Mensajero Nocturno®

Capítulo 18. Descubiertos.

Wang Wu.

Cuando Tony se había marchado a su habitación donde aguardaba su pareja, los demás se quedaron mirando a la nada, todos parecían estar en su propio mundo.

Por mi parte me dejé caer sentado en el sofá detrás mío cruzando mis piernas y brazos, había muchas cosas en las que pensar, por ejemplo, Tony se había sincerado con la señora Anderson, aunque en un principio me pareció una mala idea eso creo que a la vez fue la mejor decisión que pudo haber tomado ya que la señora Anderson prometió ayudarlo o al menos eso me a dicho Tony.

Pero también hay algo muy importante que yo no le e informado al chico y se que cuando él se entere puede llegar a odiarme quizá esta vez para siempre, aunque quisiera decirle el secreto que llevo guardando desde hace muchos años puede complicar mas las cosas, por el momento será mejor no decir nada.

- No estoy de acuerdo con esto - habló el chico de apariencia latina - es mi beta, no puedo dejar que Anthony haga con él lo que está pensando hacer.

- Esto no tiene nada que ver contigo, esto ya es decisión de Tony, puede ser tu beta y todo, pero Tony es su pareja destina él tiene mas derecho sobre Liam que tú - contradije.

- ¿Estás diciendo que ahora Liam tiene que hacer todo lo que ese Tony quiera y le diga que haga? - espetó la chica pelirroja - ¿Eso no es abusar?.

- Tony jamás le ordenaría hacer algo malo - acoté con firmeza - Él no es un chico de malos sentimientos, pero es cierto que ustedes no lo conocen.

- Pues lo que ahora está por hacer, lo hará sin el consentimiento de Liam - dijo la chica de cabellera rubia y grandes atributos por cierto. La tal Erika Reyes.

- Hablar con ustedes realmente es tiempo perdido - musite llevándome el índice derecho a la frente para presionar dicho lugar mientras negaba con la cabeza - si, lo que Tony está por hacer no tiene el consentimiento del otro pero lo está haciendo por una buena causa... ¿O es que prefieren que Liam pierda a su animal? O peor ¿A su parte humana?

- Aún así no... - contradijo esta vez Isaac Lahey pero al momento se quedó en silencio mirando hacia el pasillo donde los demás mantenían las vistas puestas.

Esto era de esperar, Liam había gemido en voz alta el nombre de Tony, o al menos como ellos lo conocían, hasta parecía que lo había gritado.

- ¿Stiles? - el rostro de Derek se contrajo y formó puños con sus manos - ¡¿Anthony es Stiles?! - grito-rugió el alfa mirándome furioso.

- Será mejor que te calmes - sentencie al mismo tiempo que me ponía de pie y le miraba severamente.

- No, no voy a permitir que ellos se reconozcan y se unan - dijo decidido y con los ojos rojos.

Cuando estaba por avanzar hacia el pasillo que llevaba a la habitación donde los dos chicos estaban haciendo el "cuchi-cuchi", rápidamente agarré mi arma de la mesita y le disparé al hombre por la espalda.

Gracias a ello los demás chicos y chicas reaccionaron pues estaban en su propio mundo sin parpadear siquiera.

- ¿Que le has hecho? - espetó la hermana del hombre corriendo a su encuentro y logrando sostenerlo antes de que cayese al piso.

- ¡Como te atreves! - el alfa McCall se transformó dispuesto para atacarme pero antes de tan siquiera dar unos pasos hacia mi le disparé tal como hice con el otro.

Lo bueno es que no estoy usando balas de plata ya que no deseo matarlos, tan solo son balas normales con un poco de acónito solo lo suficiente para debilitar los o al menos dejarlos inconscientes. No tardó mucho para que Scott cayese al piso en un golpe seco con los ojos cerrados.

Los demás al ver eso, se transformaron igualmente para atacarme, bueno, excepto Allison y Lydia, estas solo se mantuvieron al marguen.

Los hombres lobos se lanzaron contra mi pero no esperaban que pudiese esquivarlos con facilidad y escapar de sus ataques fallidos, con gran agilidad y destreza fui apuntando a cada uno de ellos para dispararlos.

Al final todos ellos cayeron inconscientes en diferentes partes de la sala, mirando a mi alrededor pude ver el desastre que habíamos ocasionado solo espero que Tony no llegue a enfadarse por la mesa de cristal de la sala hecho añicos.

Guardando el arma caminé por el pasillo y me detuve frente a la puerta de la habitación donde estaba Tony, avisándole que nada había pasado, por que estaba seguro que él había escuchado los ruidos ocasionados, volví a la sala.

- ¿Que? - espeté al sentir los dos pares de ojos sobre mi.

- ¿Los has matado? - indagó la pelirroja, asustada.

- No, solo están inconscientes - dije como si nada al mismo tiempo que volvía a sentarme, no pensaba ocuparme de los lobos, ellos pueden estar tirados justo donde están ahora.

Las dos chicas recorrieron con la mirada toda la sala, soltando un suspiro al mismo tiempo se dignaron a sentarse en el sofá desocupado que daba frente a mi.

- ¿Por que no nos dijeron la verdad antes? - cuestionó Allison - en todo este tiempo nos estuvieron mintiendo - reclamó, algo que me hizo enojar profundamente, ella ni nadie tenía el derecho de reclamar algo así.

- Para empezar, ustedes no tienen el derecho de reclamar nada ni de hacerse la victima en esta situación - manifesté - si no dijimos nada y si Tony no lo hizo... ¿Por que creen que será?¿Piensan que no se nada de lo que le hicieron en Beacon Hills? Conmigo no actúen como si fueran unos santos cosa que esta muy lejos de serlo.

-Nosotros no...

- Y no intenten excusarse, las cosas que le hicieron a Tony no tiene perdón, si ustedes hubiesen sido unos verdaderos amigos no hubiesen desconfiado en él o al menos le hubiesen dado una oportunidad de explicarse - interrumpí a la pelirroja -  de explicar la verdadera situación, pero en vez de eso lo golpeaban, lo maltrataban.

- Se que hicimos mal, pero todos estamos muy arrepentidos por eso lo estábamos buscando - contestó entre sollozos la de cabellos negros, en ese momento el timbre de la casa sonó.




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