Mensajero Nocturno®

Capítulo 7. Problemas.

Si tengo que decir el como me siento ahora mismo, la respuesta sería, impactado, enojado y sin poder creer lo que estaban viendo mis ojos. Esto tenía que ser una jodida broma, de verdad, lo tenía que ser.

Apenas bajé del auto lo primero que vi fue a toda la manada reunida alrededor de un auto negro blindado, e incluso mi padre estaba con ellos.

La mirada de todos ellos se encontraron recorriendo mi cuerpo para después ir hacia el deportivo azul que traía esta vez. Con todo el esfuerzo de no soltar una maldición en lo alto y controlando el latido de mi corazón, le puse el seguro a mi auto para después comenzar a caminar hacia la entrada de la universidad.

Ya una vez adentro caminé por los pasillos con dirección al salón. Acomodando la mochila en mi hombro seguí dando pasos lentos. Aun faltaba para que el timbre sonara.

Tenía unas inmensas ganas de gritar, de golpear algo, pero tuve que controlar ese impulso. Entré al salón y caminé hacia mi puesto. Dejando la mochila sobre la mesa, me senté.

No podía creer que esto esté pasando, yo tan solo deseo vivir lejos de ellos, estar lejos de ellos... ¿Acaso no pueden entender eso?. Después de todo este tiempo, ¿Por que se aparecieron ahora?.

- Buenos días Tony - saludó una de mis compañeras, no recordaba su nombre pero sabía que se sentaba detrás de mi.

- Buenos días - respondí con una pequeña sonrisa.

La chica se sonrojó y bajando la mirada, caminó el pequeño tramo que le faltaba para llegar a su puesto. Miré por todo el salón notando así a unos cuantos mas de mis compañeros sentados y otros platicando.

Volviendo las vistas al frente solté un suspiro. Parpadee un par de veces, me ardía los ojos, pues no pude dormir nada durante la noche, y lo malo de todo fue que la señora no me dejó trabajar para poder despejar mi mente después del inesperado reencuentro. Tuve que pasar toda la maldita noche encerrado en mi Penthouse, y cuando intentaba hacer una investigación mas a fondo sobre el chico al que debo buscar, mi mente se volvía un lío.

Fue una noche dura.

Escuché murmullos por el pasillo que iba aumentando a cada segundo, miré por la puerta para ver que es lo que pasaba pero no hizo falta, pues pude captar el aroma de los hombres lobos y con ellos el aroma del profesor de química.

Demonios.

Justo cuando mi compañera de mesa entraba el timbre sonó y cuando apenas la chica tomaba asiento el profesor entro junto a Scott y los demás. Mis ojos se volvieron a encontrar con los de ellos.

Muchos de mis compañeros soltaron exclamaciones y los que iban entrando simplemente se sentaron con rapidez.

- Muy bien clase - comenzó a hablar el profesor al mismo tiempo que dejaba unos libros en el escritorio y se daba la vuelta para mirarnos, lo miré por unos segundos antes de recorrer con la mirada a mis ex amigos - Como se estarán dando cuenta, estos chicos se unirán a ustedes en este salón, se transfirieron desde Beacon Hills y espero que sean buenos con ellos.

- Reclamo a la pelirroja - habló desde el fondo uno de los chicos mas populares de la universidad, entre risas, mientras chocaba los puños con su mejor amigo que estaba sentado al lado de él.

- Y yo reclamo al chico rubio bajito - dijo su amigo.

Por alguna extraña razón un enojo se apoderó de mi cuerpo cuando dijo eso, sabía claramente que hablaba de Liam. Y eso era lo mas extraño, que mi cuerpo reaccionara de aquella manera.

- Ryan, Yahir, basta - sentenció el profesor molesto, los chicos solo se rieron.

- ¿A ti te parece bonita la pelirroja? - me preguntó Katia mirándome.

No sabia a que venía la pregunta, si antes me hubiesen hecho esa pregunta diría que si, pero ahora Lydia no me parece más que una barbie sin sentimientos.

- No - espeté - ¿porque?.

- Por nada - contestó desviando la mirada tan solo unos momentos - y yo... ¿te parezco bonita?.

- A que viene esa pregunta... ¿Acaso es una indirecta? - elevé una ceja con diversión.

- No lo sé, quizá - dijo ella ladeando la cabeza a un lado.

Me parecía extraño que ella se tomase tanta confianza para hablarme así, si desde que nos conocimos no hemos cruzado mas que cuatro palabras.

- Si, eres bonita - y no mentía, la chica era muy hermosa, ojos azules, cabellos castaños y una piel pálida, además tenía un buen físico.

Bien podría llegar a formar parte de las chicas populares, pero por lo visto a ella nunca le a interesado eso.

- Así bonita estilo, woow, ¿Me gustaría salir con ella? - preguntó con una sonrisa.

- Bueno... - no terminé de hablar cuando sentí un fuerte jalón que me hizo poner de pie y ser posicionado a espaldas de aquel chico que me jaló lejos de Katia.

- Él nunca saldría con alguien como tú - espetó el rubio furioso. Podía escuchar su respiración desenfrenada.

- ¿Disculpa? - manifesté molesto y confundido. Me solté del fuerte agarre de Liam en mi muñeca y lo giré para verle la cara, pero me llevé la sorpresa cuando vi sus ojos amarillos - ¿Que? - me alejé unos pasos de él, fingiendo confusión y miedo.

Cosa que hizo a Scott, que estaba aún parado al lado del profesor, caminar hacia nosotros y alejar a Liam para después hacer que escondiese su cabeza en su pecho. Mientras yo mirada con el ceño fruncido siguiendo fingiendo confusión por lo que había visto.

Por su parte Scott me miraba temeroso, y a la vez ansioso.

- ¡Por dios!, ¿Que es lo que pasa aquí? ¿Acaso ustedes se conocen? - preguntó indignado el profesor.

Los ojos de todos estaban posados en nosotros.

- No - negué con la cabeza y siguiendo con mi actuación me senté nuevamente de manera torpe.

- Como sea, ustedes solo vayan a sentarse, ya hemos desperdiciado mucho tiempo - soltó el profesor.

Los chicos de la manada acotaron la orden y fueron a los puestos vacíos. Aún podía sentir miradas de mis compañeros, pero no le tomé importancia. La reacción de Liam de verdad que me a tomado desprevenido.




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