Menguante

Capitulo8. Arte

Las costumbres son las que definen a los humanos, de eso estoy seguro puesto que eso mismo es mi fuente de inspiración, para el buen artista tener un lugar y un buen pincel es esencial, de sus manos nacerá la belleza y yo solo aportaba a esta como un humilde heraldo a este enloquecido ir y venir.

Estar solo también es clave, mi garaje y yo somos uno y las rocas que moldeo y manipulo aquí son testigos de ello, no solo de mis vidas si no de quienes están inspirados, amo retratar sus rostros, ese terror tan puro esa sensación de impotencia en sus carnes, cuando estaban vivos era lo mejor, podía respirar sus emociones.

Pero los humanos son efímeros y corruptibles, susceptibles al cambio, tengo que de alguna forma retratar la eterna oscuridad de sus almas, que trasciende sus huesos y se manifiesta en sus ojos, quizás sea deplorable lo que hago, pero es mi deber, solo podre ser un humano alineado con mi voluntad al hacerlo, es la verdadera dicha.

Si veo el brillo de sus vidas extinguirse es como si se avivaran más, ya he coleccionado   más de 33 individuos en mi recorrido como artista, estas estatuas son idénticas a sus últimos segundos en que sus animas estaban atrapadas, ahora quizás estén divagando en el reino de los inmanentes pero su gran experiencia conmigo está materializada en detalle en mi garaje.

Me considero un perfeccionista, mis manos están enamoradas del mármol de las frías montañas, es como si el material me gritara que lo hiciera digno de existir, su voz celestial me hipnotiza y me deja anonadado con su belleza, por eso les digo a los seres cercanos a mi que ni sospechan de mis mejores creaciones que yo hago arte, pero en realidad yo lo descubro.

A veces pinto sus venas vividas, a veces grabo sus anhelos y suplicas, otras veces silbo sus últimas confesiones, pero la artesanía de sus cuerpos es lo que más me hace sentir lleno, se que es un gran esfuerzo, pero todo lo que vale la pena es así, el observar a mi siguiente obra, seguirlo, acorralarlo y moldearlo de la forma adecuada para mi arte, pero claro también tengo que desecharme de sus restos terrenales, que ni se comparan con sus nuevas formas, con sus nuevos avatares.

No importa si hay gente que llora y sufre,  ellos no saben como luce estas musas, mis ángeles personales que me guían en esta solitaria vida, no hablo de nadie con esto, no porque no lo entiendan si no que el morbo de la privacidad, el saber que solo yo soy el elegido  me lleva a un placer que  ni el lívido  de mis ajenos podrían igualar, justo ahora en esta madrugada me fijo en mi siguiente modelo, inicia mi trabajo pero a su vez me deleito con lo nauseabundo  de realizarlo, esta calle será mi escenario  y esta ciudad mi silente público.



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En el texto hay: misterio, miedo, terror

Editado: 19.07.2022

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