Capítulo 12. Liam Dunbar.

Wang Wu.

Observé a Tony, aun seguía inconsciente, descansando en el sofá. Por ratos el chico se agitaba de forma violenta, tal parece que está teniendo una pesadilla, solo lograba calmarse cuando le acariciaba la cabeza con delicadeza.

Estaba preocupado por él, sabía perfectamente quienes eran esas personas que abandonaron el Penthouse hace unos momentos, la verdad que me enfadó mucho encontrarlos aquí, estaba enterado de todo el daño que le habían ocasionado a Tony, las veces que le hirieron a base de golpes. Y ese hombre que se hizo llamar su padre, su padre... ¿Acaso un padre dejaría que otras personas golpearan a su hijo?. La verdad nunca esperé de que después de que Claudia falleciera, ese hombre iba a descuidar tanto el muchacho, si, se que no es su verdadero hijo y que ese hombre no está enterado de ello, pero nunca debió abandonar al chico en primer lugar, dejarlo a las garras de esos seres sobrenaturales cuando Tony tan solo era un humano.

Pero claro, después de ver el error que cometió, que cometieron, vienen ahora a irrumpir la vida del chico solo para pedir perdón y sentirse bien consigo mismos. Son tan descarados, tuve que contener el impulso de golpearlos hasta la muerte y tirarlos en el basurero, pero había otro problema que resolver, la transformación de Tony, lo bueno es que no me había ido del edificio todavía.

Después de que Tony  dijera que lo dejara solo, decidí hacerle caso y poco rato después de que el salió yo también lo había hecho con la intención de ir a comprar algo para comer, en el restaurante del edificio. Pero cuando estaba a punto de entrar a uno de los ascensores compartidos, vi a esas personas salir de otro de los ascensores. Los reconocí de inmediato por lo que al final decidí en esconderme detrás de una gran maceta de una planta que estaba en una esquina, no lograron verme o captar mi olor puesto que yo siempre andaba preparado, obviamente, sabía perfectamente sobre la naturaleza de cada uno de ellos, los había investigado desde hace mucho tiempo.

Estuve todo el tiempo en alerta a cualquier situación y gracias al cielo, llevaba conmigo un poco de acónito que pude usar cuando vi como Tony perdía el control de su animal.

No esperaba que en mi ausencia haya ocurrido muchas cosas, se que a sido mi error en parte por no decirle a Tony la verdad sobre su verdadera identidad, sobre su pasado. Pero como le había dicho, yo solo intentaba protegerlo y mantenerlo seguro, no quería que él sufriera mas de lo que ya estaba sufriendo en su vida. Entiendo que a sido un gran error, ahora solo debo convencerlo de que no trate de hacer nada, no quiero perder lo, el se a ganado mi cariño y amor de padre, es como el hijo que todavía no tengo, cuando me alejé de él diciéndole que quería dejar de ser un Mensajero para tener una vida normal y formar una familia, fue una mentira, yo tuve que viajar a China para averiguar sobre el negocio que estaba llevando a cabo el señor Frank Brown, algo no andaba bien con ese extraño negocio que estaba haciendo a espaldas de su esposa, además mi misión era mantener la empresa en buenas condiciones para cuando el verdadero heredero apareciera y tomase el lugar que le corresponde, si, estoy hablando de Anthony, pues él es el verdadero dueño de esa empresa, la empresa que su padre levantó con esfuerzo y sudor.

Cuando el padre de Tony murió, la empresa pasó en manos de su mejor amigo y vicepresidente en aquel entonces, Alfred Anderson, esposo de la señora Isabella Clark. Ya que Frank tan solo era el director en la empresa. Pero como lo esperaba, una tragedia ocurrió después de un año días después de que su hijo cumpliera un año de vida, el hombre murió en un asalto que la verdad yo ni me lo tragué por completo, pero eso no fue todo, el hijo de la familia desapareció ese mismo día, nadie supo como o donde fue llevado el pequeño, para ese entonces Tony ya tenía cinco años, después de aquel incidente la señora Clark sufrió un accidente y al final no le quedó de otra que casarse con el hermano de Dylan, ya que como vicepresidente subió al puesto del Presidente de la empresa.

Y gracias a todo eso llegué a la conclusión de que Frank había planeado todo el incidente de la familia Anderson tal como lo hizo con su hermano. Hace poco le pedí a la señora que le diera de trabajo a Tony en buscar al niño perdido pues temía que si ese hombre lo encontraba primero podría hacerle daño también, pues hace unas semanas me enteré que estaba buscándolo, no sabría decir para que si él lo había alejado de su madre, pero sospechaba que no lo hacía por una buena razón.

Alejé mi mano de los cabellos de Tony, ya que en todo momento lo había acariciado para que se mantuviese tranquilo, cuando noté que iba abriendo los ojos, parpadeando un par de veces enfocó su mirada en mi, de un impulso se sentó y acarició la parte trasera de su cuello justo donde le había pinchado con la aguja.

- ¿Que fue lo que me hiciste? - preguntó enfadado.

- Solo te inyecté un poco de acónito ya que estabas por atacar a esas personas con la que estabas hablando - informé con calma parándome pues estaba arrodillado, y me senté a su lado.

- Creí que te habías ido - espetó con voz seria.

- Estaba por hacerlo - confesé.

- Pues lo hubieras hecho - sentenció con el ceño fruncido.

Solté un suspiro y lo miré.

- Entiendo de que en estos precisos momentos me estés odiando por todo, pero eso no me detiene a mi en cuidarte y preocuparme por ti - le dije haciendo que él se me quedara viendo intensamente.

- Odio cuando eres insistente - declaró moviendo la mirada para otra parte - pero igual agradezco de que me de tuvieras antes de tiempo.

Sonreí suavemente, este niño de verdad que es único, incluso aveces llego a temer en quererlo mas de lo que debería, soy un hombre mayor pero no tan viejo, hace un par de meses que cumplí los cuarenta y un año de edad, y no voy a negar que hay veces en los que me pierdo mirándolo, pero es que es tan hermoso. Apuesto a que en la Universidad tiene una variedad de admiradores.