Mensajes.

16 (Hallowen D.Pov) 2da parte.

Dylan Pov.

La idea de conocer a Michelle me causa emoción, después de mucho tiempo tengo esa bonita sensación en mi estómago, cada 5 minutos revisaba a mi alrededor por si la llegaba a encontrar, no se como es, pero sabia muy bien que tenia una actitud muy bonita y sincera, algo que me gustó de ella cuando hablamos por primera vez.

—¿Esperando a tu vampiresa?

—Estoy muy emocionado

—Ya lo veo, deja de mover tus pies, me darás un golpe —Josh bromeó para después darle un sorbo a su bebida, desde lejos puedo ver que el ponche lleva alcohol.

—Cambiando de tema, Julio César, ¿En donde esta tu Cleopatra?

—Nina fue por algunos bocadillos, tenia un poco de antojo y la dejé que fuera... —miró su reloj y después empezó a mirar a su alrededor—. Aunque, ya se tardó un poco, iré a buscarla.

Me dio una palmada en la espalda antes de irse en signo de apoyo, metí mis manos en la chaqueta de cuero y me dispuse a solamente esperar, esperando a que los segundos y los minutos se pasen rápido.

El sonido de los arbustos a mis espaldas moviéndose llamó mi atención, ¿Era ella? No quería voltear, quería que esto fuera una sorpresa. Segundos después escuche unas pisadas sobre el pasto, estaba acercándose, rápidamente, unas manos se colocaron en mis ojos, tomándome por sorpresa y obstruyéndome la vista. Sonreí.

—¿Que haces aquí tan solo?

Me alejé, sabia perfectamente quien era, mis ojos vagaron rápidamente a su atuendo, error.

Piensa con la cabeza y no con el pene, Dylan.

—Se supone que tenias que venir vestida.

—¡Oh vamos! ¡Eres muy divertido! A pesar de todo, sigues siendo el mismo Dylan —comenzó a reírse la chica, estaba vestida como una chica Playboy.

—Shannon, estoy esperando a alguien —su risa cesó y dejó de sonreír, para después tomar su semblante serio.

—Creo que ya me superaste, no puedo creerlo.

—La verdad, no puedo creer que yo estuviera contigo.

—Admítelo, todavía sigues pensando en mi.

—¿Yo? ¿Cómo seguiré pensando en la chica que me engañó? —cerró los puños y por un momento pensé que iba a lanzarme un golpe.

—¿Por qué no olvidamos todo y volvemos a empezar de cero? —comenzó a caminar hacia mi, yo por instinto retrocedí hasta llegar a la fuente, ella fue tan rápida que no pude visualizar el beso que estaba por venirse.

Millones de pensamientos se vinieron a mi mente, posiblemente me siga queriendo y quiera regresar conmigo, puede ser que tal vez aun tenga interés en mi o quiere remediar los malos entendidos que se pudieron ocasionar, pero tengo que estar seguro de lo que realmente quiero.

Michelle. Rápidamente pensé en ella, ¿Y si ella me vio besando a Shannon? No quiero ser el ogro de esta historia. Me separé.

—Lo siento, tengo que irme.

Ignoré los gritos de Shannon llamándome, a los pocos segundos el sonido de la música logro opacarlos, de lejos visualice a Madison con Ethan, sentados en los sillones en forma de araña, Josh y Nina estaban con ellos, decidí acercarme, no quería estar solo al final de todo.

—Creí que estabas con la nudista de tu novia —Josh bromeo, nunca le cayó bien Shannon.

—Por milésima vez, ella y yo no somos novios, me besó pero a los segundos me separé de ella —le quite el vaso de la mano y le di un sorbo, no sabia diferenciar si era licor o ponche—. ¿Traes licor?

—No creo que debas que beber —Madison, siempre tan linda, con ese disfraz de Dorothy y sus coletas como una niña de nueve años.

—Tranquila Madison, este chico tiene un metabolismo de hierro, es muy difícil verlo ebrio

Si claro, como digas Nina. Creo que no me conoces muy bien, hasta he terminado en un resbaladero con un golpe en la cara. Es muy difícil verme ebrio.

—¿Quieres irte ya? —Le dijo Ethan a Madison, ella asintió.

—Puedo llevarte, yo también quiero irme, creo que la chica nunca llegó —Mire mi reloj, 11:20 p.m

—¿Que chica?

—Michelle, una chica con la que se ha estado mensajeado, lo tiene tan idiotizado, se quedaron de ver en la fuente de sangre pero al parecer nunca llego. Que impuntual —Josh le explicó todo a Madison, es todo un chismoso.

—Tal vez tuvo un imprevisto y no pudo llegar.

—Pero pudo haber mandando un mensaje para avisar —contesté.

—¿Puedes llevarla? Yo quiero quedarme un rato mas, aun falta lo bueno de la fiesta y no quiero faltar —Asentí a lo que dijo Ethan.

En todo el camino Madison ha estado callada, mirando por la ventana, conectada a sus audífonos y suspirando de vez en cuando.

El silencio que inundaba en el auto era un poco incómodo, miraba de reojo a Madison y esta seguía mirando la ventana, decidí colocar un poco de música relajante para calmar la incomodidad que se sentía en el aire.

Este es el momento en el que el reloj suena y nadie dice nada. El tiempo parece alargarse eternamente. Te quedas corto de palabras y no sabes con certeza cómo llenar estos momentos vacíos. Llenar los silencios incómodos es una habilidad que todas las personas pueden aprender. Tan solo tienes que prepararte con anticipación, buscar más temas de conversación y controlar la incomodidad.



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En el texto hay: romances, romancedrama, romanceadolescente

Editado: 30.07.2018

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