Mensajero Nocturno®

Capítulo 20. Secretos revelados.

Isabella Clark.

Esperaba ansiosa al menos una llamada de Anthony o del señor que respondió a la llamada, ya habían pasado mas de dos horas y mi ansiedad crecía, temía que algo le pasase al hijo de Marilyn, mi amiga de infancia y parte de mi juventud antes de que toda la tragedia ocurriese.

Cuando el chico apareció tan de repente en mi habitación no voy a negar que en su momento me asusté mucho, pero cuando me dijo quien era simplemente no podía creerlo, jamás llegué a imaginar que el hijo de Marilyn  estuviese vivo, tampoco podía creer lo que dijo de mi marido, ¿Ese hombre en verdad hizo todo eso? ¿En verdad planeó la muerte de su hermano y su cuñada? ¿El asalto de mi primer esposo y la desaparición de mi hijo?.

Todo este tiempo e estado sufriendo por mi hijo, Frank a visto cuanto e deseado volver a tenerlo entre mis brazos, ¿Como pudo haberme hecho todo esto?.

Cuando Anthony me mostró la foto de mi hijo, no podía caber con la felicidad, le pedí que me obsequiase la foto pero él dijo que eso podía ser peligroso ya que Frank al parecer estaba buscando a mi hijo, y seguramente no para traerlo conmigo.

Había tantas cosas que habían pasado y yo ni en cuenta estaba, era difícil asimilar todo.

Hace unos días atrás fui a la oficina de mi esposo para poner una cámara oculta entre sus libros, pero sabiendo que él mantenía su oficina en constante vigilancia tuve que arriesgarme a caer de la silla de ruedas chocando con uno de los muebles para que pareciese un accidente, es ahí donde puse la pequeña cámara oculta en la parte de abajo de su escritorio que daba hacia la sala de reuniones de la oficina. 

El hombre no tardó tanto en hacer acto de presencia, con la preocupación reflejada en su mirada me había preguntado si me encontraba bien, a lo cual solo pude responder que si, después de eso volví a mi recamara con su ayuda, cuando se marchó tomé entre mis manos mi tablet para ver lo que sucedía en esos momentos en la oficina.

En los días siguientes nada había ocurrido hasta este día, no podía creer nada de lo que estaba escuchando, Frank hablaba por teléfono con otra persona exigiéndole que atrapase y matase al hijo de su hermano, su asistente le había informado de la existencia del chico minutos atrás y eso lo puso colérico, por lo que había oído Oliver había estado buscando a Dylan desde que yo le mencioné a Frank sobre el hombre que entró a mi recamara hace un tiempo, encontrando a su vez al hijo de Dylan.  

Ahora mismo no sabía que hacer, las lagrimas que se habían acumulado en mis ojos prontamente comenzaron a bajar por mis mejillas, todo este tiempo e vivido con un delincuente, un monstruo. Un hombre que me quitó la felicidad de mi vida, mi hijo, ¿Que tan lejos a llegado este hombre?.

- Isabella, ¿Que te pasa? - escuché su voz cerca de la puerta, alcé rápidamente la mirada viendo como el hombre se acercaba.

- No... No es nada, solo que a veces me gustaría tener a mi hijo - dije con una fingida sonrisa entre las lagrimas.

- Ya deberías dejarlo ir, él seguramente ya está muerto - sentenció Frank lo cual me hizo enfadar.

- ¡¿Como puedes decirme eso?! - alcé la voz mirándolo con enojo - Mi hijo no está muerto, se que puedo encontrarlo algún día - las lagrimas no paraban de bajar por mis mejillas.

- Perdón amor, es solo que ya no quiero verte sufrir - se arrodilló frente a mi y me tomó de las manos, tuve que contenerme en no alejarme de él, no debería levantar sospechas.

- Lamento haber reaccionado de esa manera, solo, sabes que estoy anhelando que un día llegue a verlo de nuevo - me disculpé, obviamente todo era solo un acto.

- Yo siento decir eso - me limpió las mejillas con su pulgar para después ponerse de pie - debo marcharme, algo a surgido en la empresa.

- Claro - asentí con una ligera sonrisa - cuídate - depositando un beso en mi frente el hombre se marchó. Estaba mas que claro que no para la empresa pues le había llamado a la secretaria para saber sobre los horarios de mi marido y para el día de hoy no tenía nada pendiente.

Solo espero que Anthony se encuentre bien y que nada malo le haya sucedido.

Anthony, alias Stiles.

Me encontraba parado frente a todos los presentes una vez el viejo Wu analizó mis heridas y sacó la bala en mi hombro, las heridas ya se estaban cerrando y yo ya había recuperado las fuerzas.

Liam por lo tanto ya estaba despierto desde que llegué y fue el primero en correr a ayudarme al verme entrar a la habitación que había mandado hace ya unos meses atrás a reconstruir, venía debes en cuando a pasar unos días en este lugar.

- ¿Que es lo que está sucediendo? - indagó Derek mirando mi mano entrelazada con la de Liam, el rubio en todo momento se a mantenido a mi lado - ¿En verdad eres Stiles? - jamas había escuchado a Derek hablar tanto.

- Para empezar, será mejor que se sienten, lo que les voy a decir puede que les tome demasiada sorpresa, en especial a ti - señalé al sheriff.

Los presentes me miraron confundidos pero aun así hicieron lo que les dije sentándose en el piso y algunos en la cama. Miré al viejo Wu y a Raquel, la chica sabía parte de mi historia, no tanto pero era de mi confianza.

- Mi nombre es Keith Anthony Brown Walker, o mejor conocido para ustedes como Stiles Stilinski, hijo del sheriff Stilinski - alcé la mano cuando Peter me quería interrumpir- por favor solo escuchen y luego hagan las preguntas - todos asintieron por lo cual proseguí tras dar un suspiro  - hace algunos años atrás hubo un accidente automovilístico, o eso fue lo que dijeron los policías, en uno de los autos iban una pareja de casados y  dos niños con ellos, uno era hijo de la pareja  y el otro era hijo de una amiga... - mi mano comenzó a temblar por lo que apreté fuerte la mano de Liam.

- Tony, puedo decirles yo si tu no estás listo - sugirió el viejo Wu.

- No, lo haré yo - declaré - uno de los niños murió después del accidente cuando no pudieron salvarlo al igual que la pareja de casados, mientras tanto al otro si pudieron mantenerlo con vida pero aun así su estado estaba en alto riesgo. La amiga de la mujer recibió una carta de ella que le entregó una de las enfermeras diciendo que la mujer la escribió antes de morir, en esa carta escribió sobre la verdad del accidente, resultando que el cuñado de la mujer fue el responsable de todo lo acontecido, disculpándose también  por no poder salvar a su hijo, igualmente le pidió que cuidase de su hijo y se lo llevase lejos para mantenerlo a salvo de su tío.




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