Rosalie
Hace 4 años
Ya llevo dos malditos años aqui, mi maldita depresión se convirtio en rabia, no se para que demonios me metieron a un maldito hospital psiquiatrico, no estoy loca, ellos se ceyenron que era una clinica de rehabilitacion, pero no es asi, nisiquiera me dejan recibir la visita de mi hermano y es lo que mas enfurece, pero esto es culpa de la supuesta psiciloga amiga de mi madre, ella fue quien me dijo lo de mis padres, y ahora es que me vengo a dar cuenta de que es una maldita mentira, de que mis padres no estaban en nada, pero ya es tarde, sigo en depresion.
No se el porque algunos enfermeros me miran de manera extraña, como si yo fuera algo de comer, sus miradas me dan miedo. Hoy se supone que entrara un chico nuevo, por lo que me dijo una de las enfermera el chico es dos años mayor que yo, esa enfermera siempre me da mis supuestos medicamentos, los cuales no me tomo por desconfianza, seria estupido confiar en las personas que tratan de hacerte ver como si estuvieras loco o loca.
Pasear en el jardin de la clinica nunca esta demas para mi, siempre lo hago para calmar mis pensamientos, recuerdo que habia escuchado a mi hermano tres dias antes de yo ingresar aqui, estaba muy preocupado, y lo siento preocupado incluso ahora, pero se que se tranquiliza cuando yo lo estoy, no tanto, pero lo hace, no queria perder la comunicacion, pero mis padres son un tanto manipulables.
Alexander
Ya habia entrado de incognito a la maldita clinica, no me agrada este lugar, y ya se lo había hecho saber a mis superiores, pero por lo que tengo entendido podemos averiguar que es lo que estas personas hacen con los jóvenes que ingresan aquí, nadie sabe porque esos chicos salen de aquí y no dejan que las personas se acerquen, no dejan de que les hablen. Ya le había pasado a una chica que estudiaba conmigo en Rusia.
Mi primer día en este maldito lugar y los había amenazado con que si no me dejaban salir a tomar aire incendiaria todo el lugar con todos ellos dentro, ingenuos. De tan solo recordar la expresión de las enfermeras me da risa, creo que me divertiré un rato con ellas. Continue mi caminata hasta que mi vista se enfoco en un lugar, un lugar donde caminaba una joven, se veía tan pequeña y frágil para estar aquí.
No lo pensé dos veces y comencé a caminar hasta ella, por lo que puedo ver su piel es morena, su pelo cae sobre sus hombros en unos lindos risos bien hechos, aunque dudo de que le hayan dejado usar un aparato para hacerse el pelo de esa manera, tengo curiosidad sobre ella, quiero saber que hacer ella aquí, porque no me creo que este con problemas como me han dicho las enfermeras, ellas dicen que todos los que están aquí están por un trauma mental, yo no me creo esa basura.
-Tengo curiosidad de saber que hace una chica tan linda en este lugar- sentí como se tensaba, eso no me gusto...
Rosalie
-Eso no es asunto tuyo, y no sabes si soy linda o no- le conteste a quien sea que estuviese detrás de mi, me había tensado al escuchar su voz y aun mas al escuchar el acento tan extraño pero exótico y sexy, si, no soy una blanca paloma, se reconocer a un chico sexy y aun mas por su voz.
-Eso se podría resolver si aceptas que camine a tu lado- dijo el, yo me di la vuelta para enfrentarlo, pero me que prensada en esas orbes de color verde, sus ojos me llamaron mas que cualquier cosa, tenia un porte de chico malo, pero creo que le paso lo mismo que a mi- Tienes razón, no eres linda- fruncí el ceño ante su comentario- Eres hermosa, la chica mas bella que había visto en mi vida- dijo acercándose a mi y acariciando mi mejilla derecha, yo cerré los ojos ante su calidez que me hizo estremecer.
Desde ese día ese chico misterioso con aires de chico malo y yo nos hicimos amigos, tanto el como yo salíamos juntos al jardín, le conté todo lo que había pasado para que yo llegara a ese lugar, por cada una de mis palabras el se tensaba y hacia cosas raras con su reloj, no entendía que de especial tenia, pero no importaba, el me estaba ayudando con mi depresión y mi rabia.
Alexander, el ya se había convertido en una parte importante de mi vida, el me hacia sonreír, me apoyaba, me guiaba en algunas cosas e incluso me enseñaba a defenderme, el sabia artes marciales. Cuando el me dijo de donde provenía no lo podia creer, era ruso, lo que lo hacia ver aun mas sexy ante mis ojos, creo que mis hormonas se descontrolaran en cualquier momento, creo que me estoy enamorando de el, es inevitable, el es muy seductor aun cuando no trata de serlo, me voy a volver loca si ya no lo vuelvo a ver, siento que el es todo lo que necesito en este instante.
Estaba en la habitación que me habían asignado los medicos de este lugar, eran casi las doce de la media noche, aun no podia dormir, quería estar con Alexander, no me siento segura en este lugar, y solo con el me siento a salvo, me siento en casa, como si fuera con Jake. Como extraño a mi hermano, a mis hermanitas e incluso a mis hermanastros, aunque sea difícil de creer, los extraño, ya los quiero ver y abrazarlos, también quiero que conozcan a Alexander, de seguro que la loca de mi amiga, Betty, estaría fascinada con el.