Mentes Rotas

Epílogo: El precio de la libertad

Dos semanas después, Ethan se encontraba de pie frente a una de las grandes puertas de vidrio del laboratorio. Había tomado su decisión, aunque no sin dudas. La opción de escapar seguía estando allí, pero sabía que no podría volver a una vida simple. El poder que había adquirido, las habilidades que había desbloqueado, ya no lo dejarían ir. Incluso si intentaba huir, todo lo que había aprendido seguiría acechándolo.

Iris estaba a su lado, su rostro una mezcla de esperanza y temor. Ella también sabía que lo que se jugaba aquí era mucho más grande que ellos. El laboratorio había sido solo el principio, pero fuera de esas paredes, el mundo no sabía lo que se venía.

—¿Estás listo? —preguntó Iris, su voz llena de una calma que no coincidía con la tormenta que se avecinaba.

Ethan miró hacia adelante, al horizonte que se extendía ante él, vacío y lleno de posibilidades al mismo tiempo. Todo lo que había conocido y aprendido lo había llevado hasta este momento. Su vida, como la de Iris, había cambiado para siempre.

—Listo para lo que venga —respondió Ethan, con una determinación que reflejaba el hombre en el que se estaba convirtiendo—. Ya no hay vuelta atrás.

Con un último vistazo hacia el laboratorio, dieron un paso hacia la libertad. Pero sabían que, en su caso, la libertad no significaba lo mismo que para los demás. El poder había alterado sus vidas, pero también los había unido en una lucha que estaba lejos de terminar.

Fuera del laboratorio, el futuro los esperaba. Y el precio del poder sería mucho más alto de lo que imaginaban.




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