Abrí los brazos en busca de un abrazo, aliviada de que ya no buscaran los tuyos.
Simplemente ella estaba ahí, no dijimos nada, es que no había nada que decir. Ella lo sabía, yo lo sabía, tú nunca ibas a venir...
¿Qué amé? ¿Por qué te amé? ¿Acaso te amé? Busco mis recuerdos y no queda rastro de amor hacia vos; realmente quiero decir que guardo cariño por ti, como guardo cariño por toda persona que pasó por mi vida. Pero por ti no hay nada... Nada, no hay rencor, no hay enojo, no hay angustia, simplemente es el vacío de un corazón que fue entregado y no quedó nada; no fue robado, fue tirado.
Miro hacia atrás y todavía busco a esa chica que era contigo, esa inocencia con la cual jugaste porque sabías que te amaba, pero aprendí, aprendí dejando eso que tanto amabas para ti, haciendo que guardaras eso en tus memorias y no vuelvas a buscarlo en mí, porque todo eso que amabas ya no está. Ni el sentimiento. Y duele, eso sí me duele, no me doles vos, si no el no encontrarme, el odiarme por permitir que una persona como vos entrara en mi vida, permitir que alguien como vos haya quitado esa luz que tanto me gustaba.
Fuiste egoísta y no pensaste en mí, no pensaste en todo lo que lastimabas; en algún punto llegué a pensar que era por diversión y eso me lastimaba más. ¿Cómo era posible que yo te dejarara entrar?
Sorpresivamente, sigues buscándome y preguntándome si te amo o te amé.
La respuesta es clara: te amé. Pero me molesta que esa duda esté en ti. Era evidente que no eras capaz de ver absolutamente nada de lo que hacía o decía por ti. Tu egocentrismo no me dejó en paz, ni siquiera ahora que hago mi vida; no puedes entender cómo te solté tan fácil.
Lo hice ver fácil, pero las noches llorando por ti nunca las pudiste ver; las veces que rogaba que no me mientas en la cara, puedo llegar a creer que las disfrutabas.
Te puse en un pedestal y yo misma te bajé de ahí, y eso te duele, te duele saber que sin míno sabes qué hacer, ¿por quéé realmente alguien te va a amar como yo lo hice? Creo que no, y ojalá que no, porque doliste, porque no lo valoraste, y el día que lo valores, realmente espero que ames como yo te amé o como juraste hacerlo. Porque por algo sigues buscándome hasta el día de hoy.
Y sí, volviendo al tema, no siento amor por ti, no siento enojo hacia ti, sino haciacia ese yo, que estuvo tan vulnerable contigo, ese yo, que sufría cada día que decías que vendrías a verme y me dejabas plantada esperando respuestas.
A día de hoy, si lloro algo, es llorarme a mí, a lo tonta que fui. Pero ni siquieraa, porque estoy feliz, porque ese día que me dejaste plantada,, me juré a mí misma no llorarte más, ni buscarte más, y lo hice; emprendí viaje sola, cargué mi valija de ropa y la traje con recuerdos hermosos. Me dieron todo el amor que necesitaba y no te busqué. Apagué el teléfono, no volví. Te solté, y eso te dolió.
No supiste cuál iba a ser mi jugada, y mi jugada estaba clara: repararía cada pedazo de mí con gente que sí supo quererme y me acompañó a seguir adelante.