mi derecho, pero al final ¿qué clase de hombre seria?  A regañadientes   me pongo mis babuchas   de mala forma debido al afán y me dirijo a contestar.

 

- ¿Investigador Apolo? ¿se encuentra disponible? - Menciona una mujer al otro lado del comunicado

 

  • Si con eso te refieres a arruinar mi día libre… si lo estoy- Refunfuño indignado.
  • Lamento informarle esto, pero el Investigador Marcos ha desaparecido. -  Añade de forma cortante.
  • Es broma ¿cierto? -   dialogo algo ansioso pensando que sería una mentira.
  • … -
  • Voy de inmediato-

 

Cuelgo la llamada   y de forma rápido me desprendo de mi pijama y me coloco una ropa casual acompañado con mi respectiva cazadora, si la vida de un detective no parecía tener descanso, me pregunto si seguiré cuerdo después de tanto, pero mientras mi mente estaba en un plano etéreo mi cuerpo no se detenía, ya totalmente vestido y perfumado me dirijo por las escaleras de mi edificio  minimalista, se notaba que el lugar era barato y solitario me gusta así, llamar la atención es lo peor para alguien como yo.

 

 Desenvaino mi paraguas para protegerme de la lluvia que parecía intensificarse, mientras el resto de las personas buscaban refugio yo salía del mío, logro visualizar en la esquina un taxi, lo señalizo con mi mano   y me acerco para tomar  asiento en los puestos traseros, después de disculparme por mojar un poco el coche le mencione que me lleve a la  comisaria, serian varios minutos de travesía por lo que aprovecho para desabrochar mi maletín y liberar mi laptop en la cual tenía clasificado toda la información que necesitara, busque  el perfil policial de Marcos, yo lo conocía tras vestidores era un anciano bastante respetado y honorable, no me agradaba mucho porque me daba consejos como si fuera mi superior.

 

 Vi todos los datos y parecían en orden me fije en los casos que había tratado y prácticamente todos estaban cerrados, no puedo negar su talento, pero había algo inusual, el último de sus casos era llamado El Jinete y estaba inconcluso ¿que lo hizo desaparecer? Muchas preguntas rondaban mi mente, rodaban como las llantas que aparcaban en la acera, después de pagar mi transporte me dirijo rápidamente a la oficina donde me atiende la chica que me llamo, me dirige directamente a la sala forense.

 

Estaba bastante confundido, pero ya podría sacar unas ideas, los pasillos estaban llenos de gente igual o inclusive más apurada que yo tanto de bata blanca como de uniforme policial, muchos me reconocen con una tenue mirada, pero mi gesto no era precisamente uno amigable. Llegue al final de la comisaria donde tomo algo de aire, estaba a punto de quizás ver la cosa más horrible de mi vida, o bueno eso decía porque ya estaba acostumbrado, pero algo de ficción para mí mismo hace más llevadero este oficio.

 Abro las puertas con fuerza de par en par e ingreso, ahí estaba lo que me temía un cuerpo por el momento irreconocible por una manta blanca que lo cubría, el lugar estaba demasiado frio   así que en un movimiento veloz meto mis manos en los bolsillos de mi chaqueta.

 

  • Marlyn ¿No tendrás café por algún lado? Siento que seré un muerto más de tu lista. -

 

Un silencio incomodo se materializo en la conversación, la chica de ojos negros, cabello castaño y una piel canela estaba cubriendo su boca con sus manos acobijadas por sus guantes, me sorprendía ver a la forense en jefe en esa expresión puesto que era la más conforme con el trabajo a los difuntos.

 

               Ella sencillamente me hace una seña para que retire el manto, estaba algo ansioso por todo el ambiente construido, pero al desvelar la identidad del cuerpo termine más horrorizado, se trataba de Marcus el detective.



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En el texto hay: misterio, miedo, terror

Editado: 19.07.2022

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