Marcus
Estrés, cansancio, aburrimiento, sueño... todo eso junto hace que mi mal humor comience, solo quiero irme a casa y estar con mi esposa y mis hijos, no quiero permanecer ni un minuto mas en esta oficina, este maldito viaje a L.A no fue buena idea, debí de enviar a Jake, yo quería estar en casa, y aun me faltan papeles por revisar, pero lo bueno es que ya me encuentro en el Jet privado de mi empresa y estoy en camino a Boston, de donde no debí haber salido.
Lo malo de volver es que no ire directamente a mi casa, lo malo es que estare en mi oficina todo el maldito dia hasta la hora de salida y eso no e lo peor de todo, lo peor es que tengo demasiadas reuniones, estoy que me mato y mato a quien se me ponga en frente.
-Señor, su cita de las 10am cambio a las 9am, su cita hoy a las 12, tiene una junta con el señor Jacob Williams y el señor Alexander Doprofolskie...
-Alexander Dobrovolski, es Ruso, no es tan difícil pronunciarlo- la correji, otra vez, no se que quiere el imbecil ese, crei que no volveria de Rusia despues de la ultima vez, aun no lo tolero por haberse hecho pasar por muerto cuando mi amada Rose estaba sufriendo por su supuesta muerte.
-Señor, su hermana llamo diciendo que le tiene una noticia importante, por lo que vendrá mas tarde para hablar con usted, yo le dije que su agenda es muy ocupada- eso fue lo ultimo que escuche antes de cerrar la puerta en su cara, ya me estaba mareando además de que siempre que entra a mi oficina aprovecha para tratar de coquetear conmigo, no soporto eso.
Seis horas, seis malditas horas es todo lo que tengo que esperar para ver a mi esposa y a mis hijos, y esta maldita reunion que no termina, este maldito hombre con su maldita obsesión por querer que mi empresa invierta en algo que no va a funcionar, quiere que su maldito proyecto tenga una inversion de mucho dinero, cosa que no sucederá, solo para hacer nosotros seamos los que paguemos las consecuencias despues del fracaso total de esa cosa, me esta doliendo la cabeza de tanto que habla y me esta mareando tantas vueltas que le da al maldito asunto.
-Tengo una hija que estaría encantada de conocerlo, sr.Davidson, creo que...- se vio interrumpido al escuchar el estruendo de la puerta contra la pared.
-Señorita, le digo que no puede pasar el señor Davidson esta enojado....- la castaña se dio la vuelta para ver a mi secretaria y podría jurar de que le dio una mirada de advertencia.
-Marcus, tenemos que hablar- dijo ella después de hacer esa maravillosa y dramática entrada que solo ella sabe hacer.
-Señor, lo siento, trate de que....
-Cancela todas mis citas del resto del dia- le dije a mi secretaria sin quitar los ojos de la hermosa y dramática castaña.
-P-pero señor...
-Mi esposo dijo que canceles todas sus citas- dijo mi Rose con evidente enojo.
-Glorie, sino quieres a mi esposa enojada completamente, es mejor que hagas lo que dice- le dije con una sonrisa de suficiencia.
-Crei que quería conocer a mi hija y entablar una amistad- dijo el insoportable hombre ese.
-Si su hija llega a mirar a mi marido, le volare los sesos- conozco a mi esposa, ella seria incapaz de hacerle daño a nadie... ¿a quien engaño? Es capaz de eso y mas.
El camino a casa fue en completo silencio, uno muy tenso, no me gusta sentir que ella esta enojada conmigo, me hace creer que me volverá a enviar a dormir al sofá, y créanme cuando les digo que no es nada cómodo, como sea, ella se esta paseando de un lado a otro en nuestra sala de estar, yo solo la veo y mi desesperación puede mas que yo. Despues de que salieramos de mi oficina y de la amenaza que le dio al tipo aquel que queria presentarme a su hija, volvimos a casa en su auto, yo conducia mientras ella se quedaba mirando fuera de la ventana, esta un poco extraña desde hace rato.
-Rosalie, por favor, amore, ya me estoy mareando- le dije con algo de desesperación en la voz- Por favor, dime ¿Qué es lo que pasa?
-Pasa- dijo casi en un susurro- Pasa que esto es una locura- dijo ya histérica- Te juro que aun no me lo creo, no creo que esta pasando otra vez.
-¿Que esta pasando?- dije ya a punto de estallar, tengo miedo de que vuelvan a quitarme a uno de mis hijos.
-Marcus, amore- su sonrisa y su mirada son incrédulas pero dulce me dejaron desconcertado- Estoy embarazada- dijo con esa lagrimas en los ojos y una mirada aun mas dulce y angelical que solo ella... esperen, ¿dijo que esta embarazada?
-¿Emba-embarazada?- no me lo creo- ¿Vamos a tener mas bebes?- ella solo asiente frenética con la cabeza- ¿Desde cuando? ¿Cuánto tiempo tienes?
-Tengo un mes, creo que paso aquel día de la oficina- ahora lo recuerdo, ese día me sobre-calenté al verla con esa maldita falda... es que ella es muy ardiente y verla de esa manera fue la gota que derramo el vaso.