Mente zombie

Odio los tenis con mal agarre

Corro hasta llegar a la puerta 335, es exactamente igual de blanca que las demás, a excepción del número claro está, el cual despide un brillo hipnotizante aunque tal vez sea producto de la  emoción. Cuando doy un paso adelante  me encuentro a mi hermano  Gustavo un niño no muy alto de pelo café oscuro cortado al ras en la parte de atrás y largo por enfrente, aún vestido con el uniforme de la escuela, acostado leyendo un libro .Pero apenas me ve tira el libro y me da un abrazo, lo agarro por los hombros comprobando que es real mientras él  ríe ligeramente y dice

-Estás aquí, que bueno- Me he acostumbrado a sus respuestas, y aprendí a captar la emoción en su tono de voz, por lo que ahora sé que está aliviado.

Yo en broma le respondo

-No, lo siento,antes de venir me encontré con calamar vampiro del infierno que me mató y ahora soy un fantasma ¡Claro que estoy aquí!-

Él sonríe y suspira diciendo

-Pensé que estaba solo, todo esto es muy extraño no he salido desde que llegué ¿Sabes si Lizy también está aquí? –

Yo niego con la cabeza, me olvidé de ella sinceramente.

-Estaba pensando en ir a buscarla- me corrijo-  buscarlos a todos para ponernos al día –

El rápidamente se desviste se pone el overol y los "tenis", y al estar listo patea el uniforme de la escuela que se desliza bajo la cama

-¡Pues vamos!- exclama con determinación.

Salimos de su habitación y...¿Es mejor buscar en un lugar donde hay cosas diversas y lugares irregulares o  en unas instalaciones blancas relucientes y demasiado geométricas? 

-¿Porque lado te da más buena vibra buscar, del 335 para abajo o del 335 para arriba?- le pregunto, la decisión no es relevante solo tenemos que tener algo por donde empezar. 

-Bueno, por lo menos si vamos descendiendo de número podremos asegurarnos completamente de que no está ahí (o tal vez sí), pero si vamos ascendiendo quien sabe cuando terminemos, no sabemos cuántas personas estén aquí tal vez millones y nosotros solo somos 2 así que mejor...- lo interrumpo al tiempo que empiezo a caminar 

-Ya te entendí Gus, del 335 para abajo-

Empezamos a pararnos enfrente de cada puerta buscando algún rostro conocido, había tanto  chicos que no teníamos idea de quienes eran, como había habitaciones que  vacías; estábamos por el número 165 cuando se escuchó en el pasillo la voz de una persona que decía 

"A partir de ahora hay un toque de queda, tienen 3 minutos para regresar a sus habitaciones, a cualquiera que encontremos fuera recibirá una amonestación" 

Giré la cabeza buscando los altavoces, en el techo no había nada, ni siquiera los pequeños agujeros tan característicos que a veces se ven los aeropuertos o los supermercados. 

-Ni que esto fuera una academia militar- murmura Gustavo, creo que aun no se hace a la idea de que estamos en no se dónde y con fines desconocidos. 

Aceleramos el paso hasta que acabamos casi corriendo,  doblamos varias esquinas para regresar a nuestro pasillo.  Gustavo se dirige a su puerta e intenta frenar pero llevar unos "Tenis" (si se les puede llamar así) que tienen suela de fomi en un piso tan liso, no te dan el mejor agarre. Así que no logra frenar, la puerta del dormitorio se abre y el llevado por el impulso entra. Alcanzo a escuchar un golpe que probablemente fue mi hermano estrellándose contra la cama. Por los altavoces suenan varios pitidos monótonos, seguramente es la cuenta regresiva de los últimos segundos. Varios jóvenes se cruzan por mi camino y entre el "caos vial" intento llegar a mi habitación, avanzo unos pasos presionada por el ruido y en un giro inoportuno me resbalo acabando dentro de una habitación donde todo está exactamente igual que la mía excepto por una cosa...un chico.

-Eh...esta creo que no es mi habitación- le digo incómoda

-No, obviamente no- Que sequedad, pero yo hubiera respondido lo mismo. 

- Bien pues creo que me voy- Me levanto mientras pretendo sacudirme polvo inexistente

Me dirijo a la puerta pero cuando me paro, esta no se abre y oigo que me dice planamente

-Las puertas están aseguradas, ya sabes por eso del toque de queda, así creo que tendrás que quedarte- hace una pausa para sonar desconfiado-  dime, ¿Qué te trajo aquí? no es que muchas chicas me visiten en realidad-

-Un piso resbaloso y unos tenis con muy mal agarre-le respondo, sorpresivamente ríe y me dice como si no me creyera.

-¿Enserio, unos tenis con mal agarre?-

Harta, me quito con prisa los "tenis" para extenderle uno mostrándole la suela y aunque su expresión cambia notablemente es obvio que sobreactúa

-Bien bien por los tenis te creo-

No respondo porque no lo creo necesario, y así pasan unos minutos hasta que vuelve a su expresión incial. 

-Y tú... ¿De qué habitación vienes?-

Yo señalo el número de mi overol mientras le respondo imitando ligeramente su tono

-¿Enserio? ¿No sabes ver lo que está frente a ti?-

El entrecierra los ojos para ver el número, después dice



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En el texto hay: zombies, misterio y amor, juveniladulto

Editado: 17.08.2020

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